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EFECTO DEL ENTRENAMIENTO DE FUERZA EN MUJERES POSMENOPÁUSICAS

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0 Ejercicios de Cadena Cinética Abierta y Cerrada

AUTOR: DANI

EFECTO DEL ENTRENAMIENTO DE FUERZA EN MUJERES POSMENOPÁUSICAS

La actividad física es una importante fuente de salud y calidad de vida, no solo en jóvenes sino también en edades avanzadas. Con ella se contribuye a la prevención y tratamiento de enfermedades mejorando, además, la capacidad física y función mental.

En un reciente estudio se evaluó el efecto del entrenamiento con cargas con elementos de estiramiento sobre la composición corporal y la calidad de vida en las mujeres en edad posmenopáusica.

INTRODUCCIÓN

Los cambios en la composición corporal que acompañan al proceso de envejecimiento implican una reducción de la masa muscular (en torno al 1-2% anual a partir de los 50 años) y aumento de grasa corporal, la cual está sujeta a una redistribución más centralizada.

Se ha visto, además, que la falta de actividad física provoca un aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular, la diabetes de tipo II, algunos tipos de cáncer, osteoporosis, obesidad y depresión.

Las investigaciones más recientes sugieren que el entrenamiento con cargas en adultos conduce a la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas, y a través de su influencia en el sistema músculo-esquelético provoca una mejora en la salud física y mental.

Entre sus beneficios están, a parte del obvio aumento de la masa magra y fuerza, la reducción de caídas, reduce la sensibilidad al dolor, mejora la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina, aumenta la densidad ósea y la tasa metabólica basal, reduce el riesgo de enfermedades del sistema circulatorio, ayuda al mantenimiento de la condición física y mejora la calidad de vida mediante la reducción de los estados emocionales negativos

Motivado por estos datos, el objetivo de presente estudio fue evaluar el efecto de 8 semanas de entrenamiento con cargas y ejercicios de estiramiento en la composición corporal y la calidad de vida en las mujeres en edad posmenopáusica.

EL ESTUDIO

Participaron en la prueba 38 mujeres sanas entre 50 y 76 años y fueron divididas en 2 grupos, uno de ellos sometido al programa de entrenamiento en cuestión y un grupo control que no participó en ningún entrenamiento.

El programa tenía una duración de 8 semanas, se realizaba dos veces en semana y tenía una duración de 60min. Incluía ejercicio de intensidad moderada y estiramientos.

entrenamiento cargas
Antes y después del programa de 8 semanas se realizaron medidas antropométricas, mediciones de la composición corporal y la evaluación de la calidad de vida de los sujetos para así comprobar los posibles cambios.

CONCLUSIONES

Se observaron algunos cambios positivos, tales como una remodelación de la composición corporal (asociada a la reducción de ciertos factores de riesgo) y mejora de la función física y mental. El IMC no sufrió cambios reseñables. Esto refuerza la idea de que el gimnasio con una forma de entrenamiento adaptado puede ser recomendado como una actividad saludable para las mujeres mayores de 50.

Dado que la muestra de sujetos es algo limitada y la duración del estudio corta, el valor de los resultados no debe generalizarse. Este estudio podría tomarse como piloto para otros más sólidos. Más adelante, los efectos del entrenamiento serán puestos a prueba en grupos separados de mujeres con peso normal, sobrepeso y obesidad.

Referencias

Effect of resistance training with elements of stretching on body composition and quality of life in posmenopausal women. Małgorzata Socha, Paulina Frączak, Wiesława Jonak, and Krzysztof A. Sobiech. Prz Menopauzalny. 2016 Mar; 15(1): 26–31

Goodpaster BH, Park SW, Harris TB, et al. The loss of skeletal muscle strength, mass, and quality in older adults: the health, aging, and body composition study. J Gerontol A Biol Sci Med Sci. 2006;61:1059–1064.

Kuk JL, Saunders TJ, Davidson LE, Ross R. Age-related changes in total and regional fat distribution. Ageing Res Rev. 2009;8:339–348.

Marcell TJ. Sarcopenia: causes, consequences, and preventions. J Gerontol A Biol Sci Med Sci. 2003;58A:911–916.

Lee IM, Shiroma EJ, Lobelo F, et al. Effect of physical inactivity on major non-communicable diseases worldwide: an analysis of burden of disease and life expectancy. Lancet. 2012;380:219–229.

Ciccolo JT, Carr LJ, Krupel KL, et al. The role of resistance training in the prevention and treatment of chronic disease. Am J Lifestyle Med. 2010;4:293–308


LO QUE DEBES CONOCER DEL HUEVO

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AUTOR :ÓSCAR GIL

LO QUE DEBES CONOCER DEL HUEVO

Sí, otro artículo sobre huevos que se suma a los que tratamos en esta misma web[1,2], pero esta vez dando un paso más allá en la relación que nos han hecho creer con los problemas de salud.

Está bien, te podrás seguir preguntando “¿para qué otro artículo sobre lo mismo?”. Aunque hay abundante información al respecto, la sociedad no tiene un acceso fácil y rápido a ella – tema que daría para otro artículo – y el único medio rápido son los profesionales médicos. El “problema” es que la medicina y la nutrición son ciencias que se reciclan diariamente, y muchos profesionales de hoy día no acompañan el proceso. Esto lleva a adoptar directrices y prácticas que se han probado negligentes.

Es comprensible que ahora el ciudadano con formación media en biología se cuestione este nuevo movimiento: No podemos estar medio siglo trabajando en base a evidencia muy desactualizada[3] y súbitamente intentar cambiar las guías clínicas sobre el colesterol de un día para otro.

La guía clínica sobre la que se sostienen los protocolos de actuación relacionados con el colesterol data del 2013, conocida como Adult Treatment Panel IV (ATP IV). Tuvo cierta polémica antes de su publicación, puesto que se esperaban grandes avances como la relajación del límite del colesterol LDL-c o incluso su completa eliminación [4] pero no fue así. Consecuencia de ello, hay disponible una carta abierta[5] al ATP IV clamando por la eliminación de dichos límites al no haber evidencia real que respalde cifras objetivo de LDL-c y los tratamientos usados no han demostrado ser seguros.

Dicho esto, profundicemos un poco en el tema.

COMPOSICIÓN DEL HUEVO

La siguiente tabla muestra el desglose de nutrientes de un huevo de tamaño mediano de 58g (talla M):

huevo composición
Sin entrar mucho en detalle, cabe destacar la tendencia clara de muchos nutrientes a estar presentes en mayor cantidad – o en su totalidad – en la yema.

Del huevo es pertinente resaltar la altísima densidad nutricional, tenemos ante nosotros un alimento con TODAS las vitaminas liposolubles y con todas las vitaminas del grupo B. También existe una presencia de minerales más que remarcable.

BIOTINA

No olvidemos tampoco la biotina, una coenzima implicada en el metabolismo de los macronutrientes. La vía Acetil-CoA carboxilasa I y II es necesaria para la síntesis y oxidación de ácidos grasos, la Piruvato carboxilasa interviene en la gluconeogénesis (remarcando la importancia de la biotina en dietas low-carb) y la vía Propionil-CoA carboxilasa interviene en el metabolismo de aminoácidos, colesterol y ácidos grasos de cadena impar.

Resumiendo, la biotina es una vitamina indispensable para el ser humano. Muy recientemente se comienza a usar contra la esclerosis múltiple ofreciendo resultados muy prometedores[6,7] y en mujeres embarazadas o lactantes se ha probado que es necesario exceder las cantidades diarias recomendadas (CDR)[8]. También se ha probado, aunque con poca evidencia en humanos, que una dieta con carencia de biotina induce defectos cromosómicos que provocan infertilidad y abortos[9].

COLINA

Por otra parte tenemos presente la colina, otro nutriente esencial precursor de la acetilcolina, un neurotransmisor que se encarga de mediar la sinapsis nerviosa. Confiere integridad estructural a las membranas celulares y se encarga de mediar la homeostasis de la homocisteína, como luego comentaremos.

En primer lugar, resaltar la importancia de la colina tanto en el desarrollo fetal como en la vida adulta. Tras estimar las CDR de Colina en torno a 550mg para los hombres (en torno a 4 huevos enteros) y 425mg para las mujeres (en torno a 3 huevos enteros) [10] se comprobó que los hombres consumían de media 302mg/día y las mujeres 271mg/día, situándose notablemente por debajo del consumo recomendado (número de sujetos totales = 14430) [11]

Etapas especialmente cruciales donde la colina necesita ser incluida son el embarazo (incluida lactancia) y la menopausia. No en vano, la placenta es de los pocos tejidos no nerviosos que contienenhuevo y menopausia grandes cantidades de acetilcolina, pues durante la gestación es clave en el desarrollo del hipocampo y para evitar problemas del tubo neural en el feto[12]: las mujeres con los consumos más bajos de colina llegan a tener 4 veces más riesgo de concebir un hijo con problemas de tubo neural que aquellas con los consumos más elevados[13,14] (podría darse debido a la metilación del ADN en el feto[15]). Asímismo, durante la lactancia y a causa del alto contenido en colina de la leche materna, la madre depende en mayor medida del aporte externo dado que su producción endógena es insuficiente para el neonato y ella[16].

En la etapa postmenopáusica, debido a la caída de estrógenos la capacidad de producción endógena de colina en la mujer disminuye y esto, si no se suple con una dieta rica en colina, puede llevar a disfunción hepática y muscular[17], por lo que aumentar su consumo es una decisión prudente.

Y por último, la correcta homeostasis de la homocisteína es de remarcada importancia si consideramos una asociación respaldada ampliamente por la ciencia entre la hiperhomocisteinemia (presencia elevada de homocisteína) y la arteriosclerosis[18,19], además de con el desarrollo de Alzheimer[20], aunque la etiología todavía no está clara[21].

Tengamos también en cuenta que la yema de huevo es la fuente más concentrada de colina que se consume en la dieta; y dado el déficit que hemos visto que existe en la población general y todas las patologías asociadas a él, entre las que se podría encontrar incluso inflamación crónica[22], los alimentos ricos en colina deberían ser promovidos por el gobierno[14].

AMINOGRAMA

El contenido en aminoácidos esenciales del huevo es literalmente inmejorable. Los 9 aminoácidos esenciales están presentes; además, si hablamos de los BCAA’s  encontramos Leucina, Isoleucina y Valina en una cantidad y proporción óptima para la activación de la vía mTOR[23]. Recordemos por otra parte que la leucina podría ser una clave para el tratamiento de la insulinorresistencia característica del síndrome metabólico[24].

Como añadido es pertinente comentar que el huevo es el alimento con más alto valor biológico en proteínas (por debajo únicamente de la proteína de suero), lo que quiere decir que el balance entre nitrógeno (proteínas) ingerido y retenido es 1; o en otras palabras, se absorbe todo lo que comes (a diferencia, por ejemplo, de fuentes vegetales).

huevo proteina
CONTENIDO DE OMEGA 3 – DHA

El equilibrio en el ratio omega 6/omega 3 ha sido tratado en artículos como este, pero estimamos importante recordar que muchas enfermedades crónicas como las cardiovasculares, diabetes, cáncer, obesidad, enfermedades autoinmunes, artritis reumatoide, asma o depresión pueden estar ligadas a varios factores asociados a un ratio alto omega 6/omega 3[25,26]. Así, algunos autores, en concordancia con nuestro entorno evolutivo sugieren un ratio que, obedeciendo la variación genética, de cada individuo se ajusta desde 1:1 a 4:1[26]. Hace escasos 140 años fue cuando se comenzó a violar este ratio debido al desarrollo de la industria aceitera y a la sustitución del pasto por el grano de cereal en la industria ganadera[27] (empeorando considerablemente el perfil lipídico de la carne y pasando así de ratios de 2:1 o 3:1 a 9:1 o 14:1 [28]).

Como en la colina, una etapa clave es el desarrollo fetal e infancia temprana puesto que un déficit de omega 3 en la acreción cerebral temprana (gestación) y tardía (infancia, mayormente hasta los 2 años[29]) podría causar consecuencias irreversibles a largo plazo en la función cerebral[29-31].

Cuando hacemos referencia al omega 3, cabe destacar que el consumo de precursores del DHA, tales como el ALA de origen vegetal (alfa linolénico) nunca llega a interconvertirse en su totalidad a DHA[30]. De hecho la tasa de conversión en hombres varía de un 4% a una cantidad menor indetectable clínicamente[32,33]; mientras que es algo mayor en mujeres, alcanzando un 9%[34].

huevo y omega3
La capacidad antiinflamatoria del omega 3 es algo más que probado[35,36] e incluso se ha hallado eficaz también como alternativa a los AINEs (antiinflamatorios no esteroideos)[37]. Análogamente se ha demostrado su eficacia en pacientes con síndrome metabólico en un descenso de triglicéridos y en una mejora de la condición cardiovascular general[38], y muy recientemente se especula favorablemente sobre su capacidad antiinflamatoria y mejoría asociada en estadios tempranos de Alzheimer[39].

Si se desea profundizar en el tema recomiendo esta revisión[40].

¿TODO ESTO EN TODOS LOS HUEVOS? ¿SON TODOS LOS HUEVOS IGUALES?

Si nunca te has preguntado qué significa el código que aparece impreso en el huevo ha llegado la hora de hacerlo:

huevos código
Se deben priorizar los huevos de código 1 puesto que la forma de cría de la gallina favorece la presencia de los nutrientes que comentábamos antes, por no mencionar que contribuimos a evitar el hacinamiento de las gallinas en jaula.

Las gallinas con acceso al aire libre – bajo mismas condiciones de vacunación, encubamiento y dieta – producen huevos con un total de ácidos grasos mayor; habiendo más mono y poliinsaturados, más omega 3 y más betacarotenos, apuntando al doble de vitamina E y a un ratio omega 6/omega 3 de menos de la mitad en huevos camperos frente a convencionales[41,42].

A priori, se podría pensar que los huevos con código inicial 0 son igualmente elegibles, sin embargo, no recomendamos comprarlos de código 0 (producción ecológica) porque:

● La alimentación puede diferir simplemente en que el pienso sea de producción ecológica obedeciendo los criterios del reglamento Nº 834/2007 [43].

● El poder adquisitivo necesario para comprar este tipo de huevo es mucho mayor que para el huevo campero; y la sostenibilidad en el tiempo mucho menor.

LOS PSEUDOPROBLEMAS CON EL HUEVO

Aquí es donde las recomendaciones oficiales se topan de bruces con la ciencia…¿por qué tu médico no se lleva bien con el colesterol?…¿por qué te dice “¡ojo al “colesterol malo” (LDL)!”?…¿por qué no más de 1 huevo al día (si llega…)?

En la secuela de este artículo responderemos a todas estas preguntas abiertamente. Mientras tanto, os animamos a que le déis más protagonismo en la cocina.

huevo cocinar
Referencias

1. Powerexplosive.com. El consumo de huevos (3 de Julio 2014).

2. Powerexplosive.com. Huevos: El origen del mito (13 de Septiembre 2014).

3. Coronary Heart Disease among Minnesota Business and Professional Men Followed Fifteen Years. Ancel Keys et al. Circulation, (American Heart Association journals); 1963.

4. NATURE | NEWS Sharing. Cholesterol limits lose their lustre. 26 February 2013 Corrected: 08 March 2013.

5. Three Reasons to Abandon Low-Density Lipoprotein Targets. An Open Letter to the Adult Treatment Panel IV of the National Institutes of Health. Rodney A. Hayward, MD and Harlan M. Krumholz, MD, SM.

