Autor: HECTOR
ESTEROIDES ANABOLIZANTES. EFECTOS CRÓNICOS SOBRE LA FUNCIÓN SEXUAL
Como ya vimos en artículos anteriores, los esteroides androgénicos anabolizantes (EAAs) son fármacos sintéticos de estructura molecular análoga a la testosterona y sus derivados, diseñados en su origen para el tratamiento de enfermedades relacionadas con el hipogonadismo. Pese a ello, su uso más conocido es en el ámbito del deporte amateur y profesional, empleados frecuentemente como potenciadores de la hipertrofia y desarrollo de fuerza al ser consumidos en dosis suprafisiológicas, especialmente si son combinados con el entrenamiento con cargas.
Para más información sobre el efecto ergogénico de los EAAs y sus efectos secundarios, recomiendo la lectura de estos dos artículos al respecto que publiqué hace tiempo, en los que se profundiza en ambos aspectos.
http://powerexplosive.com/esteroides-androgenicos-anabolizantes-la-realidad/
http://powerexplosive.com/esteroides-androgenicos-anabolizantes-parte-ii/
El objetivo de este artículo, sin embargo, es enfocarnos en los efectos a largo plazo del consumo de EAAs. Se trata de un tema controvertido y complejo, dada la dificultad implícita en realizar un estudio longitudinal que controle todas las variables individuales, frecuencia de consumo, dosis consumida, tipo de EAAs empleados, factores ambientales y genéticos que puedan influir en los efectos a largo plazo sobre el organismo de una persona.
Las investigaciones realizadas al respecto muestran que el consumo de EAAs genera una inhibición del eje hipotálamo-pituitaria-gonadal (HPG) causada por el exceso de testosterona y sus metabolitos, alterando la ruta de señalización responsable de la espermatogénesis. Si bien existen publicaciones que asocian el consumo de EAAs con el 43% de los casos de hipogonadismo profundo en hombres jóvenes (Coward et al, 2013), la información disponible sobre los efectos a largo plazo es limitada.
Pese a ello, algunos autores sostienen que la alteración farmacológica del HPG puede generar una inhibición a largo plazo de la espermatogénesis y alterar otros marcadores relacionados con la función sexual de forma prácticamente irreversible.
En esta línea de trabajo, Rasmussen et a.l (2016) han publicado recientemente un estudio transversal de casos y controles en el que tratan de comparar los efectos del abuso de EAAs de consumidores actuales y antiguos consumidores en comparación con sujetos no consumidores.
MÉTODOS. SELECCIÓN DE CONSUMIDORES
Para ello, se seleccionó una población de 100 hombres daneses de entre 30 y 36 años con experiencia en el entrenamiento de fuerza recreacional. Los individuos fueron seleccionados en tres grupos:
• Consumidores de EAAs en la actualidad (37 sujetos).
• Antiguos consumidores de EAAs con un período de abstinencia hasta el momento del estudio de al menos 3 meses (33 sujetos).
• Deportistas que negaron haber consumido EAAs a lo largo de su vida (30 sujetos).
Ninguno de los participantes estaba diagnosticado de hipogonadismo congénito, enfermedad cardiovascular o diabetes, ni había sido tratado con testosterona.
Los participantes de los 3 grupos contaban con características similares en cuanto a edad, historial de consumo de tabaco, drogas y estado civil, siendo las horas de entrenamiento semanal la única variable en la que se observaron diferencias entre grupos, de forma que los sujetos consumidores actuales de EAAs entrenaban aproximadamente 2h semanales más que los otros grupos de estudio.
En lo que respecta al tipo de EAAs y dosis empleadas entre los consumidores actuales y antiguos consumidores, no se registraron diferencias significativas entre grupos, siendo las sustancias más consumidas en ambos grupos los ésteres de testosterona, trembolona nandrolona, estanozolol, boldenona, así como inhibidores de aromatasa.
Se realizaron análisis de la testosterona total en plasma, gonadotropinas, globulina de unión a la hormona sexual (SHBG) y otros marcadores relacionados con la función sexual masculina. Igualmente se realizaron pruebas de hipogonadismo, disfunción eréctil y líbido mediante test específicos.
