AUTOR: MARÍA CASAS
TABACO, TÓXICO EN CADA CALADA
Hoy en día, todo el mundo conoce lo perjudicial que es el tabaco pero resulta alarmante que, según datos obtenidos por el Eurobarómetro en 2015, el 29% de la población española es fumadora, posicionándonos en el noveno país con mayor porcentaje de fumadores en la Unión Europea.
El otro día, caminando por Madrid por la zona de Nuevos Ministerios, resultó verdaderamente asfixiante pasear por una nube de tabaco creada por centenares de personas que salían de sus puestos de trabajo para fumarse un cigarrillo.
Recuerdo que, en ese momento sólo pensaba en andar lo más rápido posible para poder evitar inhalar todo ese humo tan desagradable. Pero es que no lo entiendo, no sólo huele mal y sabe a rayos, sino que si después de probarlo en algún momento (por algún extraño motivo) te quedas con ganas de más, al coger una cajetilla de cigarrillos se ve impresa una imagen realmente desagradable y de casos reales de aquellas consecuencias que puede traer consigo el consumo crónico de tabaco. Y por si no quedaba del todo claro, esta imagen tan impactante va seguida de un texto con la finalidad de conseguir concienciar a la población, pero aun así la gente sigue fumando “como si no hubiera mañana” (eso sin ponernos a valorar la cantidad de cigarrillos que consume cada uno diariamente, porque resulta muy preocupante).
Hace unos 60 años la gente quizás tenía la excusa de seguir fumando porque no se conocía a ciencia cierta el peligro que suponía consumir tabaco, ya que en muchas ocasiones era el propio médico el que te atendía en la consulta con un cigarrillo encendido. Pero, es que ahora se establecen relaciones directas entre el consumo del tabaco con la aparición de numerosas patologías, muchas de ellas sin buen pronóstico de curación, como el cáncer de pulmón. Y esto no queda solamente escrito en artículos o revistas científicas, sino que va impreso en cada cajetilla desde 2003 para evitar reducciones de la esperanza de vida de cada comprador.
![tabaco fumar]()
Pueden decírnoslo más alto pero no más claro: FUMAR MATA
Pero esto no acaba aquí, para más inri, he ido descubriendo que numerosos amigos y conocidos que van al gimnasio o que practican otras actividades deportivas también consumen tabaco con frecuencia… Si el tabaco es un agente causal de numerosas enfermedades, ¿qué te hace pensar que no afectará a tu rendimiento deportivo? Como pequeña parte de la sociedad científica y del equipo Powerexplosive, aportaré mi granito de arena con el fin de dirigiros a unos hábitos de vida mucho más saludables.
PARA EMPEZAR… ¿QUÉ ES EL TABACO?
El tabaco no es, ni más ni menos, una planta herbácea anual perteneciente a la familia de las Solanáceas y denominada científicamente como nicotiana tabacum. El género nicotiana comprende más de 45 especies, la mayoría de ellas cultivables. El tabaco es originario de Centroamérica, donde actualmente se cultiva a escala industrial.
La parte utilizada o droga del tabaco serán las hojas.
En la antigüedad el tabaco era utilizado, como muchas otras drogas, en actos ceremoniales y con fines terapéuticos para el tratamiento de dolores de cabeza, artritis, odontalgias…
¿QUÉ PASA CUANDO SE FUMA?
Cuando encendemos un cigarrillo se lleva a cabo un proceso de combustión (una reacción química pobre en oxígeno y con temperaturas cercanas a 950º) en el cual los componentes del tabaco se transforman parcialmente en gases que inhalamos con cada calada. Además la disolución, a través del calor, hace que se formen nuevos compuestos (además de los que puede contener el mismo cigarrillo), de los cuales se han podido registrar más de 3800, la gran mayoría con efectos perjudiciales sobre el organismo.
¿CUÁL ES SU COMPOSICIÓN QUÍMICA?
En necesario saber cuál es la composición química del tabaco, ya que dependiendo del tratamiento que se dé a la planta encontraremos unos componentes u otros.
• Hojas de planta fresca: los componentes más importantes son los alcaloides piridínicos, dentro de los cuales destacamos la nicotina (2-10%), responsable de acciones farmacológicas que no nos ocupan en este artículo.
La nicotina será la responsable de procesos de dependencia y adicción. Esto es debido a que, como alcaloide, actuaría principalmente sobre el neurotransmisor de dopamina (implicado en vías de recompensa a nivel cerebral) en el núcleo de accumbens, donde también actúan otras drogas de abuso (como la cocaína), produciendo sensaciones placenteras. Así, veremos en todos los casos de fumadores una serie de neuroadaptaciones que traerán consigo una dependencia “fisiológica” y tolerancia (Page et al., 1998).