6. Targeting demyelination and virtual hypoxia with high-dose biotin as a treatment for progressive multiple sclerosis. Sedel F, Bernard D, Mock DM, Tourbah A. Neuropharmacology; 2015 Aug 28.

7. High doses of biotin in chronic progressive multiple sclerosis: a pilot study. Sedel F et al. Multiple Sclerosis & Related Disorders. 2015 Mar.

8. Pregnancy and lactation alter biomarkers of biotin metabolism in women consuming a controlled diet. Perry CA et al. The Journal of Nutrition, 2014 Dec.

9. Biotin-deficient diet induces chromosome misalignment and spindle defects in mouse oocytes. Tsuji A, Nakamura T, Shibata K. Bioscience Biotechnology & Biochemistry. 2015

10. Dietary Reference Intakes for Thiamin, Riboflavin, Niacin, Vitamin B6, Folate, Vitamin B12, Pantothenic Acid, Biotin, and Choline. Food and Nutrition Board.

11. Usual choline and betaine dietary intake and incident coronary heart disease: the Atherosclerosis Risk in Communities (ARIC) Study. Bidulescu A et al. BMC Cardiovascular Disorder 2007; 7: 20.

12. Choline: Critical Role During Fetal Development and Dietary Requirements in Adults. Steven H. Zeisel. Annu Rev Nutr; available in PMC 2008 Jun 30.

13. Periconceptional Dietary Intake of Choline and Betaine and Neural Tube Defects in Offspring. Gary M. Shaw et al. Am. J. Epidemiol. (2004).

14. Choline: an essential nutrient for public health. Steven H Zeisel, Kerry-Ann da Costa. 1 November 2009.

15. The fetal origins of memory: The role of dietary choline in optimal brain development. Steven H. Zeisel; The Journal of Pediatrics November 2006 Volume 149, Issue 5, Supplement, Pages S131–S136.

16. Measurement of free choline concentrations in maternal and neonatal blood by micropyrolysis gas chromatography. McMahon KE, Farrell PM. Clin Chim Acta. 1985 Jun 30.

17. Dietary choline requirements of women: effects of estrogen and genetic variation. Leslie M Fischer et al. Am J Clin Nutr. 2010 Nov.

18. Homocysteine and coronary atherosclerosis: from folate fortification to the recent clinical trials. Charalambos Antoniades et al. European Heart Journal (2009).

19. Homocysteine: role and implications in atherosclerosis. Guthikonda S, Haynes WG.

20. Plasma Homocysteine as a Risk Factor for Dementia and Alzheimer’s Disease. Sudha Seshadri et al. N Engl J Med 2002.

21. Homocysteine as a Risk Factor for Atherosclerosis: Is Its Conversion to S-Adenosyl-L-Homocysteine the Key to Deregulated Lipid Metabolism? Oksana Tehlivets. Journal of Lipids. Volume 2011.

22. Dietary choline and betaine intakes in relation to concentrations of inflammatory markers in healthy adults: the ATTICA study. Detopoulou P et al. Am J Clin Nutr. 2008 Feb.

23. Role of Leucine in the Regulation of mTOR by Amino Acids: Revelations from Structure–Activity Studies. Christopher J. Lynch. J. Nutr. March 1, 2001.

24. Potential Importance of Leucine in Treatment of Obesity and the Metabolic Syndrome. Donald K. Layman and Denise A. Walker. J. Nutr. January 2006.

25. The importance of the ratio of omega-6/omega-3 essential fatty acids. A.P Simopoulos. Biomedicine & Pharmacotherapy. Volume 56, Issue 8, October 2002, Pages 365–379.

26. Evolutionary aspects of diet, the omega-6/omega-3 ratio and genetic variation: nutritional implications for chronic diseases. A.P Simopoulos. Biomedicine & Pharmacotherapy. Volume 60, Issue 9, November 2006, Pages 502–507 (Update).

27. Polyunsaturated fatty acids in the food chain in the United States. PM Kris-Etherton et al. American Journal of Clinical Nutrition January 2000.

28. A review of fatty acid profiles and antioxidant content in grass-fed and grain-fed beef. Cynthia A Daley et al. Nutrition J. 2010.

29. The role of essential fatty acids in neural development: implications for perinatal nutrition. M A Crawford. Am J Clin Nutr May 1993.

30. Docosahexaenoic acid and human brain development: Evidence that a dietary supply is needed for optimal development. J. Thomas Brenna and Susan E. Carlson. Journal of Human Evolution. Volume 77, December 2014, Pages 99–106

31. Dietary (n-3) Fatty Acids and Brain Development. Sheila M. Innis. J. Nutr. April 2007.

32. Distribution, interconversion, and dose response of n−3 fatty acids in humans. Linda M Arterburn et al. Am J Clin Nutr June 2006.

33. Eicosapentaenoic and docosapentaenoic acids are the principal products of alpha-linolenic acid metabolism in young men. Burdge GC et al. Br J Nutr. 2002 Oct.

34. Conversion of alpha-linolenic acid to eicosapentaenoic, docosapentaenoic and docosahexaenoic acids in young women. Burdge GC et al. Br J Nutr. 2002 Oct.

35. Fatty acids from fish: the anti-inflammatory potential of long-chain omega-3 fatty acids. Wall R et al. Nutr Rev. 2010 May.

36. Marine omega-3 fatty acids and inflammatory processes: Effects, mechanisms and clinical relevance. Philip C. Calder. Biochimica et Biophysica Acta (BBA) – Molecular and Cell Biology of Lipids. Volume 1851, Issue 4, April 2015.

37. Omega-3 fatty acids (fish oil) as an anti-inflammatory: an alternative to nonsteroidal anti-inflammatory drugs for discogenic pain. Maroon JC and Bost JW. Surg Neurol. 2006 Apr;65.

38. Omega-3 PUFAs improved endothelial function and arterial stiffness with a parallel antiinflammatory effect in adults with metabolic syndrome. Dimitris Tousoulis et al. Atherosclerosis. Volume 232, Issue 1, January 2014.

39. Omega-3 Fatty Acids in Early Prevention of Inflammatory Neurodegenerative Disease: A Focus on Alzheimer’s Disease. J. Thomas et al. Biomed Res Int. 2015.

40. Omega-3 Fatty Acids EPA and DHA: Health Benefits Throughout Life. Danielle Swanson et al. Adv Nutr. 2012 Jan.

41. Vitamins A, E and fatty acid composition of the eggs of caged hens and pastured hens. H.D. Karsten et al. Renewable Agriculture and Food Systems / Volume 25 / Special Issue 01 / March 2010.

42. Comparison of fatty acid, cholesterol, and vitamin A and E composition in eggs from hens housed in conventional cage and range production facilities. Anderson KE. Poultry Science. 2011 Jul.

43. REGLAMENTO (CE) No 834/2007. Sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos.

44. United States Department of Agriculture: Report 01125, Egg, yolk, raw, fresh.

45. United States Department of Agriculture: Report 01124, Egg, white, raw, fresh.

FUNCIÓN DEL GLÚTEO MAYOR DURANTE LA LOCOMOCIÓN

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FullSizeRender2 SENTADILLA:RENDIMIENTO Vs SALUD

AUTOR: Raúl Ortega

   

FUNCIÓN DEL GLÚTEO MAYOR DURANTE LA LOCOMOCIÓN

Por lo general, el glúteo mayor (GMAX) se ilustra como un solo músculo, pero se puede describir como con dos partes; una superior (craneal) y otra inferior (caudal) (sGMAX y iGMAX, respectivamente) (1).

Anatómicamente, la acción concéntrica principal de GMAX humano es extender la cadera. Sin embargo, las funciones del GMAX en la locomoción son considerablemente más complejas. Durante la locomoción, el GMAX puede proporcionar apoyo al peso, propulsión y control de la inclinación anterior del tronco (1).

Cuando estamos de pie, básicamente está inactivo, y tiene una modesta actividad cuando caminamos a velocidad constante durante una superficie plana (2). Sin embargo, está mucho más activo cuando caminamos en cuesta (3) y cuando subimos escaleras (4), básicamente, cuando las necesidades de propulsión aumentan (1).

En un músculo claramente adaptado a la evolución humana, si nos basamos en las diferencias con los primates existentes, pocos estudios han tratado de discriminar las diferencias funcionales entre las partes superior e inferior del GMAX. Por lo tanto, desde un punto de vista funcional y en un intento de tratar de comprender mejor este músculo, Bartlett et al (1) llevaron a cabo dos experimentos para identificar qué movimientos tenían mayor actividad en el GMAX y cuál era su papel en el control de la inclinación del tronco hacia delante durante la locomoción.

En el primero, se cuantificó la actividad por medio de electromiografía (EMG) en cuatro actividades de locomoción (andar, correr, sprint y escalada) (Imagen 1. Experimento 1).

Durante el segundo, se midió la EMG de los extensores de la cadera mientras los sujetos caminaban y corrían en unas condiciones diseñadas para cambiar las condiciones de inclinación del tronco. Para ello, completaron tres condiciones experimentales en orden aleatorio. En la primera, utilizaron un disco de 2,27kg unido a una barra orientada verticalmente y elevado 1,41 m sobre la cadera (Imagen1. Experimento 2A). Esta barra estaba colocada en una especie de chasis que hacía las veces de mochila. Este aparato tan raro suponía sobre la cadera una perturbación externa que resultaba en un incremento del momento de inercia del torso de un ~70% (5). En la segunda, los sujetos también caminaron y corrieron con una reducción de la demanda para el control del tronco. Hicieron esto uniendo el mismo disco acero de 2,27 kg a una pieza larga de 61 cm de madera orientada horizontalmente detrás de los sujetos (Imagen1. Experimento 2B). En la tercera (grupo control), anduvieron y corrieron con un cinturón lastrado con una masa igual a la utilizada en las otras dos condiciones.

glúteo entrenamiento
Ilustración 1. Ejemplificación de las dos condiciones expermentales.

RESULTADOS

Experimento 1

Como era de esperar, correr, sprintar y escalar, produjeron mayor actividad en el glúteo que caminar. Durante la carrera, la actividad tanto sGMAX como del IGMAX fue mayor que durante la marcha, pero no hubo diferencias significativas en el glúteo medio (GMED). Además, la EMG durante el sprint tuvo un drástico aumento para el GMAX en sus dos divisiones, así como para el glúteo medio en comparación con la marcha. También hubo un aumento muy notable en comparación con la carrera lenta. Durante la subida de la escalera, también hubo mucha más actividad que caminando, pero no se observó una gran diferencia con la carrera lenta. Sí existió con el sprint. A modo de resumen dejo las propias gráficas del estudio. (Imagen 2).

glúteo actividad muscular
Ilustración 2. Actividad muscular en el sGMAX, iGMAX y GMED.

Experimento 2

Durante la primera condición, con el peso arriba, el aumento de la necesidad de controlar la inclinación hacia delante del tronco no aumentó significativamente la actividad muscular en el sGMAX durante la carrera. Sin embargo, sí se observó un aumento del 23% en la actividad iGMAX. En la segunda condición, con el peso detrás del sujeto y colocado horizontalmente, debería de existir una menor necesidad de controlar la inclinación, que en una primeria hipótesis podría reducir la actividad muscular. Dicho esto, no fue así. Aunque los investigadores no esperaban cambios significativos en la actividad muscular durante la marcha para cada condición, sí encontraron un 30% más de actividad del glúteo medio en la condición 1 (con el peso arriba). Es decir, con el peso arriba, mientras caminaban el GMED sí trabajaba notablemente más.

Sorprendentemente y esperando un aumento de la actividad del GMAX en respuesta a una demanda mayor en el control de la inclinación, las perturbaciones no mostraron cambios significativos, solo un 23% más en la porción inferior.

CONCLUSIONES PERSONALES

Los datos del estudio, junto con los de otros más recientes mencionados y en el mismo (6), sugieren que el aumento de la actividad muscular está relacionada con la velocidad y la intensidad del movimiento en lugar de la propia marcha (1). Por lo tanto, y ahí va mi consejo, aunque hay muchos ejercicios para el trabajo de los glúteos, si lo quieres hacer por medio de la locomoción, hazlo sencillo. ¡Corre, pero corre rápido! Desde un punto de vista evolutivo y anecdótico, a la vez que cazábamos en el pasado también tuvimos la necesidad de evitar a los depredadores, pudiendo haber sido la presión selectiva junto a otras necesidades la que favoreció unos potentes glúteos que nos permitían escapar (7). Esta lógica evolutiva, puede sugerir que la hipertrofia del GMAX fue el resultado de su papel en las actividades que requerian velocidad, más que de una adaptación específica a la carrera de resistencia (8).

Por otra parte, se sugiere que la porción superior del GMAX está más implicada en tareas posturales mientras que la inferior lo está en aquellas dinámicas (9). La parte superior puede tener un contenido mayor de fibras lentas, lo que le hace tener un rol más importante en el control de la abducción y flexión durante la marcha (10). No obstante, viendo los resultados del estudio en el momento en que se le exigió más y se perturbó de forma más exagerada la posición, la parte más activada y la única significativa en los resultados fue la inferior. Esto contradice a lo planteado al inicio de este párrafo. No obstante, habría que definir de forma mucho más concreta qué significa “estabilizar”. Esto sugiere que el GMAX nos estabiliza solo cuando la demanda es muy fuerte. Aunque la simple forma de perturbación creada por los autores puede ser útil, ellos mismos reconocen que la propia naturaleza multiarticular del gesto con varios músculos trabajando alrededor de la cadera, hace que sea difícil aislar la función de cualquier músculo en particular.

Así pues, cuantificar la actividad muscular en diferentes posturas, velocidades y actividades nos puede ayudar a entender mejor la función de este músculo desde una perspectiva evolutiva y funcional. Desde una visión más práctica, y que considero nos puede interesar más, también nos ayuda a focalizar el trabajo sobre una parte u otra dependiendo de nuestro objetivo.

Referencias

1. Bartlett JL, Sumner B, Ellis RG, Kram R. Activity and functions of the human gluteal muscles in walking, running, sprinting, and climbing. American journal of physical anthropology. 2014 Jan;153(1):124-31. PubMed PMID: 24218079. Epub 2013/11/13. eng.

2. Neptune RR, Zajac FE, Kautz SA. Muscle force redistributes segmental power for body progression during walking. Gait & posture. 2004 Apr;19(2):194-205. PubMed PMID: 15013508. Epub 2004/03/12. eng.

3. Lay AN, Hass CJ, Richard Nichols T, Gregor RJ. The effects of sloped surfaces on locomotion: an electromyographic analysis. Journal of biomechanics. 2007;40(6):1276-85. PubMed PMID: 16872616. Epub 2006/07/29. eng.

4. Zimmermann CL, Cook TM, Bravard MS, Hansen MM, Honomichl RT, Karns ST, et al. Effects of stair-stepping exercise direction and cadence on EMG activity of selected lower extremity muscle groups. The Journal of orthopaedic and sports physical therapy. 1994 Mar;19(3):173-80. PubMed PMID: 8156070. Epub 1994/03/01. eng.

5. de Leva P. Adjustments to Zatsiorsky-Seluyanov’s segment inertia parameters. Journal of biomechanics. 1996 Sep;29(9):1223-30. PubMed PMID: 8872282. Epub 1996/09/01. eng.

6. Dorn TW, Schache AG, Pandy MG. Muscular strategy shift in human running: dependence of running speed on hip and ankle muscle performance. The Journal of experimental biology. 2012 Jun 1;215(Pt 11):1944-56. PubMed PMID: 22573774. Epub 2012/05/11. eng.

