Image may be NSFW.
Clik here to view.
AUTOR: MARÍA LUISA
TRASTORNO POR ATRACÓN EN EL DEPORTE
El primer paso para la prevención es la información. Es necesario poner nombre y definir las conductas con palabras para poder racionalizarlas, aceptarlas y transformarlas. Tener una buena relación con la comida es el pilar básico para crear unos hábitos saludables, pero en ocasiones la búsqueda de esos hábitos saludables conduce paralelamente a otros hábitos que pueden ser muy dañinos, tanto a nivel físico como a nivel mental. Cualquier desarreglo de la alimentación representa una pérdida de control, ya que la persona no actúa para satisfacer sus necesidades fisiológicas naturales sino que empieza a satisfacer unas necesidades psicológicas donde quedan implicados múltiples factores que la mayoría de las veces escapan a la conciencia del deportista.
La alimentación y nutrición es clave para potenciar o inhibir el rendimiento deportivo, algo que conlleva irremediablemente a la focalización en la dieta, la elección de unos alimentos u otros, horarios, cantidades, nutrientes y largo etc. La paradoja de su importancia, es que la necesidad de llevar un control en la dieta en el deporte puede derivar en el propio descontrol de la misma.
Image may be NSFW.
Clik here to view.
TRASTORNO POR ATRACÓN
Este concepto hace referencia a un trastorno alimentario que se caracteriza por la aparición de episodios de ingesta compulsiva (atracones) que se definen por dos características esenciales, la ingesta en poco tiempo de comida excesiva y la pérdida de control sobre esa ingesta (García, 2014).
La diferencia de este trastorno con la Bulimia Nerviosa, es la inexistencia de purgas y conductas compensatorias para equilibrar los atracones.
Hasta 2013, no aparece el Trastorno por Atracón como entidad propia en el DSM-V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders). Dentro de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), el trastorno por atracón se diagnosticaba dentro de la amplia etiqueta de trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE), por lo que para muchos es un trastorno de la conducta alimentaria aún desconocido.
El trastorno se presenta en personas con peso normal, con sobrepeso y con obesidad. Por tanto, aunque hay una relación de este trastorno con la obesidad, no es adecuado equipararlo con la misma, ya que la mayoría de las personas obesas no realizan atracones de forma recurrente. Suele aparecer en la adolescencia o al inicio de la edad adulta, aunque hay que señalar que por lo general aparece a edades superiores que otros TCAs como la anorexia y la bulimia nerviosa.
Image may be NSFW.
Clik here to view.
El antecedente más común de los atracones es el afecto negativo. Otros disparadores son los estresores interpersonales, realizar frecuentes dietas sin éxito, la restricción alimentaria, baja autoestima, el aburrimiento y sentimientos negativos hacia el peso, la forma corporal o la comida. Las consecuencias a más largo plazo suelen ser disforia y una evaluación negativa de sí mismo (García, 2014).
La persona que sufre el atracón puede reconocer que su ingesta calórica (priorizando hidratos de carbono y dulces) es excesiva, pero la mayoría desconocen la razón por la que llevan a cabo esta conducta. Se sabe que la base de la ingesta compulsiva está en una parte del cerebro, más concretamente en el hipotálamo.
Esta glándula además de regular el hambre, el apetito y la saciedad, también regula las emociones, las sensaciones, la voluntad, la afectividad y la memoria. Cuando este sistema se desajusta, se pueden emitir dos tipos de señales ante el estrés o las emociones fuertes; en primer lugar se pueden sentir señales de saciedad y perder el apetito, o por el contrario emitir señales de hambre cuando en realidad no las hay.
Hay que tener en cuenta también el “circuito de recompensa”, donde el principal protagonista es el neurotransmisor dopamina. Ante momentos de ansiedad y estrés, la cantidad en el cerebro de este neurotransmisor disminuye y ante momentos de placer aumenta. La ingesta de alimentos con alto contenido calórico, con sabores intensos y agradables, produce un aumento de dopamina que reduce los estados ansiosos a corto plazo. En estos casos, el circuito de recompensa se convierte en un bucle negativo: la persona siente ansiedad (disminuye la dopamina), con la ingesta calma la ansiedad (aumenta la dopamina), luego aparece el sentimiento de culpa por lo ingerido y la sensación de malestar físico por la sobreingesta (disminuye dopamina) y aparece de nuevo la ansiedad y la persona siente la necesidad de volver a calmarla con una nueva ingesta.
El trastorno de atracones implica un deterioro en la calidad y la satisfacción con la vida, así como problemas de adaptación social, mayor mortalidad y morbilidad, mayor riesgo de desarrollo de la obesidad y mayor utilización de recursos sanitarios (García, 2014).
Además de estos problemas, afecta directamente al rendimiento deportivo del deportista, tanto a nivel físico como mental. Por ello, es de suma importancia conocer cuáles son los criterios que se tienen en cuenta para definir a este trastorno, y así poder prevenirlo, diagnosticarlo y solucionarlo:
Image may be NSFW.
Clik here to view.![trastorno por atracón deportista]()
CONCLUSIONES
Muchos deportistas sufren en silencio episodios de atracones, algo que se puede convertir en un problema grave si no se ponen medios para solucionarlo a tiempo. El objetivo de este artículo es que el deportista pueda reconocer si tiene unos hábitos de alimentación saludables o perjudiciales y que comprenda las razones y las causas que le pueden llevar a entrar en este peligroso bucle negativo de atracones periódicos.
Existe una fina línea que separa el tener el control de lo que comemos a que nuestros impulsos controlen lo que comemos.
Referencias
• Albronda, J y Strauss J.C (2008). Ayudar a las personas con trastornos de alimentación. Bilbao: Ediciones Mensajero.
• Fairburn C. G y Cooper Z. (2011). Eating disorders, DMS-5 and Clinical Reality. The British Journal Of Psychiatry, 198: 8-10.
• García, A (2014). El trastorno por atracón en el DSM-5. Cuadernos de medicina psicosomática y psiquiatría de enlace. Revista iberoamericana de Psicosomática, Nº110.
• Hudson J.I, Hiripi E., Pope H.G., Kessler R.C (2007). The prevalence and correlates of eating disorders in the NCS Replication. Biological Psychiatry; 61: 348-358.
• Ogden, J. (2005). Psicología de la alimentación. Madrid: Morata [Título original: The psychology of eating. From healthy to disordered behaviour. Malden, MA, US: Blackwell Publishing, 2003.]