Por esto, cuando una persona deja de fumar, presenta el síndrome de abstinencia. Este síndrome se da por la falta de nicotina en su organismo que traerá consigo una serie de adaptaciones que se manifiestan con sintomatología característica como irritabilidad, mal humor, nerviosismo, ansiedad, dificultad para dormir…
Resulta irónico que muchos fumadores justifican el consumo de tabaco para calmar la ansiedad que la nicotina del propio tabaco causa, creando así un círculo vicioso. Este síndrome, a diferencia del de otras drogas de abuso, no supone un riesgo para la salud, por lo que personalmente desaconsejo el uso de parches u otras formas farmacéuticas que liberan nicotina para no prolongar este círculo y optaría por el uso de otras muchas opciones disponibles en la farmacia que deberían consultar individualmente con el médico o farmacéutico, duplicando la eficacia en el proceso de dejar de fumar.
• Tabaco industrial: se obtiene mediante un proceso lento denominado curado con el fin de la obtención de un producto con determinado color, marchitamiento y grado de sequedad. Para ello se emplean tres métodos de aire, humo y calor. Posteriormente, es sometido a un proceso de secado, enfriamiento y rehidratación antes de ser almacenado por dos o tres años para poder conseguir una fermentación que hará que la hoja se torne más suave y oscura. Por último, se empaquetan en distintos formatos para ser comercializados.
Composición de este tabaco (ya sea tabaco orgánico, de liar, en cigarrillos y demás modalidades):
○ Gases: compuestos altamente tóxicos como monóxido de carbono (ocupando entre 4-10% del volumen de combustión), ácido prúsico, formaldehído, metanol y nitrosaminas gaseosas. Todos estos gases se forman en elevadas concentraciones cuando encendemos el cigarrillo.
○ Partículas que podremos encontrar en el humo de tabaco en forma de polvo o como pequeñas gotículas. Las más abundantes serán la nicotina y el alquitrán. El alquitrán está compuesto por hidrocarburos (benzopirenos, benzol, naftalina, fenoles y terpenos), aminas (naftilamina e hidracina), nitrosaminas, elementos radiactivos y pequeñas partículas de metales pesados como el cadmio (1-2 mg), plomo (2-4 mg), arsénico (0,2-0,8 mg), níquel (1-10 mg) y mercurio.
○ Partículas minoritarias como la acroleína, cianuro de hidrógeno y anilina.
EFECTOS TÓXICOS
El tabaco constituye la mayor causa de muerte prevenible en el mundo, matando al año a más de cinco millones de personas.
• Oncogénesis: definido como proceso fisiopatológico que cursa con la proliferación anormal e incontrolada de células. De acuerdo con la OMS, se ha concluido que el consumo de tabaco está asociado directamente con los siguientes tipos de cáncer: de laringe, tráquea, esófago, riñón, próstata, vejiga, pulmón y páncreas, siendo estos dos últimos graves enfermedades con muy mal pronóstico.
Por otro lado, se vio que el cáncer de pulmón es el más frecuente entre los fumadores (>90% de incidencia) ocasionando miles de muertes anuales por consumo de tabaco (Banegas et al., 2006; Pérez-Ríos et al., 2009). También, constituye un importante factor de riesgo a aquellas personas que inhalan el humo de forma involuntaria, conocidos como fumadores pasivos (Samet et al., 2002; Moreno et al. 2006).
Debido al contacto directo entre las partículas inhaladas y el epitelio pulmonar, se produce de forma aditiva o aislada diferentes lesiones irreversibles en el tejido. Las sustancias al ser inhaladas, se depositan en el pulmón, se absorben y tras ser metabolizadas se eliminan por diferentes mecanismos (Furrukh et al., 2013). No obstante, al aparecer una alteración en el equilibrio entre la absorción y excreción de estas sustancias se produce una mutación en el DNA que provoca una alteración a nivel del ciclo celular produciendo así la aparición del cáncer (Kabat et al., 1984; Palma et al., 2010; Samet et al., 2002; Gibbons et al., 2014).