7. Wall-Scheffler CM, Chumanov E, Steudel-Numbers K, Heiderscheit B. Electromyography activity across gait and incline: The impact of muscular activity on human morphology. American journal of physical anthropology. 2010 Dec;143(4):601-11. PubMed PMID: 20623603. Pubmed Central PMCID: PMC3011859. Epub 2010/07/14. eng.

8. Lieberman DE, Raichlen DA, Pontzer H, Bramble DM, Cutright-Smith E. The human gluteus maximus and its role in running. The Journal of experimental biology. 2006 Jun;209(Pt 11):2143-55. PubMed PMID: 16709916. Epub 2006/05/20. eng.

9. McAndrew D, Gorelick M, Brown J. Muscles within muscles: a mechanomyographic analysis of muscle segment contractile properties within human gluteus maximus. Journal of musculoskeletal research. 2006;10(01):23-35.

10. Muscles Alive—their functions revealed by electromyography. Postgraduate Medical Journal. 1963;39(449):162-. PubMed PMID: PMC2482044.

FACTORES DETERMIANTES DE LA FUERZA EXPLOSIVA MÁXIMA (RFD)

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AUTOR: OSCAR

FACTORES DETERMIANTES DE LA FUERZA EXPLOSIVA MÁXIMA (RFD)

En este artículo se analizaron detenidamente una serie de conceptos como los de RFD o MRFD. En esta segunda parte se analizarán los factores que tienen relevancia a la hora de determinar la fuerza explosiva o RFD y los distinguiremos entre factores centrales y periféricos.

Los factores centrales dependen del sistema nervioso central y los factores periféricos hacen referencia a lo que pasa en el músculo, tendón etc. Parece ser que los factores centrales son los más determinantes a la hora de explicar el RFD (Hernández-Davó y Sabido, 2014). A continuación vamos a analizar diferentes factores tanto centrales como periféricos que son determinantes en el RFD.

rfd levantamiento
1. FACTORES CENTRALES

Actividad muscular agonista

La actividad muscular agonista es también conocida como Neural drive. La contracción de la unidad motora y la frecuencia de disparo de la unidad motora son las dos variables que explican la actividad muscular agonista. De este modo, cuando para un gesto determinado son necesarios bajos niveles de fuerza se activan o reclutan un número pequeño de unidades motoras, mientras que en tareas en las que tenemos que generar niveles muy altos de fuerza pueden llegar a ser reclutadas prácticamente todas las unidades motoras. Por otro lado, algunos músculos se reclutan ante la necesidad de generar niveles bajos de fuerza; por el contrario, otros músculos solo son reclutados por encima del 80% de una contracción isométrica máxima. En la actualidad, parece ser que se relaciona más la mejora del reclutamiento de unidades motoras con mejoras de la fuerza ante requerimientos bajos y medios de fuerza y la mejora de la frecuencia de disparo con los incrementos de fuerza cuando tales necesidades de fuerza son medios o altos.

Es muy importante decir que la actividad muscular agonista se suele medir mediante electromiografía (EMG) aunque hay otros métodos para hacerlo (como por ejemplo el ratio de activación central, entre otras), teniendo ventajas y desventajas las diferentes metodologías (Duchateau et al. 2006). Aunque la EMG es la forma más habitual de medida, es importante tener en cuenta que presenta algunos problemas. El más destacado es que la actividad electromiografía mide la actividad neural agonista sin distinguir entre los dos elementos que la formaban, que recordemos eran el reclutamiento de Unidades motoras y por la frecuencia de disparo. Por tanto, la información no es precisa ya que sabemos si la actividad agonista ha aumentado, pero no si lo hizo gracias al reclutamiento o a la frecuencia de disparo y, como dijimos antes, es determinante saberlo porque puede suponer mejoras o no si las necesidades de fuerza son bajas o altas.

Diferentes investigaciones han encontrado aumentos en la actividad EMG después de realizar entrenamiento de fuerza (Vila-cha et.al 2012; Wallerstein et.al 2012), entrenamiento polimétrico (Behrens et al. 2014) y balístico (Gruber et al. 2007). Por tanto, podría parecer que existe una estrecha relación entre el aumento de impulso neural y el RFD, no obstante, encontramos investigaciones contradictorias. Otras investigaciones encontraron también un aumento de la actividad EMG pero sin cambios en el RFD (Hakkinen et al. 1985; Hakinnen et al. 1998) y varios estudios más encontraron una mejora en el RFD sin cambios en la actividad EMG (Blazevich et al. 2008; Blazevich et al. 2009; Vangsgaard et al. 2014)

2. FACTORES PERIFÉRICOS

Tipo de fibra muscular

Las fibras de tipo II tienen una velocidad de contracción significativamente más rápida que las fibras tipo I, por tanto, el entrenamiento de fuerza podría afectar al RFD mediante dos mecanismos:

• Puede suponer un cambio en el tipo de fibra muscular.

• El crecimiento muscular podría ser preferencia en las fibras tipo II

En la investigación de Mitchell et al. (2012) se utilizaron dos entrenamientos, uno al 30% de RM y otro al 80% del RM, ambos al fallo. Se observó que en el grupo que trabajo al 30% el aumento de las fibras tipo I fue casi el doble que en de las fibras tipo II. En otra investigación de Campos et al (2002), se observó como el grupo que trabajó al 20-30RM aumentó las fibras tipo I, tipo II y tipo IIX en una proporción similar; no obstante, otro grupo que trabajó al 3-5RM aumentó en más proporción las fibras tipo II y tipo IIX que las tipo I.

Como vemos, las cargas más altas son claramente superiores a la hora de estimular las fibras tipo II y, dado que estas por su mayor velocidad de contracción son más relevantes a la hora de mejorar el RFD, está claro que las cargas altas pueden ser un gran aliado a la hora de mejorar el RFD.

No obstante, aunque el trabajo pesado sea una gran herramienta a la hora de mejorar el RFD no puede ser la única, ya que, algún estudio como el de Andersen et al. (2010) observó que con un entrenamiento de fuerza pesado se redujo el RFD en la fase temprana (primeros 100ms) aunque sí que se aumentó el RFD en la fase tardía (200ms). Esto puede ser nefasto, ya que en la mayoría de deportes, como dijimos en la primera entrega, hay que aplicar fuerza antes de los 200ms.

rfd fuerza
Longitud del fascículo muscular

A continuación vamos a analizar el papel de la longitud del fascículo muscular sobre el RFD. Se centra menos atención en esta variable que en otras como el tipo de fibra, no obstante, es bastante relevante la interacción entre la longitud del fascículo y el RFD.

El entrenamiento por excelencia a la hora de incrementar la longitud del fascículo es, sin duda, el entrenamiento excéntrico (Blazevich et al. 2007; Baroni et al. 2013). Sin embargo, diferentes investigaciones han encontrado mejoras en la longitud del fascículo después de un entrenamiento orientado a la mejora del ciclo estiramiento-acortamiento (Alegre et al. 2006; Blazevich et al. 2003) e incluso después de un entrenamiento de fuerza solamente concéntrico (Blazevich et al. 2007; Kim et al. 2014).

Cuando se aumenta la longitud del fascículo muscular se produce a través de un incremento de sarcómeros en serie o proceso, también conocido como sarcomerogénesis. Esto implica dos cosas, una positiva y una negativa para el RFD:

Dado que todos los sarcómeros de un fascículo muscular se contraen juntos al ser estimulado este fascículo por la motoneurona, al tener el fascículo más sarcómeros se produce una mayor contracción y más rápida, que da lugar a un mayor RFD (Gans y Gaunt, 1991).

• Cuando el número de sarcómeros en serie aumenta, se reduce la rigidez muscular y esto implica un descenso del RFD (Wilkie, 1949).

Por tanto, podemos decir que la longitud del fascículo puede suponer una ventaja o desventaja si lo relacionamos con el RFD. Alegre et al. (2006) encontraron aumentos tanto en la longitud del fascículo como en el RFD después de un entrenamiento de fuerza a largo plazo. Por el contrario, Blazevich et al. (2009) encontraron reducciones en el RFD asociado a este aumento de la longitud del fascículo. Como vemos hay resultados contradictorios, por tanto, a veces el efecto positivo de aumentar la velocidad de contracción muscular no es capaz de contrarrestar el efecto negativo de pérdida de rigidez muscular.

Rigidez del tendón

Este es un aspecto clave a la hora de explicar el RFD, ya que, una mayor rigidez del tendón está asociada a una mejora del RFD (Kubo et al. 2001). Además esta mayor rigidez está también asociada positivamente con el rendimiento deportivo (Bojsen-Moller et al. 2005). Tanto el entrenamiento de fuerza como el pliométrico están asociados a una mayor rigidez del tendón (Kubo et al. 2001; Burguess et al. 2007). Cuanto mayores sean los niveles de fuera requeridos en el entrenamiento de fuerza en cuestión, mayor será el efecto sobre la rigidez del tendón, aunque los aumentos en esta rigidez, se producirán independientemente del tipo de entrenamiento de fuerza (Bohm et al. 2015).

Aunque el tipo de fibra o los factores centrales se piensa que son más determinantes a la hora de aumentar el RFD, no se debe menospreciar la importancia de la rigidez del tendón, ya que, la relación entre el RFD y la rigidez del tendón es muy grande y puede estar incluso por encima de los factores centrales. Reeves et al. (2003) vieron el efecto de un entrenamiento de fuerza de 14 semanas y los datos encontrados fueron claros. El RFD aumentó un 27%, no hubo cambios significativos en la activación central, sin embargo la rigidez del tendón aumento un 69%.

RFD explosividad
Velocidad de conducción de la fibra muscular

Cuando nos referimos a este término lo hacemos en referencia a la velocidad a la que se despolariza la membrana de la fibra muscular (sarcolema). Esta despolarización ocurre justo antes de la etapa en la que se mide la velocidad de contracción de la fibra y, por supuesto, es totalmente necesaria en la contracción de la fibra.

En algunas investigaciones se encontró que, un entrenamiento de fuerza a largo plazo es capaz de mejorar la velocidad de conducción de la fibra muscular y además también se incrementa simultáneamente el RFD (Vila-Cha et al. 2010; Cadore et al. 2014). No obstante, falta investigación al respecto, ya que, estas mejoras en RFD y velocidad de conducción de la fibra no se han asociado y puede ser que exista una relación casual entre las dos variables.

Bibliografía

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2. Andersen, L. L., Andersen, J. L., Zebis, M. K., & Aagaard, P. (2010). Early and late rate of force development: differential adaptive responses to resistance training?. Scandinavian journal of medicine & science in sports, 20(1), e162-e169

3. Baroni, B. M., Geremia, J. M., Rodrigues, R., Azevedo Franke, R., Karamanidis, K., & Vaz, M. A. (2013). Muscle architecture adaptations to knee extensor eccentric training: rectus femoris vs. vastus lateralis. Muscle & Nerve, 48(4), 498-506

4. Behrens, M., Mau-Moeller, A., & Bruhn, S. (2014). Effect of plyometric training on neural and mechanical properties of the knee extensor muscles. International journal of sports medicine, 35(2), 101

5. Blazevich, A. J., Gill, N. D., Bronks, R., & Newton, R. U. (2003). Training-specific muscle architecture adaptation after 5-wk training in athletes. Medicine & Science in Sports & Exercise, 35(12), 2013-2022

6. Blazevich, A. J., Cannavan, D., Coleman, D. R., & Horne, S. (2007). Influence of concentric and eccentric resistance training on architectural adaptation in human quadriceps muscles. Journal of Applied Physiology, 103(5), 1565-1575

7. Blazevich, A. J., Horne, S., Cannavan, D., Coleman, D. R., & Aagaard, P. (2008). Effect of contraction mode of slow‐speed resistance training on the maximum rate of force development in the human quadriceps. Muscle & nerve, 38(3), 1133-1046

8. Blazevich, A. J., Cannavan, D., Horne, S., Coleman, D. R., & Aagaard, P. (2009). Changes in muscle force-length properties affect the early rise of force in vivo. Muscle & nerve, 39(4), 512

9. Bohm, S., Mersmann, F., & Arampatzis, A. (2015). Human tendon adaptation in response to mechanical loading: a systematic review and meta-analysis of exercise intervention studies on healthy adults. Sports Medicine-Open, 1(1), 1-18

10. Bojsen-Møller, J., Magnusson, S. P., Rasmussen, L. R., Kjaer, M. & Aagards, P. (2005). Muscle performance during maximal isometric and dynamic contractions is influenced by the stiffness of the tendinous structures. Journal of Applied Physiology, 99 (3), pp. 985-94

11. Burgess, K. E., Connick, M. J., Graham-Smith, P., & Pearson, S. J. (2007). Plyometric vs. isometric training influences on tendon properties and muscle output. The Journal of Strength & Conditioning Research, 21(3), 986-989

12. Cadore, E. L., González-Izal, M., Pallarés, J. G., Rodriguez-Falces, J., Häkkinen, K., Kraemer, W. J., & Izquierdo, M. (2014). Muscle conduction velocity, strength, neural activity, and morphological changes after eccentric and concentric training. Scandinavian journal of medicine & science in sports, 24(5), e343

13. Campos, G. E., Luecke, T. J., Wendeln, H. K., Toma, K., Hagerman, F. C., Murray, T. F., & Staron, R. S. (2002). Muscular adaptations in response to three different resistance-training regimens: specificity of repetition maximum training zones. European Journal of Applied Physiology, 88(1-2), 50-60

14. Duchateau, J., Semmler, J. G., & Enoka, R. M. (2006). Training adaptations in the behavior of human motor units. Journal of Applied Physiology, 101(6), 1766-1775.

15. Gans, C., & Gaunt, A. S. (1991). Muscle architecture in relation to function. Journal of Biomechanics, 24, 53-65

16. Gruber, M., Gruber, S. B., Taube, W., Schubert, M., Beck, S. C., & Gollhofer, A. (2007). Differential effects of ballistic versus sensorimotor training on rate of force development and neural activation in humans. Journal of strength and conditioning research, 21(1), 274

17. Häkkinen, K., Alén, M., & Komi, P. V. (1985). Changes in isometric force-and relaxation-time, electromyographic and muscle fibre characteristics of human skeletal muscle during strength training and detraining. Acta physiologica Scandinavica, 125(4), 573

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20. Kim, S. Y., Ko, J. B., Farthing, J. P., & Butcher, S. J. (2014). Investigation of supraspinatus muscle architecture following concentric and eccentric training. Journal of Science and Medicine in Sport

21. Kubo, K., Kanehisa, H., Ito, M., & Fukunaga, T. (2001). Effects of isometric training on the elasticity of human tendon structures in vivo. Journal of Applied Physiology, 91(1), 26-32

22. Mitchell, C. J., Churchward-Venne, T. A., West, D. W., Burd, N. A., Breen, L., Baker, S. K., & Phillips, S. M. (2012). Resistance exercise load does not determine training-mediated hypertrophic gains in young men. Journal of applied physiology, 113(1), 71-77

23. Reeves, N. D., Maganaris, C. N., & Narici, M. V. (2003). Effect of strength training on human patella tendon mechanical properties of older individuals. The Journal of Physiology, 548(3), 971-981

24. Vangsgaard, S., Taylor, J. L., Hansen, E. A., & Madeleine, P. (2014). Changes in H reflex and neuromechanical properties of the trapezius muscle after 5 weeks of eccentric training: a randomized controlled trial. Journal of Applied Physiology, 116(12), 1623-1631

25. Vila-Chã, C., Falla, D., Correia, M. V., & Farina, D. (2012). Changes in H reflex and V wave following short-term endurance and strength training. Journal of Applied Physiology, 112(1), 54-63

26. Vila-Chã, C., Falla, D., & Farina, D. (2010). Motor unit behavior during submaximal contractions following six weeks of either endurance or strength training. Journal of applied physiology (Bethesda, Md.: 1985), 109(5), 1455

27. Wallerstein, L. F., Tricoli, V., Barroso, R., Rodacki, A. L., Russo, L., Aihara, A. Y., & Ugrinowitsch, C. (2012). Effects of strength and power training on neuromuscular variables in older adults. Journal of aging and physical activity, 20(2), 171-85.

