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CUANTIFICACIÓN DE LA CARGA EN DEPORTES DE EQUIPO

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Antoni

AUTOR: ANDONI

      

CUANTIFICACIÓN DE LA CARGA EN DEPORTES DE EQUIPO

En deportes en los que se compite 1 o incluso 2 veces a la semana, llevar una monitorización lo más exacta posible del entrenamiento resulta vital, no sólo para asegurar que nos enfrentamos a la competición en las mejores condiciones posibles, sino también para minimizar el número de lesiones durante la temporada, ya que un exceso en la carga impuesta al deportista puede resultar en un aumento del riesgo de lesión (Gabett & Domrow, 2007; Gabett & Jenkins, 2011).

Debido a que un jugador puede percibir una misma carga impuesta de manera totalmente diferente a otro jugador, en un colectivo, la individualización del entrenamiento puede volverse un auténtico problema.

Es importante, por tanto, realizar una cuantificación de la carga no únicamente a través de medidores de la carga externa (el entrenamiento realizado), sino ser capaces de medir la carga interna (el efecto del entrenamiento en el deportista). Para ello, disponemos de distintos métodos.

Antes de empezar a fondo, para entender mejor estos términos, os recomiendo ver el siguiente video de David hablando sobre la carga de entrenamiento.

MÉTODOS DE CUANTIFICACIÓN DE LA CARGA EXTERNA

UNIDADES ARBITRARIAS (UA)

Para la medición de la carga externa, el método más aceptado es la utilización de unidades arbitrarias (UA). Este método consiste en darle un valor de carga X a cada ejercicio, teniendo en cuenta sus características, para así después multiplicarlo por el tiempo en minutos por el que se ha realizado dicho ejercicio.

Cabe destacar que, los deportes de equipo tienen unas características especiales, a través de las cuales se puede aumentar la carga de trabajo sin necesidad de aumentar la intensidad en el aspecto condicional.

Por ello, a la hora de establecer las unidades arbitrarias es importante tener en cuenta los aspectos fisiológicos (tiempo en X zona de frecuencia cardíaca (FC) o a cierta velocidad, metros recorridos…) y también otros aspectos que puedan aumentar la carga cognitiva como la especificidad del juego, la toma de decisiones o la inclusión o no de competición en la tarea, entre otras tantas variables.

En la siguiente imagen podemos observar un ejemplo de cuantificación de la carga a través de unidades arbitrarias (UA). Este método en concreto le da una valoración arbitraria a diferentes parámetros, tanto a la carga externa (nivel de exigencia y complejidad técnico-táctica), como a la carga interna (percepción subjetiva del esfuerzo y frecuencia cardiaca media):

carga-arbitrarias

Tabla 1: Ejemplo de cuantificación de la carga a través de unidades arbitrarias (extraído de Chena, 2015).

De esta manera, la división de las tareas queda un tanto genérica, por ello es posible añadir una serie de variables (número de jugadores, tamaño del campo, competición, etc) que puedan aumentar o disminuir en cierta medida el valor de las divisiones anteriores, como podemos ver en el siguiente ejemplo:

carga-variable

Tabla 2: Ejemplo de diferentes variables que pueden aumentar el valor arbitrario a las tareas (Extraído de Chena, 2015).

GPS

Una de las principales limitaciones del método de UA reside en que en ciertas tareas, aquellas de carácter más abierto, en las que el jugador no realiza un recorrido pre-establecido sino que se mueve según se desarrolla el juego, dos jugadores pueden actuar ante una misma tarea de manera totalmente diferente, y por ende realizar un trabajo diferente. Diversos autores proponen, a partir de dicha limitación, utilizar medidores de carga externa individuales para cada jugador.

Se propone, entonces, el uso del GPS, el cual es capaz de medir no solo la distancia recorrida sino también otros datos de gran interés, como la velocidad a la que se ha recorrido dicha distancia y el tiempo durante el cual los jugadores se han desplazado a X velocidad, entre otros (Aughey, 2011).

carga-gps

A pesar de la gran utilidad de los GPS, a medida que aumenta la velocidad, disminuyen su exactitud, además de no ser capaces de cuantificar la carga de saltos, golpeos o entradas (Aughey, 2011). Otro aspecto negativo ligado a su uso es, obviamente, su alto precio, ya que un pack de 10 puede llegar a costar hasta 6000€, un precio que no muchos clubes pueden permitirse.