● Aparato cardiovascular: cuando una persona sana fuma un cigarrillo de forma puntual se produce un aumento del flujo sanguíneo en respuesta a una mayor demanda metabólica, aumentando el consumo de oxígeno. Esto en un paciente con insuficiencia cardiaca se puede ver agravado, ya que el aumento del flujo sanguíneo sería insuficiente para compensar esta demanda y el consumo de oxígeno por parte del miocardio. Además, el monóxido de carbono disminuye la oxigenación de la sangre, empeorando aún más el cuadro (Benowitz et al., 1988). De la misma forma se pudo ver con la nicotina; en un individuo sano parecía aumentar la contractibilidad cardiaca pero esta mermaba en el enfermo coronario empeorando así el cuadro isquémico del paciente (Giba-Geigy Report, 1991).
● Digestivo: se ha visto estadísticamente que los fumadores crónicos tienen una mayor incidencia de úlcera gástrica y duodenal con menor capacidad de cicatrización de daños digestivos de cara a individuos sanos. Por otro lado, se ven aumentadas las secreciones gástricas de pepsina y HCl (agentes ácidos del estómago) y disminución de bicarbonato (agente básico del estómago) (Wong et al., 2002).
● Otros:
○ Mayor índice aterogénico por aumento de fibrinógeno y plaquetas activas.
○ Impotencia sexual y disminución androgénica (Londonkar et al., 2009).
○ Continuas exposiciones prolongadas al cadmio puede producir osteomalacias.
○ Se demostró que el plomo presenta afinidad por el sistema osteoarticular pudiendo producir alteraciones a nivel hematológico y neuronal (Ciba Geirgy Repor, 1991).
○ El arsénico, también extremadamente tóxico, es un importante factor de riesgo del cáncer hepático y de piel.
La lista es larga y creo que podría hacer una monografía acerca de todas las lesiones y enfermedades que puede producir el consumo crónico de tabaco. Ahora preguntaros…¿realmente compensa correr el riesgo de muchos años de vida por unas efímeras de caladas?
Bibliografía
● Banegas, J. R., Díez-Gañán, L., Banuelos-Marco, B., González-Enríquez, J., Villar-Álvarez, F., Martín-Moreno, J. M., … & Jiménez-Ruiz, C. (2011). Mortalidad atribuible al consumo de tabaco en España en 2006. Medicina clínica, 136(3), 97-102.
● Benowitz, N. L. (1988). Pharmacologic aspects of cigarette smoking and nicotine addiction. New England journal of medicine, 319(20), 1318-1330.
● Ciba Geigy Report (1991). Aspectos relacionados con la salud del fumador. Nicotinell TTS.
● Estadísticas adaptadas de la publicación de la American Cancer Society, Cancer Facts & Figures, 2016.
● Furrukh, M. (2013). Tobacco smoking and lung cancer: perception-changing facts. Sultan Qaboos University Medical Journal, 13(3), 345.
● Gibbons, D. L., Byers, L. A., & Kurie, J. M. (2014). Smoking, p53 mutation, and lung cancer. Molecular Cancer Research, 12(1), 3-13.
● Rang, H.P., Dale, V.M., & Ritter, J.M. (2015). Cuarta edición farmacología. Madrid: Harcourt.
● Jorge Alonso. (2007). Tratado de fitofármacos y nutracéuticos. Argentina: Corpus.
● Kabat, G. C., & Wynder, E. L. (1984). Lung cancer in nonsmokers. Cancer,53(5), 1214-1221.
● Londonkar, R. L., Srinivasreddy, P., Somanathreddy, P., & Patil, S. B. (1998). Nicotine induced inhibition of the activities of accessory reproductive ducts in male rats. Journal of ethnopharmacology, 60(3), 215-221.
● Moreno, J. A. (2006). Cáncer de pulmón, panorámica de este problema sanitario. Madrid: Just in Time SL.
● Palma, I., Quadrelli, S., Lamot, S., Hernández, M., Lyons, G., & Vendeti J. (2010). Lung cancer in nonsmokers. Review Ambiental Medical Respiratory, 10(3), 121-131.
● Page, C., Sutter, M., Curtis, M., Walker, M., & Hoffman, B. (1998). Farmacología integrada. España: Harcourt Ed.
● Pérez-Ríos, M., Leistikow, B., & Montes, A. (2009). El cáncer de pulmón como marcador de tabaquismo: relación con la mortalidad por cáncer no pulmonar.Gaceta Sanitaria, 23(3), 224-227.
● Samet, J.M. (2002). Los riesgos del tabaquismo activo y pasivo. Salud pública de México, 44, 144-160.
● Wong, D., Koo, M. W., Shin, V. Y., Liu, E. S., & Cho, C. H. (2002). Pathogenesis of nicotine treatment and its withdrawal on stress-induced gastric ulceration in rats. European journal of pharmacology, 434(1), 81-86.