28. Wilkie, D. R. (1949). The relation between force and velocity in human muscle. The Journal of physiology, 110(3-4), 249-280

GHD SIT-UPS, EJERCICIO POTENCIALMENTE LESIVO

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vicente 21 Incluye Omega 3 en tu dieta, ¡ES UNA ORDEN!

Autor: Vicente

       

GHD SIT-UPS, EJERCICIO POTENCIALMENTE LESIVO

Los GHD Sit-Ups se han popularizado últimamente en el mundo del entrenamiento debido al “boom” del Crossfit, siendo un ejercicio muy común en los BOX y en las competiciones de esta modalidad deportiva.

Sin embargo, que este ejercicio sea uno de los más utilizados en el Crossfit no quiere decir que sea el ejercicio más saludable o recomendable de cara a mejorar nuestro rendimiento deportivo o nuestra salud.

EL EJERCICIO

ejercicio GHD Sit-Ups
Ejecución del GHD-SIt-Up durante un evento competitivo de Crossfit.

Este ejercicio ya era utilizado en el gimnasio anteriormente al “boom” del Crossfit, conocido como “Roman Chair Sit-Up“.

¿En qué consiste el ejercicio?

1. El ejercicio se comienza sentados en el GHD con los tobillos colocados entre las almohadillas, las rodillas ligeramente flexionadas y los glúteos situados ligeramente por fuera de la almohadilla principal del aparato.

2. Iniciamos el movimiento realizando una extensión de cadera y tronco de modo que nuestras manos pasen por encima de nuestra cabeza extendiendo los brazos y acaben tocando el suelo.

3. Una vez tocamos el suelo, de forma explosiva extenderemos nuestras rodillas a la vez que elevamos el tronco realizando una flexión de cadera y de columna de modo que lleguemos a tocar las almohadillas donde tenemos colocados los pies con las puntas de nuestros dedos en el menor tiempo posible (recordemos que el objetivo en un WOD es completar un número X de repeticiones en el menor tiempo o completar el mayor número de repeticiones en un tiempo preestablecido).

¿POR QUÉ DEBES EVITARLO?

ejercicio espalda
1. El ejercicio comienza realizando una hiperextensión lumbar, la cual pone en compromiso las estructuras interdiscales de la columna (núcleo pulposo y anillo fibroso), aumentándose el riesgo de hernia discal.

2. Partiendo de esta posición de hiperextensión, a continuación se produce una flexión rápida y a alta velocidad de la columna vertebral (Marras et al., 1993, 1995).

También se ha demostrado que cuando los músculos de la columna vertebral son utilizados para generar altas fuerzas, el movimiento debe ser muy lento o estático para reducir el riesgo de lesión (Marras, 2008).

3. Al tratarse de un ejercicio en el cual la columna vertebral realiza su rango de movimiento completo, se puede incrementar el riesgo de lesión de los elementos posteriores de la vértebra: pedículos, lamina, apófisis espinosa y articulaciones facetarias (Hardcastle, Annear, Foster, 1992).

La flexo-extensión cíclica de la columna vertebral en este ejercicio fatiga el arco neural (elementos posteriores de la vértebra) debido al estrés repetido y cíclico en el tiempo (Burnett et al.,1996; Hardcastle, Annear, and Foster, 1992).

4. En la posición final del movimiento, cuando ocurre la flexión completa de columna los extensores se “apagan” y dejan su trabajo a las estructuras pasivas que asumen la carga mientras llegan a la flexión completa.

Utilizando un modelo virtual de la columna vertebral, se demostró que cuando se realizaba una flexión de columna los extensores se contraían excéntricamente, una vez la flexión de columna máxima era alcanzada, los extensores se “apagaban” permaneciendo en silencio electromiográfico, asumiendo los tejidos pasivos la carga (McGill, Kippers, 1994).

5. Para que nos hagamos una idea un crunch abdominal tradicional supone una fuerza de compresión de 3,300N aproximadamente para la columna (Axler and McGill, 1997). Imaginaros esta carga una y otra y otra vez sobre vuestra columna con un ejercicio con mayor rango de movimiento, el cual se hace a altas repeticiones y alta velocidad y en muchas ocasiones con una técnica bastante deteriorada. Todo un caldo de cultivo para una lesión de columna.

6. Las fuerzas de flexión repetidas sobre la columna combinadas con una fuerza compresiva moderada (no tiene por qué ser alta) se asocian al daño del anillo fibroso del disco intervertebral (Callaghan, McGill, 2001a).

7. En la parte de ascenso del tronco se producen altas fuerzas de cizalla en las vértebras lumbares ya que el psoas iliaco (principal flexor de cadera) va desde la 12ª vértebra torácica a la 5ª vértebra lumbar. Un sobreesfuerzo de este músculo puede provocar dolor lumbar.

En esta fase del ejercicio el músculo que más trabaja es el psoas-iliaco, a pesar de que la creencia popular sea que es el recto abdominal el que asume este papel. En personas con flexores de cadera débiles existe riesgo de producirse roturas de fibras de psoas-iliaco, ya que es el músculo principal que produce el movimiento de flexión de cadera en la fase de ascenso del ejercicio.

8. Al extender las rodillas bruscamente a modo de palanca para realizar el ascenso, se puede forzar la hiperextensión, pudiendo ser contraproducente en personas con recurvatum o hiperlaxitud de rodillas (Fornalski, McGarry, 2008).

¿CÓMO DISMINUYO EL DAÑO SOBRE NUESTRA COLUMNA?

ejercicio columna
El Dr. Stuart McGill, aunque no os suene a muchos de vosotros es la persona que más méritos ha hecho en la faz de la Tierra para comprender y tratar a nuestra querida y a la vez odiada columna vertebral.

1. Reduciendo el rango de movimiento de la columna vertebral hacia la máxima flexión para reducir el riesgo de hernia discal.

2. Reduciendo los movimientos que impliquen ir desde una flexión completa hacia una extensión completa para reducir el riesgo de fractura o fisura del arco neural (elementos posteriores de la vértebra).

3. Reduciendo las fuerzas de cizalla para reducir el riesgo de daño al arco neural y de hernia discal o degeneración prematura de los componentes interdiscales.

4. Incrementando las cargas adecuadas que estimulen la adaptación de los tejidos y dando el descanso adecuado para promover la correcta adaptación de los tejidos al estímulo.

Como vemos todas estas premisas para disminuir el daño sobre nuestra columna vertebral se oponen a los movimientos que producen en las GHD-SIT-UPS. Por lo tanto, creo que queda claro nuestra recomendación sobre realizar o no este ejercicio.

CONCLUSIONES

• Por el riesgo VS beneficio que tiene realizar este ejercicio, no recomiendo personalmente hacerlo, a no ser que se compita en Crossfit o se practique este deporte asiduamente (siendo inevitable incluirlo en los WOD).

• El principal mecanismo lesional es la combinación de una flexo-extensión cíclica a alta velocidad con una ejecución técnica donde suele primar la cantidad antes que la calidad.

• Funcionalmente, hay ejercicios mucho más completos y que transfieren más a las actividades de la vida diaria o a un deporte en concreto, ya que la funcionalidad de este ejercicio no se asemeja a ningún movimiento que realizamos nuestro día a día. Por lo cual, su uso para la mejora del rendimiento deportivo o la salud no tiene ningún sentido.

• Por último. Recalcar que recomendamos no realizarlo, pero hacerlo no implica que te vayas a lesionar sí o sí, simplemente es un ejercicio en el cual hay muchos factores de riesgo que facilitan que se produzca un mecanismo lesional. Este artículo no es una máxima ni una ley a cumplir, pero la evidencia de que es un ejercicio lesivo está ahí.

Fuentes

1. Marras, W.S., Lavender, S.A. Leurgens, S.E., et al. (1993) The role of dynamic three-dimensional trunk motion in occupationally related low back disorders: The effecets of workplace factores, trunk position and trunk motion characeteristics on risks of injury. Spine, 18: 617-628

2. Marras, W.S., Lavender, S.A. Leurgans, S.E., et al. (1995) Biomechanical risk factors for occupationally related low back disorders. Ergonomics, 38: 377-410

3. Marras, W. (2008) The working back. Hoboken, New Jersey: Wiley Interscience.

4. Hardcastle, P., Annear, P., and Foster, D. (1992) Spinal abnormalities in young fast bowlers. Journal of Bone and Joint Surgery, 74B (3): 421.

5. McGill, S.M., and Kippers, V. (1994) Trasfer of loads between lumbar tissues during the flexion relaxation phenomenon. Spine, 19 (19): 2190

6. Axler, C., and McGill, S.M. (1997) Low back loads over a variety of abdominal exercises: Searching for the safest abdominal challenge. Medicine and Science in Sports and Exercise, 29(6): 804-811

7. Callaghan, J.P., and McGill, S.M. (2001a) Intervertebral disc herniation: Studies on a porcine model exposed to highly repetitive flexion/extension motion with compressive force. Clinical Biomechanics, 16(1): 28-37.

8. Stefan Fornalski, M.D., Michelle h. McGarry, M.S., et al. (2008) Biomechanical and Anatomical Assessment After Knee Hyperextension Injury. Am J Sports Med 36(1) 80-84

EL HUEVO Y EL COLESTEROL

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Foto perfil blog1 150x150 Rutina Stephan Korte

AUTOR :ÓSCAR GIL

EL HUEVO Y EL COLESTEROL

En la primera parte de esta secuela  analizamos los valores nutricionales del huevo, su contenido en omega-3, la importancia en diferentes etapas de la vida y la elección a la hora de comprarlo según los códigos impresos en ellos.

También dejamos una serie de preguntas abiertas que vamos a responder a lo largo de esta segunda parte:

• ¿Por qué tu médico no se lleva bien con el colesterol?

• ¿Por qué te dice “¡ojo al “colesterol malo” (LDL)!”?

• ¿Por qué no más de 1 huevo al día (si llega…)?

• Etc….

COLESTEROL

Aunque se siga asociando a nivel clínico este concepto a problemas de salud, se ha demostrado que la relación lineal causa-efecto que nos han querido inculcar respecto al colesterol LDL (LDL-c) no es cierta.
Causal y evolutivamente, el calostro (lactancia post-parto temprana) es una secreción muy rica en colesterol [1], pues desarrolla el mecanismo enzimático necesario para procesar el mismo. Así, durante la lactancia el colesterol LDL-c del recién nacido aumenta [2] (desgraciadamente para los médicos old-school) y esto se traduce en un menor colesterol sérico en la adultez de los lactantes [1] (ajustado por IMC, status socioeconómico y tabaquismo). Relación más remarcada en aquellos cuyo alimento fue exclusivamente la lactancia materna.

De la misma forma se estudia la relación entre lactancia y enfermedades crónicas como la diabetes, cáncer, asma o síndrome metabólico. La lactancia puede resultar favorable contra la hipertensión mediante la protección frente a la hiperinsulinemia en la infancia o la insulinorresistencia en la adultez. Así, la existencia de leptina (hormona anorexígena) en la leche materna y no de fórmula, la regulación de la IGF-1 o la homeostasis de la insulina puede prevenir la obesidad en la adultez de lactantes. Sin entrar en detalle, cabe comentar la misma relación con la diabetes mellitus tipo II, posiblemente debida al entorno hormonal y la varianza en la composición de la membrana celular del tejido muscular de lactantes [3].

En resumen, parece ser que “pese a” tener colesterol la leche materna no está nada mal…

colesterol leche materna
Parece incongruente, por tanto, que algo naturalmente presente en una de las etapas críticas de la vida (nacimiento) se asocie irremediablemente a enfermedades cardiovasculares (ECVs) y arteriosclerosis.

Analizando diversos metaanálisis, esto es, evidencia acumulada sobre un tema determinado que se recopila para cuantificar los datos estadísticamente, observamos que el colesterol dietético no se encuentra asociado a cardiopatías coronarias, enfermedad isquémica ni infartos. El colesterol dietético incrementa ligeramente (11,2mg/dL) el HDL-c y la LDL-c. Aunque el incremento en LDL-c se detiene al rebasar los 900mg de colesterol/día (4 huevos en lo que nos atañe) incrementa ligeramente (3,2mg/dL) el HDL-c y no tiene impacto alguno sobre triglicéridos o VLDL[4].

Colesterol sérico (LDL-c): “el Malo”

En el Ibaraki Prefecture Health Study [5] (si bien no es un metaanálisis sino un estudio epidemiológico), la muestra (n=91.219) es suficientemente grande como para dotar de relevancia a dicho estudio. Se analizó el riesgo (HR; Hazard ratio) de mortalidad por cualquier causa (all cause mortality) según colesterol LDL-c sérico. Llama la atención que tras ajustar el HR según factores potenciales de confusión (tensión arterial, uso de medicación antihipertensiva, diabetes, uso de estatinas y otros fármacos hipolipemiantes, IMC, tabaquismo, alcoholismo, triglicéridos…) se observe el binomio “Menor LDL-c = Mayor probabilidad de muerte”, excepto en hombres, donde se observa un patrón ligeramente en forma de U debido a los resultados de la categoría 5 (+140mg/dl).

El resultado se muestra en la siguiente imagen:

colesterol ldl
Sin embargo, podemos hilar más fino y ver causas de muerte concretas según LDL-c sérico, y eso es lo que haremos acorde a los datos del Isehara Study [5]. Con una muestra final n=21.931 (8.340 hombres y 13.591 mujeres) tras aplicar rigurosos criterios de exclusión (datos perfil lipídico incompleto, muerte tras 1 año de inicio estudio, triglicéridos por encima del límite de la ecuación de Friedewald; 400mg/dL…) se concluye con los siguientes resultados:

colesterol sangre

colesterol nivel
De nuevo, observamos la tendencia apuntada antes. En cuanto a las causas de muerte se mantienen parecidas en todas las categorías, sin mucho que comentar más allá de la incidencia notablemente más alta de muerte por cáncer en hombres con colesterol bajo.

Si bien no considero apropiado para nada la medida del “colesterol total”, cabría comentar la propuesta realizada por Kirihara et al. [6] de no considerar como hipercolesterolémicos (en el marco de un trastorno dislipidémico) a los pacientes con colesterol total > 240mg/dl (¡Y con 200 tu médico en España te habrá dicho que ojo!), dado que tras realizar un metaanálisis de la relación colesterol-mortalidad en Japón llegó a los resultados de que es el rango más seguro.

Otro dato interesante y significativo, sin duda, es que de 231.968 hospitalizaciones por enfermedad de arteria coronaria, en el 59% el nivel de LDL-c estaba por debajo de 100mg/dl. Las conclusiones del estudio, financiado por la farmacéutica Merck, lejos de restar importancia al LDL-c sérico como predictor de riesgo concluyen así: “Estos hallazgos quizás propongan una revisión de las guías clínicas recientes con objetivos de LDL incluso más bajos” [7,8].