RESULTADOS: LAS SECUELAS DEL CONSUMO DE EAAS A LARGO PLAZO
• TAMAÑO TESTICULAR Y FUNCIÓN SEXUAL
El hipogonadismo agudo es un efecto secundario característico del consumo de EAAs a corto plazo, por lo que cabía esperar una reducción del tamaño testicular en los consumidores actuales. Los resultados mostraron que, efectivamente, este grupo tuvo un volumen testicular significativamente bajo (12,2 (0,7) mL) frente a los no consumidores (22,3 (0,6) mL). El grupo de antiguos consumidores mostró un volumen de 17,4 (0,8) mL, lo cual constituye un valor significativamente inferior al considerado normal y refleja que el hipogonadismo puede prolongarse en el tiempo más allá del período de consumo agudo.
El grupo de ex–consumidores mostró el mayor nivel de síntomas depresivos (24,2% (11,1 – 42,2)), disfunción eréctil (27,3% (13,3; 45,6)), reducción de líbido (40,1% (23,2; 57,0)) y síntomas de fatiga comparado con los grupos control y consumidores actuales.
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Gráfico 1. Porcentaje de sujetos con sintomatología de depresión, disfunción eréctil y líbido disminuida entre los grupos de estudio. Puede observarse que la mayor incidencia se detectó en el grupo de ex–consumidores (Former EAAs abusers), siendo el signo más frecuente la disminución de la líbido (40% de los sujetos), seguido de síntomas depresivos (30%) y disfunción eréctil (25%). Gráfico tomado de Rasmussen et al. (2016).
• NIVELES PLASMÁTICOS DE TESTOSTERONA LIBRE Y OTROS MARCADORES SÉRICOS
Los niveles de testosterona libre en plasma observados fueron extremadamente altos en los sujetos consumidores actuales de EAAs, alcanzándose en algunos casos los 140 nmol/L frente a los 18,8 (16,6 – 22,0) observados en sujetos control. Sin embargo, el grupo de antiguos consumidores reflejó niveles de testosterona sérica significativamente inferiores al grupo control, registrándose una media de 14.4 (11,9 – 17,7) nmol/L. De los ex–consumidores, un 27,2% presentó valores plasmáticos de testosterona libre inferiores al nivel mínimo de referencia estimado en varones sanos no obesos.
Los niveles de gonadotropinas plasmáticas, SHBG, progesterona y otros marcadores asociados con la función sexual no mostraron diferencias significativas entre los ex-consumidores y el grupo control, pese a lo cual el grupo de consumidores actuales reflejó un marcado descenso en los valores registrados.
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Tabla 1. Niveles hormonales registrados en los 3 grupos durante el ensayo. Obsérvese como el tamaño testicular, la testosterona plasmática tota, testosterona libre, androstediona, P-DHEAS y P-SHBG son significativamente inferiores en el grupo de ex-consumidores (Former EAAs abusers) que en el grupo control (Control group). Tabla extraída de Rasmussen et al. (2016).
CONCLUSIONES
• Los sujetos con antecedentes en el consumo de EAAs muestran un descenso marcado en los niveles de testosterona total y testosterona libre en plasma, así como un tamaño testicular reducido.
• Hasta un 40% de los ex-consumidores mostraron disminución de la líbido, un 30% signos de depresión y un 25% disfunción eréctil tras dos años sin consumo de EAAs.
• Los síntomas observados son explicados por los autores como consecuencia de un descenso brusco en los niveles de andrógenos tras experimentar incrementos suprafisiológicos en los niveles de hormonas androgénicas por el consumo de EAAs. Este proceso podría incidir negativamente sobre la desregulación del eje hipotálamo-pituitaria-gonadal (HPG) y generar la disfunción sexual y otros síntomas, incluso años después de cesar el consumo de la sustancia.
• El consumo agudo de EAAs se asocia, a corto plazo, con alteraciones bioquímicas en el proceso de espermatogénesis e hipogonadismo.
Referencias
• Coward, R. M., Rajanahally, S., Kovac, J. R., Smith, R. P., Pastuszak, A. W., & Lipshultz, L. I. (2013). Anabolic steroid induced hypogonadism in young men. The Journal of urology, 190(6), 2200-2205.
• Rasmussen, J. J., Selmer, C., Østergren, P. B., Pedersen, K. B., Schou, M., Gustafsson, F., … & Kistorp, C. (2016). Former Abusers of Anabolic Androgenic Steroids Exhibit Decreased Testosterone Levels and Hypogonadal Symptoms Years after Cessation: A Case-Control Study. PloS one, 11(8), e0161208.