MÉTODOS DE CUANTIFICACIÓN DE LA CARGA INTERNA

FRECUENCIA CARDIACA

El uso de la frecuencia cardiaca en los deportes de equipo como método de cuantificación de la carga es uno de los más utilizados, ya que es un método no invasivo para medir la función fisiológica de los jugadores durante la sesión.

Para la medición de la carga a través de la frecuencia cardiaca en los deportes de equipo, se han utilizado principalmente dos métodos. El método TRIMP, el cual se basa en el incremento de la frecuencia cardiaca teniendo en cuenta la duración del entrenamiento multiplicado por un factor de intensidad (Banister, 1991) y el método de entrenamiento por zonas, el cual divide en diferentes zonas la frecuencia cardiaca de cada jugador teniendo en cuenta su FC Reserva, es decir, la FC Máxima – FC Reposo (Edward, 1994).

El principal problema de la medición de la carga a través de este método es que no es capaz de medir el aumento de esfuerzo durante las acciones maximales, como los sprints o los saltos, los cuales son muy habituales en este tipo de deportes (Achten & Jeukendrup, 2003).

carga-frecuencia

PERCEPCIÓN SUBJETIVA DE ESFUERZO (RPE)

La RPE tal vez sea el método de cuantificación más utilizado en todo el mundo, debido principalmente a su facilidad de utilización y que no requiere de ningún material especial para poder llevarlo a cabo.

A través de este método se pretende lograr una mayor individualización en este tipo de deportes, obteniendo la información desde el propio jugador. De este modo se obtendrá el valor de intensidad de la sesión para cada sujeto, el cual después se multiplicará por el volumen (en minutos), para así obtener el valor de la carga total de manera totalmente individualizada (Impellizzeri, Rampinini, Coutts, Sassi & Marcora, 2004).

Este método consiste en pedirle al jugador que valore numéricamente (del 0-10 en el caso de utilizar la Escala de Borg modificada) cómo de dura le ha resultado la sesión. Es muy importante explicarle al jugador que cualquier valor que nos comunique es totalmente válido ya que, de no ser así, probablemente el jugador nos indique el valor que el crea que nosotros queremos escuchar.

carga-rpe

Por otro lado, es importantísimo no hacer una valoración enfrente suyo, es decir, si el jugador nos indica un valor muy bajo, por ejemplo, no deberíamos decirle que eso es que no se ha esforzado lo suficiente, ya que la próxima vez, ante una misma percepción del esfuerzo, nos dirá un valor más alto simplemente para no recibir ninguna bronca. Es importante que el jugador esté familiarizado con esta escala y que aprenda a utilizarla, labor esta de los preparadores físicos y entrenadores.

Por último, se recomienda que la valoración se realice a solas con el jugador, en un sitio apartado de sus compañeros, y que este no le comunique al resto de jugadores el valor que le ha indicado al entrenador, para que así la valoración del resto no se vea influenciada.

Para que la medición de la RPE sea fiable, se ha recomendado realizarla tanto inmediatamente después del ejercicio en cuestión, como 30 minutos después de finalizar el entrenamiento, debido a que de hacerla sólo inmediatamente después podría darse una contaminación de los resultados con el último ejercicio (Foster et al. 2001).

Por otro lado, un estudio realizado por Kraft, Green & Thompson, (2014) concluyó que la fiabilidad de los resultados era igual de alta realizando el cuestionario únicamente 15 minutos después de finalizar el entrenamiento. De esta manera, la realización de este método resultaría aún más cómoda, ya que los jugadores podrían responder aproximadamente nada más salir del vestuario tras la ducha.

CUESTIONARIOS DE BIENESTAR

Los cuestionarios de bienestar son ya una práctica habitual en el alto rendimiento, y es que hay una relación estrecha entre el impacto del entrenamiento y el estado de bienestar y anímico del deportista (Morgan, O’Connor, Ellickson & Bradley, 1998).