Entonces, ¿No importan en absoluto las cifras de referencia del colesterol?

Sí, importan, pero desde luego no las que aparecen en los análisis; tales como colesterol total o LDL-c.

El índice de aterogenicidad (IA) de los ácidos grasos indica el potencial de obstrucción de las arterias y tiene en cuenta los ácidos grasos láurico (12 carbonos), mirístico (14 carbonos) y palmítico (16 carbonos), en relación con los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. Cuanto más bajo sea el IA, menor es el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. La aterogenecidad del colesterol no vendría determinada por la cantidad de este en la sangre, sino por el número de partículas (lipoproteínas) que lo transportan (LDL-p, HDL-p), aunque estas contengan más o menos colesterol: cuantas más lipoproteínas de transporte, más riesgo existiría [8].

El tamaño de las partículas LDL-p varía, y mucho, intra e interindivualmente, por lo que tenemos partículas LDL-p grandes y pequeñas.

Es decir, a una cantidad X de colesterol LDL-c sérico le corresponden una cantidad Y de lipoproteínas de transporte de un cierto tamaño. Si la cantidad de colesterol (X) permanece invariable y el tamaño de las LDL-p es menor y, por tanto, merma su capacidad de transporte, entonces se deduce que el número de LDL-p necesarias (Y) será mayor, y por lo tanto, existiría más aterogenecidad.

colesterol aterogenicidad
El problema del asunto, es que una vez se ajustan las partículas pequeñas de LDL-p a otros factores como triglicéridos o HDL (inversamente) no resultan especialmente aterogénicas [9].

Partiendo de la hipótesis de que las LDL-p pequeñas sean intrínsecamente aterogénicas, existirá el mismo riesgo en 99 sujetos con LDL-p pequeñas e triglicéridos en sangre elevados (caso habitual), que en 1 sujeto con LDL-p pequeñas y pocos triglicéridos (anomalía); y como ya estarás pensando, no, no existe el mismo riesgo, por lo que al contrario que los triglicéridos, las LDL-p pequeñas, al ser ajustadas en análisis de regresión múltiple respecto a TG o ratio colesterol total-HDL no son el predictor perfecto de riesgo cardiovascular (no funciona como predictor en anomalías como la supuesta) [9].

No obstante, no quiero decir con esto que no sea un buen predictor, de hecho, en los primeros ensayos epidemiológicos en pacientes con ECV ya diagnosticada las LDL-p pequeñas predijeron muertes y eventos cardiovasculares graves [9-14].

Ante este panorama se ha investigado introducir el conteo de Apo B (ligando que se encuentra en las partículas LDL-p y que se encarga del reconocimiento entre estas y los receptores de LDL-p) como estimador de riesgo de ECV, ya que la Apo B indica el número (y tamaño, por tanto) de las LDL-p séricas[15]. Dicho esto, estamos ante el mismo dilema que antes: Puede ser útil en la mayoría de personas – ¡no en todas! – ya que el número de LDL-p está directamente relacionado, en la mayoría de los casos, con el de factores que sí están intrínsecamente relacionados con el riesgo de ECV, como los triglicéridos.

EN RESUMEN

Aunque el número de LDL-p – ya sea calculado por Apo B o por tamaño – es un buen predictor de ECV habitualmente, no lo es en ciertas anomalías al ajustar por factores de confusión como triglicéridos, ratio colesterol total-HDL o ratio triglicéridos-HDL.

La presencia de LDL-p pequeñas puede no estar asociada a hipertrigliceridemia, sin embargo, la hipertrigliceridemia siempre estará asociada a la presencia de LDL-p pequeñas[16,17], así como a otros factores en conjunto fuertemente ligados a ECV (ratio cintura-cadera, colesterol HDL, hiperinsulinemia o presión sanguínea diastólica)[14]. Por lo que si debiéramos de confiar en un único indicador, la hipertrigliceridemia sería uno muy prometedor.

colesterol triglicéridos
CAMBIO DE CHIP: ELEVADOS TRIGLICÉRIDOS COMO MARCADOR DE RIESGO

“El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona”, ya lo sabía bien Aristóteles.

Las explicaciones que se dan a continuación resultarán técnicas e incluso se podría poner en duda su relevancia para una aplicación práctica. No obstante, queremos transmitir desde la fundamentación teórica porqué la hipertrigliceridemia es la culpable.

Como vimos en profundidad en el artículo para entender el perfil lipídico, existen también 2 tipos de lipoproteínas menos famosas que las archiconocidas HDL y LDL, los quilomicrones y las VLDL:

➔ Las LDL transportan el colesterol desde el hígado hasta los tejidos, donde las células con el receptor con afinidad específica por la Apo B (la que comentábamos antes) se encargan de su endocitosis para la obtención del colesterol.

➔ Las HDL se encargan de retirar el colesterol sobrante de las células, transportándolo de nuevo al hígado, donde será degradado a ácidos biliares.

➔ Los quilomicrones se encargan de transportar los lípidos exógenos – aquellos incorporados mediante la dieta – desde el intestino hasta los tejidos, donde las células se encargan de asimilarlos.

➔ Las VLDL se encargan de transportar los lípidos endógenos – triglicéridos y colesterol sintetizados por el hígado – hasta los tejidos, donde las células… ya sabéis lo que hacen.

Homeostasis del colesterol [17]:

Si el colesterol dietético es insuficiente, el complejo SCAP-SREBP se encarga de activar genes implicados en la sobreexpresión del gen LDLr (que codifica para el receptor LDL-p) ― mayor expresión significa mayor síntesis del receptor para hacer más eficiente la captación de las pocas LDL-p disponibles ― y para el gen HMGCR, encargado de sintetizar colesterol dentro de la célula a partir de Acetil-CoA (así que sí, ingieras o no colesterol, la molécula demoníaca estará siempre dentro de ti). Por supuesto, existen mecanismos compensatorios que se encargan de metabolizar el colesterol, en caso de que sea innecesario.

colesterol homeostasis
Además, diversos factores influyen de igual manera en la homeostasis del colesterol; entre ellos podemos citar los ritmos circadianos, la obesidad como factor (los sujetos obesos muestran un aumento en la síntesis con la consecuente reducción en la absorción), los fitoesteroles (que inhiben la absorción con el consecuente aumento en la síntesis), o las estatinas (que disminuyen la síntesis y aumentan por tanto la absorción [18]).

Las encargadas de distribuir el colesterol sintetizado en el hígado a las células son, como se dijo antes, las VLDL.

De novo lipogénesis

Un exceso de carbohidratos cuando el glucógeno hepático y muscular está repleto resulta en la lipogénesis de novo, ― formación de triglicéridos a partir de los CHs ― que se da en el hígado. La síntesis de triglicéridos en el hígado tiene como objetivo final el transporte hacia los adipocitos y su posterior empaquetamiento, y de la tarea del transporte se encargan igual que en la distribución de colesterol las VLDL.

Así, un nivel alto de triglicéridos en sangre es el reflejo de un consumo excesivo de carbohidratos en la dieta [19-21] o bien de azúcares simples [22,23]. Si la lipogénesis de novo se prolonga en el tiempo origina esteatosis hepática no alcohólica [24-26], más conocida como “hígado graso”. Una de sus terapias es precisamente la reducción de CHs dietéticos [27-29].

Conversión de VLDL a LDL

Aquí reside la clave del problema. Las VLDL acaban metabolizándose a LDL [30], con lo que si no incorporamos colesterol a la dieta el hígado debe producirlo, aumentando las VLDL necesarias para su transporte. Y si además añadimos un exceso de carbohidratos que lleva a una lipogénesis de novo, las VLDL aumentan todavía más para poder distribuir los triglicéridos sintetizados en el hígado. Si el colesterol fuera incorporado mediante la dieta serían los quilomicrones los encargados de su distribución, y estos no acabarían como LDL. La hipertrigliceridemia en sangre va acompañada por una gran cantidad de VLDL [26,31].

colesterol organismo
Estatinas, como rentabilizar una mentira

Sabiendo con certeza que el colesterol no es malo, y habiendo conocido el fundamento científico que respalda dicha afirmación ¿qué hay detrás de una de las drogas más vendidas en todo el mundo como son las estatinas?

Existe evidencia de que son efectivas bajando el colesterol, pero el tema se vuelve más y más turbio cuando entramos en evitar mortalidad por ECVs [32]. Y es que estamos hablando de un fármaco cuyas ventas en 15 años reportan un beneficio de 125.000 millones (125 billones) de dólares [33].

Esto son las ventas de Lipitor® (atorvastatina) desde 2003 al año pasado:

colesterol estatinas
Y no, las ventas no decrecen por la concienciación de la población sobre la realidad del colesterol, lo hacen por el auge de los genéricos en el mercado; la patente de la farmacéutica Pfizer sobre Lipitor® caducó el 30 de Noviembre de 2011 [34].

Siguiendo un muy buen análisis efectuado por el Dr. Newman D. en el uso de estatinas durante 5 años de forma preventiva en personas sin enfermedad cardiovascular podemos resumir [35]:

➔ Cuesta 5 años de tratamiento ininterrumpido con estatinas reducir un 0,37% el riesgo de sufrir un infarto y dado que el 25% de los pacientes mayores dejarán las estatinas antes de 2 años [36], obtendrán perjuicios y ningún beneficio.

➔ Consumir estatinas en mujeres postmenupáusicas sanas incrementa un 48% la probabilidad de desarrollar diabetes [37]. 1 de cada 100 desarrollarán diabetes por estatinas.

➔ 1 de cada 10 desarrollará miopatías (daños musculares), estas serán además infradiagnósticadas por los médicos [38,39].

¿Por qué el aumento en la disposición hacia la diabetes?

La principal causa por la que este efecto viene mediado es la alteración en la sensibilidad a la insulina ― así como en su secreción ― causada por las estatinas[40], dichos parámetros son dosis-dependientes en atorvastatina y simvastatina, es decir, a mayor dosis mayor alteración.

Este mecanismo es común en todas las estatinas (lovastatina, simvastatina, fluvastatina, atorvastatina y pravastatina), por ello se intenta trazar un rasgo común. Aunque las vías de actuación son distintas todas son especies lipofílicas tales como los POPs; contaminantes orgánicos persistentes (pesticidas organoclorados, PCBs, dioxinas, furanos…). Si bien las estatinas tienen un tiempo de persistencia en el organismo menor, se especula si tomarlas regularmente puede causar estos mismos efectos [41].

Por esta razón analizando toda la literatura científica al respecto, parece prudente recurrir a cambios en el estilo de vida y no a las estatinas si el paciente no posee riesgo elevado de ECV y sí de diabetes[42].

¿Y sobre los daños musculares?

En los estudios clínicos, las cifras sobre daños musculares son menos alarmantes (1-5%) que en la práctica clínica [43]. Esto es fácil de entender si tenemos en cuenta que durante su diseño se excluyen pacientes con insuficiencia renal, insuficiencia hepática, diabetes no controlada, historiales de problemas musculares o toma de otros medicamentos con posibles interacciones. Es decir, en los estudios se trabaja con un prototipo de paciente muy alejado del real.

Además, hay que tener en cuenta que en un ensayo clínico se evalúan los parámetros de una forma distinta a la de la práctica clínica. Por ejemplo, para evaluar daño muscular se basan en diagnósticos de rabdiomiólisis, un daño muscular gravísimo que conlleva daño renal. No obstante, la miopatía no tiene por qué ser tan severa, por tanto, los resultados de ensayos clínicos no se acercan a los de la vida real ya que:

➔ Se excluyen pacientes no “ideales” (insuficiencia renal, hepática, historial de problemas musculares previos, etc)

➔ No se evalúan daños musculares leves y moderados. Solo aquellos extremos.

La etiología de los daños musculares es multifactorial (farmacocinética, extracelular e intracelular [44]).

Entonces, ¿Las estatinas no reducen el riesgo?

Sí lo hacen, las estatinas reducen el riesgo de sufrir ECV en muchos casos, lo malo es cuando esa reducción de riesgo se mide en RRR [45] (Relative Risk Reduction). Para entender esto recurriremos a un vulgar ejemplo:

En el entorno laboral de un oficinista llevar casco puede suponer una reducción del 70% del riesgo de morir sepultado en un temblor. Ahora bien, si tal riesgo es un 0,012%, la reducción del mismo implica pasar de un 0,012% a un 0,0036%. La pregunta real es si vale la pena esa reducción de riesgo relativo de un 70% a cambio de la “morbilidad” asociada al uso diario del casco.

Por supuesto, para hallar la pregunta a la respuesta inicial cabe distinguir entre el uso de estatinas en prevención primaria y prevención secundaria. La primera referencia, la prevención en personas sin riesgo aparente de ECV y que no han sufrido ningún evento vascular (la mayoría). La segunda alude a aquellos que ya han sufrido un evento vascular.

En prevención primaria el uso de estatinas no está nada consensuado; En Diciembre de 2015[46] se analizaron todos los metaanálisis publicados en los últimos 5 años sobre prevención primaria y estatinas. Los autores se propusieron examinar la calidad de los metaanálisis en función de 5 puntos clave:

● Que los resultados fueran evaluados según el resultado de la terapia con estatinas y no por reducción de colesterol.

● Que los resultados solo incluyeran estatinas VS placebo y no distintas dosis y marcas de estatinas.

● Que los resultados incluyeran efectos secundarios.

● Que los resultados no tuvieran en cuenta pacientes de prevención secundaria (que ya hubieran tenido eventos vasculares).

● Que los resultados incluyeran mortalidad total.

El 88% de los estudios fallaron en excluir pacientes de prevención secundaria. El 25% de los estudios reportaron resultados en función de la reducción del colesterol en vez del éxito del tratamiento en la reducción de riesgo de ECV. El 21% de los estudios no examinaron mortalidad por cualquier causa. Aun así, el 83% de los estudios apoyaba el uso de las estatinas en prevención primaria. Respecto a estos resultados y citando a Huded C. “Basándonos en nuestros hallazgos concluimos que los metaanálisis más recientes de estatinas para la prevención primaria no enfocan adecuadamente la pregunta a la que buscaban responder”.

Si nos centramos en individuos mayores la prevención primaria no tiene en absoluto sentido, el hecho de que aumente drásticamente los efectos secundarios y empeore la calidad de vida justifica descontinuar el tratamiento con estatinas [47,48]. Hasta la más mínima merma en la capacidad cognitiva y la motricidad superan al beneficio en reducción de riesgo cardiovascular [48].

Por tanto, el espectro de paciente que se puede beneficiar de las estatinas es mucho más reducido que el total que reciben prescripción médica de estatinas actualmente. Teniendo en cuenta investigaciones [49,50] que apuntan a un daño cognitivo asociado al uso de estatinas en añadido a los daños comentados antes respecto a la diabetes y las miopatías, no debería ser un fármaco de uso en prevención primaria, sin embargo, otorga buenos resultados en prevención secundaria [50].

colesterol prevención
RESUMEN FINAL: HUEVO, COLESTEROL E IMAGEN PÚBLICA

Para terminar, queda recalcar:

➔ Existe evidencia individual de que los nutrientes contenidos en el huevo no conllevan riesgo para la salud, sino beneficio.

➔ Existe evidencia conjunta de que el consumo habitual de huevos (mayor o igual de un huevo al día) no tiene impacto sobre riesgo ECV [51], sí está correlacionado con DM2, aunque en RCT con low-carb y 3 huevos por día no se demuestra causalidad [52].

➔ Las estatinas no deberían ser un fármaco de uso en prevención primaria, sin embargo, otorga buenos resultados en prevención secundaria.

Por tanto, y como colofón, cabría proponer que el gobierno fomente el consumo del huevo como verdadero alimento funcional [53].

colesterol huevo
Referencias

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2. Infant Feeding and Blood Cholesterol: A Study in Adolescents and a Systematic Review. Christopher G. Owen, Peter H. Whincup, Katherine Odoki, Julie A. Gilg, Derek G. Cook. Pediatrics. September 2002, VOLUME 110 / ISSUE 3.

3. The protective effects of breastfeeding on chronic non-communicable diseases in adulthood: A review of evidence. Roya Kelishadi and Sanam Farajian. Adv Biomed Res. 2014; 3: 3.

4. Dietary cholesterol and cardiovascular disease: a systematic review and meta-analysis. Samantha Berger et al. Am J Clin Nutr August 2015 vol. 102 no. 2 276-294.

5. Towards a Paradigm Shift in Cholesterol Treatment. A Re-examination of the Cholesterol Issue in Japan: Abstracts. Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 4):1-116.

6. The Relationship between Total Blood Cholesterol Levels and All-cause Mortality in Fukui City, and Meta-analysis of This Relationship in Japan. Yuko Kirihara et al. Journal of Lipid Nutrition. Vol. 17 (2008) No. 1 P 67-78.

7. Lipid levels in patients hospitalized with coronary artery disease: An analysis of 136,905 hospitalizations in Get With The Guidelines. Amit Sachdeva et al. American Hearth Journal. January 2009. Volume 157, Issue 1, Pages 111–117.e2.

8. Low-density lipoprotein particle number and risk for cardiovascular disease. Cromwell WC, Otvos JD. Curr Atheroscler Rep. 2004 Sep;6(5):381-7.

9. Low-Density Lipoprotein Size and Cardiovascular Disease: A Reappraisal. Franck M. Sacks & Hannia Campos. The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, July 2013, Volume 88, Issue 10.

10. Studies of low density lipoprotein molecular weight in human beings with coronary artery disease. J. R. Crouse et al. The Journal of Lipid Research. May 1985, 26, 566-574.

11. Low-density lipoprotein subclass patterns and risk of myocardial infarction. Austin MA et al. JAMA. 1988 Oct 7;260(13):1917-21.

12. Low density lipoprotein particle size and coronary artery disease. H Campos et al. Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology.1992; 12: 187-195.

13. Low Density Lipoprotein Particle Size and Risk of Early-Onset Myocardial Infarction in Women. Alisa S. Kamigaki et al. LDL Particle Size and Myocardial Infarction in Women. Am J Epidemiol 2001 Vol. 153, No. 10.

14. Association of plasma triglyceride concentration and LDL particle diameter, density, and chemical composition with premature coronary artery disease in men and women. J Coresh et al. The Journal of Lipid Research, October 1993, 34, 1687-1697.

15. Increased ApoB in Small Dense LDL Particles Predicts Premature Coronary Artery Disease. John D. Brunzell. Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology.2005; 25: 474-475.

16. Apolipoprotein B/apolipoprotein A-I in relation to the metabolic syndrome and change in carotid artery intima-media thickness during 3 years in middle-aged men. Wallenfeldt K et al. Stroke. 2004 Oct;35(10):2248-52.

17. Hypertriglyceridemia is a major factor associated with elevated levels of small dense LDL cholesterol in patients with metabolic syndrome. Cho Y et al. Ann Lab Med. 2015 Nov;35(6):586-94.

18. microRNAs and cholesterol metabolism. Kathryn J. Moore et al. Trends Endocrinol Metab. 2010 Dec; 21(12): 699–706.

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20. Glycogen storage capacity and de novo lipogenesis during massive carbohydrate overfeeding in man. K J Acheson et al. Am J Clin Nutr August 1988 vol. 48 no. 2 240-247.

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22. Associations between macronutrient intake and serum lipid profile depend on body fat in European adolescents: the Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence (HELENA) study. Bel-Serrat S et al. Br J Nutr. 2014 Dec 28;112(12):2049-59.

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31. Selective hepatic insulin resistance, VLDL overproduction, and hypertriglyceridemia. Sparks JD et al. Arterioscler Thromb Vasc Biol. 2012 Sep;32(9):2104-12.

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53. Egg and Egg-Derived Foods: Effects on Human Health and Use as Functional Foods. Jose M. Miranda et al. Nutrients. 2015 Jan; 7(1): 706–729.

PREPARACIÓN PSICOLÓGICA PARA LA COMPETICIÓN

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Ivan alonso

AUTOR: IVÁN ALONSO

PREPARACIÓN PSICOLÓGICA PARA LA COMPETICIÓN

Todos aquellos que hayáis competido alguna vez, independientemente de la modalidad, sabréis que sencillamente el hecho de practicar un deporte con vistas a competir ya supone un cambio significativo frente a entrenar únicamente por ocio.

La competición es dura. Incluso a pesar de que no todos gestionamos del mismo modo la ansiedad competitiva. La realidad es que el número de personas que logra mantener una concentración óptima durante la competición es reducido por culpa del distrés [1].

También es cierto que, aunque es evidente que la ansiedad y el distrés sufridos durante una competición resultan aspectos negativos en todo tipo de deportes, concretamente en las modalidades de fuerza como la halterofilia o el powerlifting estos factores cobran, si cabe, aún una mayor importancia, puesto que un solo levantamiento fallido puede resultar decisivo.

competición powerlifting
OBJETIVOS DE LA PROPUESTA

En Psicología Deportiva, los determinantes que son endógenos y exógenos al problema (como falta de recursos o un entorno deficiente) son estratégicamente obviados por suponer un proceso de cambio que desbordaría el contexto temporal de una competición.

La prioridad no debe ser suprimir problemas, sino orientar y optimizar los recursos. A modo de ejemplo, si un deportista está a punto de afrontar una competición y se encuentra demasiado estresado, generalmente se le recomienda que se tranquilice. Pero en realidad, de este modo solo conseguimos que pase a tener dos problemas: el primero es que seguirá nervioso, y el segundo es que sentirá que no es capaz de controlar la situación.

Lo óptimo en este tipo de situaciones no es reducir el distrés, cosa difícil, sino promover el eustrés, es decir facilitar la activación positiva que facilite afrontar con éxito la competición.

En los deportes de fuerza la intervención psicológica de cara a la competición debería orientarse a los siguientes puntos:

⋅ Fomentar una Respuesta Efectiva Mínima: procurar minimizar las consecuencias emocionales negativas.

⋅ Inducir un estado emocional de Animación Combativa [2]. Facilitar una mayor activación, intensidad, alta percepción de autoeficacia…

⋅ Hacer del evento una Experiencia Emocional Desarrolladora. De la competición siempre se debe aprender [3].

⋅ Procurar el Desmontaje de Creencias no Constructivas (como pensamiento catastrófico).

⋅ Dirigir el afrontamiento hacia la acción directa (centrarnos en la tarea en sí y no en la reactividad emocional manifiesta).

competición peso muerto

PROPUESTA DE AFRONTAMIENTO

En este campo, uno de los principales déficits es la ausencia de programas sobre cómo hacer las cosas en virtud de lo que habría que hacer. Una de las referencias habidas es la evaluación práctica en la selección nacional de Halterofilia de Cuba en el año 2001. Recoge diversas estrategias de trabajo con la intención de ajustarse a la rápida secuencia de los eventos competitivos característica en deportes de fuerza, así como la diversidad de sujetos posibles al postular principios básicos y cercanos al deportista. Consta de dos aspectos:

1. Incorporación de elementos psicológicos en el calentamiento

⋅ Respiración diafragmática (colocando la mano en el abdomen mientras se focaliza en el ejercicio) en los primeros levantamientos.

⋅ Empleo de respiración y maniobras activantes (como palmadas firmes o recibir retroalimentación positiva de entrenador y otros compañeros) cuando comienzan los levantamientos con pesos más cercanos al RM.

⋅ Cuando se alcanzan los pesos señalados, deberá darse un ensayo continuo e intenso del ritual competitivo personal (con la intención de “enfocarse”). Recomiendo leer este artículo.

2. Planteamiento de una estrategia de desempeño mental

Consta de una serie de ideas y consignas que deben “inundar” al deportista (en el estudio son reforzadas por el psicólogo deportivo, pero son perfectamente auto aplicables).

Ideas:

⋅ Esta tensión es necesaria, pero YO la puedo convertir en energía.

⋅ Todos están tensos, pero yo tengo una ESTRATEGIA.

⋅ Siento que YO tengo el control de la situación.

⋅ Me gusta el desafío y puedo DISFRUTARLO.

Consignas:

⋅ Explotar al máximo cada intento, no existe el antes ni el después, dar todo en este, sin reservas.

⋅ Borrar de la mente el resultado anterior y los siguientes posibles resultados (sea positivo o negativo), sólo existe el levantamiento que se va a ejecutar (concentrarse “momento a momento”).

⋅ Durante la competición, sólo en mente el mejor desempeño de la trayectoria deportiva, le ejecución en la que se ha tenido más éxito.

⋅ Emplear al máximo de intensidad el ritual de competición.

 Trasmitir la imagen de un luchador seguro mientras te acercas a la plataforma (actuar como sí). Pisadas firmes, frente en alto, quietud interior…

competición sentadilla

CONCLUSIÓN Y RESULTADOS

Como podéis observar en la siguiente tabla, cuando se compararon los porcentajes de efectividad (intentos válidos) entre los dos grupos del experimento, se concluyó con amplio margen que el grupo experimental (aquellos que llevaron a cabo el programa psicológico) fue significativamente más efectivo que el control (levantadores sin intervención psicológica).

La media aritmética de fallos por grupo reveló que por cada fallo cometido en el grupo experimental se producían cuatro fallos en el grupo control.

competición control
Las misma dirección fue observada tanto en el Snatch como en el Clean and Jerk (lo que parece sugerir que la puesta en práctica del programa es efectiva también en ejercicios en los cuales la fuerza cobra importancia frente a la técnica).

Como podéis ver la mente juega un papel determinante a nivel competitivo. Conseguir que esta facilite nuestros objetivos en lugar de dificultarlos puede conferirnos una gran ventaja frente a nuestros rivales.

Bibliografía

• Castellanos R. (2002). Halterofilia: intervención psicológica en situación de competencia. Un esquema referencial. Revista Digital – Buenos Aires – Año 8 – N° 45.

• de la Vega, R., Galán, Á., Ruiz, R., & Tejero, C. M. (2013). Estado de ánimo precompetitivo y rendimiento percibido en Boccia Paralímpica1. Revista de Psicología del Deporte, 22(1), 39-45.

Referencias

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2. Chernikova O A. Psicología de la competencia deportiva. En: Krivenko M, ed. Psicología. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1988: 443 – 461.

3. Cevelló E, Escartí A, Balagué G. Relaciones entre la orientación de metadisposicional y la satisfacción con los resultados deportivos, las creencias sobre la causa de éxito en deporte y la diversión con la práctica deportiva. Revista de Psicología del Deporte 1999; 8 (1): 7 – 19.

CÓMO PREPARAR LOS 10K

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AUTOR: JAVIER

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CÓMO PREPARAR LOS 10K

Puede que ya estés en ese punto en el que tu cuerpo y tu mente te estén exigiendo preparar y mejorar tu 10K. Puede que hayas estado varios meses aprendiendo qué es esto de correr, y hayas avanzado kilómetros y kilómetros hasta llegar a querer completar de la forma más óptima posible esa magnífica distancia de 10.000m.

No hace falta alarmarse, es normal. Muchos quieren hacer esta distancia por primera vez, otros quieren ponerse a prueba y mejorar tiempos, y muchos otros utilizan esta distancia como puesta a punto para completar otras que se antojan exigentes. Es una distancia que distingue tanto deportistas que se toman la carrera como una prueba de fondo o de resistencia, como deportistas que piensan en ella como una prueba de velocidad, de tiempos y récords personales.

Hay muchas dudas sobre cómo preparar correctamente esta distancia, incluso yo las tuve en su día, y aún me surgen muchas. ¿Por qué? Porque como en todo esto del deporte, cada persona es diferente y se adapta de forma distinta a cada entrenamiento. Es normal encontrarse con planes enfocados a entrar durante un largo tiempo y acumular ciertos kilómetros cada semana, así como aquellos planes que se centran demasiado en trabajar la velocidad.

Cuando avanzas en esto del running, te das cuenta de que preparar una carrera de 10Km no resulta tan sencillo como al principio. Tu cuerpo se adapta, y tú tienes que ofrecerle un estímulo que le ayude a no acostumbrarse tanto a lo que ya se hacía antes. No es necesario inventar nada, ni ofrecer más variación de la que se necesita. Simplemente es ir encontrando esos cambios que permitan seguir mejorando y seguir cumpliendo objetivos.

10k running
PON A PUNTO TU CUERPO

Empezar por el principio, claro. Debes comenzar trabajando tu resistencia general, factor que te permitirá realizar otras cosas más complicadas después y te ayudará a no fatigarte demasiado de cara a esta distancia. Empieza por correr tus 10km de forma suave, esto es, completarlos sin haber llegado con la lengua fuera y con ganas de sofá durante todo el día.

Cuando completes esta distancia por primera vez o no te canses en exceso al finalizar, podrás centrarte en correr más rápido en las siguientes sesiones de entrenamiento.

OPCIONES PARA ENTRENAR TU RESISTENCIA GENERAL

1. Aumenta tus kilómetros semanales: empieza por hacer 25-30 a la semana (nivel intermedio).

2. Plantéate correr una distancia superior de forma suave: por ejemplo, entre 15 y 25 kilómetros. Esto, por supuesto, es a largo plazo y para niveles más avanzados.

3. Tiempo por kilómetro: consiste en realizar tiempos ligeramente superiores a los de competición. Por ejemplo, si corres el kilómetro a 4’ 30’’, lo ideal es que realices el entrenamiento en 4’ 45’’- 4’ 50’’ (15-20 segundos por encima). En general, entre 4 y 5 kilómetros serían suficiente, pero a mayor distancia, mayor el volumen de entrenamiento. Para un 10K, serían recomendables entre 6 y 10 kilómetros.

4. Entrenamientos de fuerza: con o sin material, se pueden realizar entrenamientos enfocados a mejorar la resistencia muscular reduciendo los tiempos de descanso, aumentando las repeticiones, realizando circuitos (sin descanso entre series), etc.

10K fuerza

Lo más conveniente es que tengas paciencia y pienses que cumplir este objetivo no se consigue de la noche a la mañana. Puedes tardar meses, años… pues mejorar esta capacidad física no es fácil. Requiere ser regular y constante, y actuar con cabeza, por supuesto. La mente juega un papel importante.

NO SÓLO RESISTENCIA FÍSICA. TAMBIÉN…¡VELOCIDAD!

No basta con hacer siempre tiradas largas. 1-2 entrenamientos de velocidad por semana puede ser una buena opción para correr los 10K más rápidos de tu vida.

Es importante dejar claro que este tipo de entrenamientos no deben suponer una dedicación mayor que tus rodajes largos. Los entrenamientos enfocados a la mejora de la velocidad son un añadido, y no un sustitutivo.

Formas de mejorar tu velocidad

1. Aceleración corta: 50-100m al 90%-95% de tu velocidad máxima.

2. Subir cuestas: sprints cortos cuesta arriba (por ejemplo, 70m a máxima intensidad). Se puede alternar entre correr cuestas largas y cuestas cortas.