McLean et al. (2010) realizaron un cuestionario para evaluar el estado de bienestar de los jugadores en deportes de equipo. Este cuestionario evalúa 5 apartados: la percepción de la fatiga, la calidad del sueño, el daño muscular, los niveles de estrés y el estado anímico de los deportistas. Para ello, se utiliza una escala del 1 al 5:

carga-fatiga

Tabla 3: Ejemplo de cuestionario de bienestar (extraído de Morgan et al., 1998).

Un aspecto muy positivo de los cuestionarios de bienestar es que nos ayudan a definir con mayor precisión el tipo de fatiga que el deportista presenta, es decir, fatiga global, psicológica, muscular…

CONCLUSIONES

Como he apuntado anteriormente, la cuantificación individual de la carga es un aspecto determinante en el entrenamiento, ya que solo de esta manera podremos entender cómo le está afectando el entrenamiento a cada deportista y por qué.

Todos los métodos anteriormente citados tienen sus ventajas y limitaciones, ya sea por temas económicos o por la incapacidad de medir ciertos aspectos del entrenamiento.

Ciertos métodos son muy precisos midiendo la carga externa, pero son incapaces de determinar cómo le está afectando a los jugadores, mientras que otros son capaces de medir la respuesta de cada deportista ante el entrenamiento, pero no nos ofrece una información detallada sobre el trabajo realizado.

Por ello, no debería elegirse un único método para la cuantificación de la carga sino que deberían combinarse los diferentes métodos para que puedan complementarse entre ellos.

De igual manera, no deberíamos excedernos en la obtención de datos, ya que nos costará un esfuerzo, un dinero y un tiempo que tal vez podríamos haberlo invertido en otra cosa. A la hora de elegir qué método usar, lo principal es saber qué queremos medir, para aplicar las herramientas estrictamente necesarias.

carga-kyle

Referencias

• Achten, J., & Jeukendrup, A. E. (2003). Heart rate monitoring. Sports medicine, 33(7), 517-538.

• Aughey, R. J. (2011). Applications of GPS technologies to field sports. Int J Sports Physiol Perform, 6(3), 295-310.

• Banister, E. W. (1991). Modeling elite athletic performance. Physiological testing of elite athletes, 403-424.

• Chena, M. (2015). Propuesta para la cuantificación de cargas en el entrenamiento contextualizado. Futbolpf: Revista de Preparacion física en el Futbol, (18), 35-55.

• Edwards, S. (1994). The Heart Rate Monitor Book. Medicine & Science in Sports & Exercise, 26(5), 647.

• Foster, C., Florhaug, J. A., Franklin, J., Gottschall, L., Hrovatin, L. A., Parker, S., … & Dodge, C. (2001). A new approach to monitoring exercise training. The Journal of Strength & Conditioning Research, 15(1), 109-115.

• Gabbett, T. J., & Domrow, N. (2007). Relationships between training load, injury, and fitness in sub-elite collision sport athletes. Journal of sports sciences, 25(13), 1507-1519.

• Gabbett, T. J., & Jenkins, D. G. (2011). Relationship between training load and injury in professional rugby league players. Journal of Science and Medicine in Sport, 14(3), 204-209.

• Impellizzeri, F. M., Rampinini, E., Coutts, A. J., Sassi, A., & Marcora, S. M. (2004). Use of RPE-based training load in soccer. Medicine and science in sports and exercise, 36(6), 1042-1047.

• Kraft, J. A., Green, J. M., & Thompson, K. R. (2014). Session ratings of perceived exertion responses during resistance training bouts equated for total work but differing in work rate. The Journal of Strength & Conditioning Research, 28(2), 540-545.

• McLean, B. D., Coutts, A. J., Kelly, V., McGuigan, M. R., & Cormack, S. J. (2010). Neuromuscular, endocrine, and perceptual fatigue responses during different length between-match microcycles in professional rugby league players. Int J Sports Physiol Perform, 5(3), 367-383.

• Morgan, W. P., O’Connor, P. J., Ellickson, K. A., & Bradley, P. W. (1988). Personality structure, mood states, and performance in elite male distance runners. International Journal of Sport Psychology.


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