3. Entrenamientos de fuerza: incrementa el rendimiento trabajando la potencia y la fuerza de tus piernas con ejercicios de musculación (sentadillas, zancadas…). No descuides el tren superior.

4. Aceleración prolongada: correr a ritmos ligeramente superiores a los de carrera durante 800m, 1000m, etc. Descansos breves.

5. Entrenamientos polarizados: combinar el trabajo en intensidades suaves y fuertes, evitando ritmos medios-moderados. Plantea un volumen mayor para los entrenamientos livianos y un volumen mucho menor para entrenamientos intensos. En la siguiente gráfica se observa la mejora en tiempo hasta la fatiga tras 6 semanas de entrenamiento polarizado (POL) frente a entrenamiento tradicional (THR).

10K training

APROXÍMATE A TU OBJETIVO

Realiza entrenamientos más específicos. Trabajar la resistencia y la velocidad son buenas pautas para alcanzar con éxito tu primera 10K o para mejorar tiempos en la misma. Ahora hay que intentar asegurar esa meta de la mejor forma posible. ¿Cómo? Trabajando a ritmos de carrera, esto es, aproximarte a la distancia objetivo con un ritmo establecido de carrera.

En este caso, como queremos completar 10K, lo interesante es hacer alrededor (o menos) de 9km a un ritmo establecido para el objetivo final. Dicho de otro modo, haremos un entrenamiento específico para conocer cuáles son nuestras capacidades de cara a la gran prueba.

Por ejemplo:

– 4 x 1500m a ritmo de 10K, descansando 45-60 segundos a trote suave entre series.

– 2 x 4000m a ritmo de 10K, descansando 90 segundos a trote suave entre series.

Se trata de hacer una simulación de carrera. Conocer sensaciones, el progreso actual, la condición física, etc. Lo ideal es llevar una progresión durante la preparación del objetivo respecto a estas simulaciones, de menos a más (ir aumentando la distancia total y disminuir los tiempos de recuperación).

Como he comentado, tratamos de imitar lo que nos encontraremos el día de la carrera. Por eso, el volumen suele ser menos de 10.000m, porque lo interesante sería incluir este tipo de acciones a largo plazo, a mitad (casi final) de nuestro plan de entrenamiento.

¡A por ello!

Referencias

• Daniels, J (2005). Threshold Training. Runner’s World.

• Neal, C. M., Hunter, A. M., Brennan, L., O’Sullivan, A., Hamilton, D. L., DeVito, G., & Galloway, S. D. (2013). Six weeks of a polarized training-intensity distribution leads to greater physiological and performance adaptations than a threshold model in trained cyclists. Journal of applied physiology, 114(4), 461-471.

• Stöggl, T. & Sperlich, B. (2014) Polarized training has greater impact on key endurance variables than threshold, high intensity, or high volume training. Front Physiol; 4,5:33. doi: 10.3389/fphys.2014.00033.

• Vorup, J., Tybirk, J., Gunnarsson, T. P., Ravnholt, T., Dalsgaard, S., & Bangsbo, J. (2016). Effect of speed endurance and strength training on performance, running economy and muscular adaptations in endurance-trained runners. European journal of applied physiology, 1-11.


PROPUESTA PARA CASA PARA UNA VALORACIÓN DEL DEPORTISTA

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AUTOR: MIGUEL ÁNGEL

PROPUESTA PARA CASA PARA UNA VALORACIÓN DEL DEPORTISTA

Como adelantábamos en anteriores artículos, el ejercicio debería estar basado en una correcta valoración. A través de los siguientes test, conoceremos y entenderemos mejor cómo funciona nuestro cuerpo.

A su vez daremos unas pequeñas recomendaciones que encontraréis al finalizar el artículo y con las que vosotros/as mismos/as podréis evaluaros.

Antes de empezar os recomendamos la visualización del vídeo práctico en el cual desarrollamos y desgranamos los test uno a uno.

¡no olvidéis ver el siguiente vídeo para entender los test con claridad¡


RELACIÓN ENTRE LOS TEST Y LAS ARTICULACIONES A VALORAR

Como hablamos con anterioridad, el cuerpo es un “UNO´´, aunque los test evalúen un músculo o grupos musculares, debemos atender al resto del cuerpo y/o a las articulaciones bisagra por las que están relacionadas/unidas.

valoración articulaciones
INFOGRAFÍA 6: Relación entre cada test y su articulación.

Empezaremos describiendo los pies de distal a proximal o de los pies a la cabeza.

• DORSIFLEXIÓN DEL TOBILLO

La importancia que toma evaluar y mantener un rango de movilidad (ROM) en nuestro tobillo tiene un relevancia extrema. Más, si sumamos actividad deportiva sin importar su origen o disciplina.

Entre otros motivos deberíamos saber que la dorsi-flexión de tobillo se asocia con:

– Menor rango de movilidad en el tobillo supone mayor desplazamiento/deslizamiento en flexión de la rodilla y, por ende, mayores fuerzas de reacción contra el suelo. A su vez, mayor rango móvil del tobillo disminuye el riesgo de lesiones en LCA y mejor absorción de fuerzas desde el suelo [9].

– Un mayor rango de movimiento de flexión plantar a la dorsal (ROM), se asocia con mejoras del equilibrio [10].

– En una sentadilla, la limitación en la dorsiflexión supondrá un mayor valgo, y menor activación del cuadriceps lo que podrá causar mayor dolor de rodilla [11].

– Sabemos que menos de 36º de dorsiflexión aumentan el riesgo de sufrir lesiones en la articulación de la rodilla [12].

valoración tobillo

INFOGRAFÍA 7.Lunge test [13,14,15].

• RODILLA

Las lesiones de rodilla o dolor tienen una alta tasa de prevalencia, algunos de los motivos aparecen desarrollados en el siguiente artículo:

http://powerexplosive.com/rodilla-el-santo-grial-de-lesiones/

Por eso, su correcta valoración nos dará información de los déficits posturales que podamos encontrar a partir de la misma, sin olvidar el resto de estructuras y miembros/segmentos.

valoración rodilla

Su inestabilidad o tendencia al “valgo o varo´´ muy pronunciado aumenta porcentualmente la problemática que encontremos a nivel capsulo-ligamentoso que, probablemente, mediará con dolor y mayor riesgo de lesión.

valoración alineación

INFOGRAFÍA 8. Single-leg SQUAT test [16,17,18,19].

• PELVIS: RELACIÓN ENTRE ISQUIOSURALES, PSOAS ILIACO, GLÚTEO MEDIO Y CORE

No es casualidad que mencione en un mismo título o membrete a los isquios-surales, psoas-iliaco, glúteo medio y al núcleo central (CORE). Estos dos grupos musculares pueden predisponer o prevenir el dolor lumbar que suponen hasta el 80% de los dolores a nivel músculo-esquelético [20,21,22]

Más allá, consiguen dar equilibrio estructural a la pelvis y, por lo tanto, a nuestro cuerpo.

En el caso de los isquiosurales hay una co-relación entre el acortamiento más la falta de movilidad que supondrán sobre tensiones y puntos gatillos en los músculos de la corva.

Lo que presumiblemente supondrán fijaciones de la articulación sacro-iliaca o ilio-sacral. Al que acompañará el dolor lumbar en contadas ocasiones[22,23]

La baja actividad del “CORE´´, también juega un papel fundamental dentro de la estabilidad lumbo-pélvica y las lesiones, tanto en miembro inferior como superior. En el siguiente artículo hablamos ampliamente de ello:

http://powerexplosive.com/todo-sobre-el-dolor-lumbar-y-la-lumbalgia/

valoración cadera

INFOGRAFÍA 9. Hamstring test (modificado). Valoración de isquio-surales[24,25,26].
valoración core
INFOGRAFÍA 10. UHBE y Ckcues Test. Valoración del “CORE´´[27,28,29].

• GLÚTEO MEDIO

La activación del glúteo medio será un predictor de las siguientes disfunciones o posibles lesiones:

• Valgo de rodilla.

• Alteración del patrón de la marcha.• Osteopatía dinámica de pubis.

• Dolores inespecíficos o tendinopatía de rodilla.

• Dolor o sobre-solicitación del cuadrado lumbar.

valoración tredelenburg

INFOGRAFÍA 11: Tredelenburg test, valoración del glúteo medio [30].

• PSOAS-ILÍACO

El psoas-iliaco gran estabilizador pélvico y gran enemigo si aparece afectado debido a restricciones fasciales o inflamado por diferentes motivos (se trata de un músculo muy toxémico por su proximidad al sistema visceral).

Ya hablamos con anterioridad de ello en los siguientes artículos:

http://powerexplosive.com/el-psoas-iliaco-el-gran-desconocido/

Simplemente, y por no repetirme, un iliopsoas en músculo-espasmo, acortado o en retracción continua es creador de gran patología, por eso la importancia de su testaje.

valoración thomas

INFOGRAFÍA 12: Thomas test (modificado), valoración del psoas y recto anterior [31,32].

• CINTURA ESCAPULAR: INESTABILIDAD Y POSIBLE DOLOR DE HOMBRO

Encontramos una íntima relación entre la disfunción escapular o “DISKINESIA´´y los dolores o patologías en el hombro. En casi todos los test de valoración necesitaremos la ayuda de un terapeuta, por eso las dos opciones que os presento a continuación nos puede ayudar a interpretar si podemos sufrir dolor de hombro.

Una muy buena opción para valorar vuestra cintura escapular mediante el siguiente test: “The Western Ontario Shoulder Instability Index (WOSI)´´.

http://www.orthopaedicscore.com/scorepages/oxford_wosi_score.html

La segunda opción será realizar el siguiente test en el que necesitaremos una cinta métrica o una foto en la que podamos milimetrar el espacio entre el reborde inferior de la escápula y la espinosa (vértebra) en diferentes ángulos (ver INFOGRAFÍA.13).

valoración escapular

INFOGRAFÍA 13: The lateral scapular slide test, valoración del ritmo cinturo-escápulo humeral [33,34,35].

ESTABILIDAD Y PROPIOCEPCIÓN EN BASE A LA PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO

La estabilidad y propiocepción no son conceptos sinónimos, pero sí hermanados (dentro de la prevención de lesiones). Aclarado y para concluir el artículo, es esencial entender lo que supondrá la estabilidad y el control motor en cualquier entrenamiento.

Sin control motor, todo lo que se plantee dentro del campo del entrenamiento podrá acarrear serias dificultades a nuestro deportista. El trabajo de estabilidad de manera muy global, y como bien ilustra la siguiente infografía (ver Infografía 14.), debería ser la base en cualquier recetario de actividad física u ejercicio.

valoración propiocepción
INFOGRAFÍA 14. Estabilidad y propiocepción como base en el entrenamiento. Adaptado de modelo “OPT´´ NASM [40].

La estabilidad y control motor así como su entrenamiento específico supondrá [36,37,38,39]:

– Mejoras de fuerza (incluso en alto rendimiento).

– Prevención de lesiones por inestabilidad.

– Mayor rendimiento en deportes que supongan cambios de ritmo y saltos verticales.

– Mejoras en el control; activo, pasivo y neural a nivel muscular.

– La estabilidad y control neuro-muscular serán clave en algias o dolores inespecíficos, como el dolor lumbar.

Como siempre, espero haber aportardo herramientas que os ayuden en vuestro entrenamiento y vida diaria. Os animo a compartir, comentar y como siempre a “ser movimiento´´.

HOJA DE AUTO-EVALUCACIÓN

Al realizar los test, podrás ir apuntando los resultados en la INFOGRAFÍA 16, y hacer el sumatorio de puntos que cada test tiene (ver INFOGRAFÍA. 15). La suma de los mismos nos dirá el riesgo moderado, medio o alto que tenemos de sufrir una posible lesión (ver INFOGRAFÍA 17). Recordar que dichos test y tabla sumatoria es meramente orientativa, no da un diagnóstico final y sí información para saber cómo aplicar nuestro entrenamiento.

Os adjuntamos de nuevo el vídeo de ayuda.

valoración autoevaluación
INFOGRAFÍA 15: Auto-valoración del deportista y puntuaciones.
valoración puntuación
INFOGRAFÍA 15: Auto-valoración del deportista y puntuaciones en blanco.
valoración riesgo de lesión
INFOGRAFÍA 17: Tabla sumatoria para conocer el posible riesgo de lesión.

BIBLIOGRAFÍA

1. Garber, C. E., Blissmer, B., Deschenes, M. R., Franklin, B. A., Lamonte, M. J., Lee, I. M., … & Swain, D. P. (2011). American College of Sports Medicine position stand. Quantity and quality of exercise for developing and maintaining cardiorespiratory, musculoskeletal, and neuromotor fitness in apparently healthy adults: guidance for prescribing exercise. Medicine and science in sports and exercise, 43(7), 1334-1359.

2. Okamura, S., Wada, N., Tazawa, M., Sohmiya, M., Ibe, Y., Shimizu, T., … & Shirakura, K. (2014). Injuries and disorders among young ice skaters: relationship with generalized joint laxity and tightness. Open access journal of sports medicine, 5, 191

3. Kobayashi, T., & Gamada, K. (2014). Lateral Ankle Sprain and Chronic Ankle Instability A Critical Review. Foot & ankle specialist, 7(4), 298-326.

4. Simons, D. g. & Travell, J. g. (1999). Travell & Simons’ Myofascial pain and dysfunction: The trigger point manual: The trigger point manual: Volume 1: upper half of body (2nd ed.). Baltimore: Williams & Wilkins.

5. Oatis, C. A. (2004). Kinesiology: The mechanics & pathomechan- ics of human movement. Baltimore: Williams & Wilkins.

6. Beattie, N., & Lovell, M. E. (2010). Can patients with low energy whiplash associated disorder develop low back pain?. Injury, 41(2), 144-146.

7. Bortsov, A. V., Platts-Mills, T. F., Peak, D. A., Jones, J. S., Swor, R. A., Domeier, R. M., … & McLean, S. A. (2014). Effect of pain location and duration on life function in the year after motor vehicle collision. PAIN®, 155(9), 1836-1845.

8. Zatsiorski, V. M. Metrología Deportiva. Moscú: Editorial Planeta, 1989.

9. Fong, C. M., Blackburn, J. T., Norcross, M. F., McGrath, M., & Padua, D. A. (2011). Ankle-dorsiflexion range of motion and landing biomechanics. Journal of athletic training, 46(1), 5-10

10. Basnett, C. R., Hanish, M. J., Wheeler, T. J., Miriovsky, D. J., Danielson, E. L., Barr, J. B., & Grindstaff, T. L. (2013). Ankle dorsiflexion range of motion influences dynamic balance in individuals with chronic ankle instability. International journal of sports physical therapy, 8(2).

11. Macrum, E., Robert Bell, D., Boling, M., Lewek, M., & Padua, D. (2012). Effect of limiting ankle-dorsiflexion range of motion on lower extremity kinematics and muscle-activation patterns during a squat. Journal of sport rehabilitation, 21(2), 144.

12. Backman, L. J., & Danielson, P. (2011). Low range of ankle dorsiflexion predisposes for Patellar Tendinopathy in Junior Elite Basketball Players a 1-Year prospective study. The American journal of sports medicine, 39(12), 2626-2633

13. Clanton TO, Matheny LM, Jarvis HC, Jeronimus AB. Return to Play in Athletes Following Ankle Injuries. Sports Physical Therapy. 2012;4(6): 471-474.

14. Jones R, Carter J, Moore P, Wills A. A study to determine the reliability of an ankle dorsiflexion weight-bearing device. Physiotherapy. 2005;91:242-249.

15. Konor MM, Morton S, Eckerson JM, Grindstaff TL.Reliability of three Measures of Ankle Dorsiflexion Range of Motion. Int J Sports Phys Ther. 2012;7(3): 279-287.

16. Hoch, M. C., Farwell, K. E., Gaven, S. L., & Weinhandl, J. T. (2015). Weight-bearing dorsiflexion range of motion and landing biomechanics in individuals with chronic ankle instability. Journal of athletic training, 50(8), 833-839.

17. Dill, K. E., Begalle, R. L., Frank, B. S., Zinder, S. M., & Padua, D. A. (2014). Altered knee and ankle kinematics during squatting in those with limited weight-bearing-lunge ankle-dorsiflexion range of motion. Journal of athletic training, 49(6), 723-732.

18. Junge, T., Balsnes, S., Runge, L., Juul-Kristensen, B., & Wedderkopp, N. (2012). Single leg mini squat: an inter-tester reproducibility study of children in the age of 9–10 and 12–14 years presented by various methods of kappa calculation. BMC musculoskeletal disorders, 13(1), 203.Selhorst, M., Rice, W., Degenhart, T., Jackowski, M., & Tatman, M. (2015). Evaluation of a treatment algorithm for patients with patellofemoral pain syndrome: a pilot study. International journal of sports physical therapy, 10(2), 178.

19. Nelson, R. T., & Bandy, W. D. (2004). Eccentric training and static stretching improve hamstring flexibility of high school males. Journal of athletic training, 39(3), 254.

20. Daneshjoo, A., Mokhtar, A. H., Rahnama, N., & Yusof, A. (2012). The effects of injury preventive warm-up programs on knee strength ratio in young male professional soccer players. PloS one, 7(12), e50979.

21. Zagyapan, R., Iyem, C., Kurkcuoglu, A., Pelin, C., & Tekindal, M. A. (2012). The relationship between balance, muscles, and anthropomorphic features in young adults. Anatomy research international, 2012.

22. Marshall, P. W., & Siegler, J. C. (2014). Lower hamstring extensibility in men compared to women is explained by differences in stretch tolerance. BMC musculoskeletal disorders, 15(1), 223.

23. Hamstring tightness had no influence pelvic motion in both groups during forward bending. No difference was observed between LBP and asymptomatic volunteers in hamstring tightness. Concerning range of motion, the PT and TF were higher in the asymptomatic group and LM in LBP participants.

24. Daneshjoo, A., Mokhtar, A. H., Rahnama, N., & Yusof, A. (2012). The effects of injury preventive warm-up programs on knee strength ratio in young male professional soccer players. PloS one, 7(12), e50979.

25. Zagyapan, R., Iyem, C., Kurkcuoglu, A., Pelin, C., & Tekindal, M. A. (2012). The relationship between balance, muscles, and anthropomorphic features in young adults. Anatomy research international, 2012.

26. Marshall, P. W., & Siegler, J. C. (2014). Lower hamstring extensibility in men compared to women is explained by differences in stretch tolerance. BMC musculoskeletal disorders, 15(1), 223.

27. Butowicz, C. M., Ebaugh, D. D., Noehren, B., & Silfies, S. P. (2016). VALIDATION OF TWO CLINICAL MEASURES OF CORE STABILITY. International journal of sports physical therapy, 11(1), 15.

28. Silfies, S. P., Ebaugh, D., Pontillo, M., & Butowicz, C. M. (2015). Critical review of the impact of core stability on upper extremity athletic injury and performance. Brazilian journal of physical therapy, 19(5), 360-368.

29. Tucci, H. T., Martins, J., de Carvalho Sposito, G., Camarini, P. M. F., & de Oliveira, A. S. (2014). Closed Kinetic Chain Upper Extremity Stability test (CKCUES test): a reliability study in persons with and without shoulder impingement syndrome. BMC musculoskeletal disorders, 15(1), 1.

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31. Ferber, R., Kendall, K. D., & McElroy, L. (2010). Normative and critical criteria for iliotibial band and iliopsoas muscle flexibility. Journal of Athletic Training, 45(4), 344.

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40. Clark, M. A., Lucett, S., & Corn, R. J. (2008). NASM essentials of personal fitness training. Lippincott Williams & Wilkins.

AUMENTO DE LA TEMPERATURA Y EJERCICIO

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Íñigo

AUTOR: ÍÑIGO

       

AUMENTO DE LA TEMPERATURA Y EJERCICIO

Se acerca el cambio de estación, llega el verano, llega el sol. En la mayoría de las personas el tiempo libre aumenta y en muchos casos, el tiempo de ocio dedicado a practicar ejercicio también se incrementa. Los, de sobra, ya demostrados beneficios del ejercicio en nuestra salud se verán aumentados pero el calor veraniego requiere de ciertas estrategias para evitar que se convierta en una amenaza. Así, podremos optimizar el entrenamiento si antes conocemos cómo afecta a nuestro cuerpo ese aumento de temperatura.

INTERCAMBIO DE CALOR

temperatura inercambio de calor

En general, los seres humando tenemos una temperatura interna media de 37ºC, pero practicar deporte en ambientales calurosos puede incrementar la temperatura del núcleo hasta los 40ºC. El organismo detecta el aumento de la temperatura corporal a través de unos receptores que denominamos termorreceptores.

Estos se encargan, a través de señales eléctricas, de enviar la información primero a la médula y después al cerebro. El motor principal que regula esa temperatura corporal y la mantiene lo más estable posible, en torno a esos 37ºC, es el hipotálamo.

Para regular la temperatura corporal, el cuerpo humano emite diferentes respuestas complementarias entre ellas, siendo la evaporación por sudor el método más activo durante el ejercicio (López Chicharro y Fernández Vaquero, 2006):

Evaporación: Se refiere a la transferencia de líquido a gas. Por lo tanto, el simple hecho de sudar no provoca la pérdida de calor, sino que sería el resultado de la evaporación de este sudor.

Convección: Provocada en los líquidos corporales a través del movimiento de estos.

Radiación: No existe el contacto entre las superficies y se transfiere a través de ondas.

Conducción: Se refiere a la transferencia de calor por contacto, la cual es de muy baja incidencia durante el ejercicio.

temperatura pérdida de calor

¿CÓMO AFECTA EL AUMENTO DE LA TEMPERATURA SOBRE EL RENDIMIENTO?

Para comenzar hay que destacar que los ambientes calurosos son más desfavorables para la práctica deportiva que los ambientes más fríos (Périard, 2013). En un artículo publicado en la revista Aspetar donde se analiza la participación en diferentes maratones desde el año 1983 hasta el 2012, se puede observar que cuando la prueba se realizaba en ambientes más cálidos y de mayor humedad el porcentaje de abandonos era mayor.

Se hace necesario en estos casos un periodo de adaptación al nuevo ambiente que oscila en torno a los 8-10 días. (Flouris, Poirier, Bravi, 2014). A pesar de ello, son los primeros días (4-6) donde se da la mayor parte del proceso de adaptación. Entre estas adaptaciones las más importantes serán el aumento del volumen plasmático en torno al 10-12%, el descenso de la frecuencia cardiaca y el descenso de la percepción subjetiva del calor y de sed. También aumentará la capacidad de sudoración, que descenderá su umbral para poder regular mejor y mantener nuestra temperatura corporal lo más estable posible (Urdanpilleta, Martín-Saenz, Julia-Sanchez, Álvarez-Herms, 2013).

temperatura rendimiento
Tiempo de adaptación (días) al aumento de temperatura (Périard, Racinais, Sawka, 2015).

¿QUÉ ESTRATEGIAS PODEMOS OPTAR?

El aumento de la temperatura es un factor limitante del rendimiento, como acabamos de ver. Entonces, ¿qué estrategias podemos adoptar para minimizar los efectos negativos de esa subida brusca y posponerlos lo máximo posible durante el período de aclimatación?

HIDRATACIÓN

Hay que tener muy en cuenta que el hecho de no tener sed, no significa que no se esté produciendo una deshidratación, ya que el estímulo de la sed tiene un mecanismo de aparición tardía. Suele darse cuando se ha perdido en torno al 2% del peso corporal y que, por tanto, comienza a afectar a nuestro rendimiento (Chicharro, 2006). Además, esta deshidratación provocará un aumento de la frecuencia cardiaca con el fin de mantener estable el gasto cardiaco ya que el volumen sistólico se verá disminuido. A pesar de ello, si la temperatura ambiente aumenta excesivamente, ese aumento de la frecuencia cardiaca no será un mecanismo compensatorio suficiente y el gasto cardiaco también disminuirá (Urdanpilleta et al., 2013).

Por lo tanto, la reposición de líquidos será indispensable. La recomendaciones hídricas diarias para personas físicas activas es de 2-3 litros diarios, que puede aumentar hasta los 4 en días muy calurosos (Noakes, 2012).

Como pauta general, se ha establecido que durante la actividad física la reposición de líquidos debería ser de 0.7-1 litros/hora de bebida isotónica (6-8% de concentración de azúcares), debiendo tener esta bebida, como mínimo, una concentración de entre 0.5-0.7g de ión sodio por cada litro (ACSM, 2007; ADA, Dietitians of Canada y ACSM, 2009). Lo ideal será mantener una frecuencia de 15-20 minutos de las tomas en una cantidad de 150-250 ml.

Una vez finalizado el ejercicio, la reposición de líquidos se elevará hasta un 150-200% del peso corporal, en la que aumentaremos la concentración de sodio hasta los 1-1.2 g/litro intentando acompañarla con potasio y magnesio (Urdanpilleta et al. 2013)

temperatura hidratación

PRE-COOLING

Las situaciones de hipertermia provocan un aumento de la temperatura tanto del core, de la piel como cerebral. Por tanto, se sugiere que si logramos bajar algún grado la temperatura del core previo al ejercicio, ampliaremos el rango en el cual esta temperatura podrá aumentar, atenuando así los efectos del sobrecalentamiento. Diferentes estrategias han sido descritas, como la inmersión en agua fría, utilización de chalecos y toallas heladas, ingestión de geles fríos

Referencias

• American Dietetic Association (ADA), Dietitians of Canada y American College of Sports Medicine (ACSM). (2009). Nutrition and Athletic Performance. Journal of American Dietetic Association. 109(3), 509-527

• Chicharro, J. L., & Vaquero, A. F. (2006). Fisiologa del ejercicio. Ed. Médica Panamericana.

• Flouris AD, Poirier MP, Bravi A, et al. Changes in heart rate variability during the induction and decay of heat acclimation. Eur J Appl Physiol 2014;114:2119–28

• Julien Périard, 2013. Prolonged exercise in the heat: Aspetar.

• Noakes, T. D. (2012). Commentary: role of hydration in health and exercise. British Medical Journal, 18, 345

• Otegui, A. U., Sanz, J. M., Sánchez, S. J., & Herms, J. Á. (2013). Protocolo de hidratación antes, durante después de la actividad físico-deportiva. European Journal of Human Movement, (31), 57-76.

• Périard, J. D., Racinais, S., & Sawka, M. N. (2015). Adaptations and mechanisms of human heat acclimation: Applications for competitive athletes and sports. Scandinavian journal of medicine & science in sports, 25(S1), 20-38.

• Sawka, M. N., Burke, L. M., Eichner, E. R., Maughan, R. J., Montain, S. J., & Stachenfeld, N. S. (2007). American College of Sports Medicine position stand. Exercise and fluid replacement. Medicine and science in sports and exercise, 39(2), 377-390.

PROPIEDADES Y BENEFICIOS NUTRICIONALES DEL ACEITE DE COCO

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AUTOR: JOSÉ MARÍA

     

PROPIEDADES Y BENEFICIOS NUTRICIONALES DEL ACEITE DE COCO

El presente artículo se considera la segunda parte de la guía sobre los triglicéridos de cadena media (TCM) y aceite de coco que me propuse realizar. Hace unas semanas se publicó la primera parte, “Triglicéridos de cadena media y aceite de coco”. Recomiendo encarecidamente que lea antes la primera parte, pues es fundamental que entienda el mecanismo fisiológico de los triglicéridos de cadena media, los ácidos grasos más abundantes de nuestro querido aceite de coco.

En este artículo especificaremos mucho más en el consumo de aceite de coco, obviando sus usos en la piel, por ejemplo. Dedicaremos la información a su uso estrictamente nutricional, mostrando estudios realizados en humanos y de sujetos que han tomado aceite de coco, aceite TCM o coco.

coco propiedades
ALGUNAS PROPIEDADES BÁSICAS

Aunque el aceite de coco es menos rico en polifenoles que aceites como el de oliva [1], también posee una buena fuente de estos, que disminuirán en función del tipo de aceite de coco que sea. Es decir, el aceite de coco virgen, poseerá mayor porcentaje de polifenoles que el aceite de coco refinado, puesto que con el proceso de refinación, se pierden propiedades nutricionales.

El punto de fusión del aceite de coco es de 24 – 25ºC. A temperaturas menores de esos 24 – 25ºC, el aceite se encuentra en forma sólida. Si habéis comprado alguna vez aceite de coco, lo habréis podido comprobar.

En estaciones de frío, el aceite se puede conservar con forma sólida perfectamente a temperatura ambiente, pero cuando aumentan las temperaturas, el aceite se vuelve líquido.

Otra particularidad del aceite de coco es su alto punto de humeo (punto de calentamiento en ºC), siendo de 180ºC, aproximadamente, en aceite de coco virgen, y 230ºC en aceite de coco refinado.

coco punto de fusión
La gran particularidad por la que se conoce el aceite de coco – ya explicada en el primer artículo -, es por estar formado mayoritariamente de ácidos grasos de cadena media (AGCM). Estos ácidos grasos contienen entre 6 – 12 átomos de carbono. Con la unión de 3 AGCM + 1 glicerol se forma el TCM (triglicérido cadena media).

En el aceite de coco, el ácido graso de cadena media (AGCM) más presente es el ácido láurico, pero existen otros AGCM importantes, como es el caso del ácido mirístico, ácido cáprico y ácido caprílico.

coco aceite
ACEITE DE COCO VIRGEN (ACV) VS ACEITE DE COCO REFINADO (ACR)

El aceite de coco virgen es un aceite de coco de mayor calidad, y suele diferenciarse económicamente del refinado en unos 5 – 6€. Aconsejo invertir algo más de dinero en un ACV, ya que traerá beneficios organolépticos y nutricionales del producto.

coco virgen El aceite de coco virgen se realiza con un procesado en húmedo a partir del coco, leche de coco, etc. Una de las opciones más famosas para su obtención, es a través de una centrifugadora tubular:

coco centrifugado
Por otra parte, en el aceite de coco refinado (ACR), al haber sufrido procesos físico-químicos, se alteran propiedades sensoriales y nutritivas del alimento. Es el aceite de coco más ampliamente usado en industrias alimentarias y cosméticas. Una particularidad de los productos de ACR es que no poseen el típico y gustoso aroma y sabor (propiedades sensoriales) del aceite de coco virgen.

Pero, incluso se podría obtener una hidrogenación parcial (grasas trans) o total de este aceite con el objetivo de insertarlo más en la industria y aumentar la vida útil del alimento, ya que al tener un punto de fusión de 24 – 25ºC, los alimentos que contengan aceite de coco se podrían derretir. Con esta hidrogenación, el punto de fusión aumentaría y se alargaría el proceso de solidificación del aceite (más información sobre los peligros de las grasas trans en “Grasas trans o hidrogenadas”).

Por último, en la legislación española, aunque no existen demasiadas leyes, el Reglamento (UE) nº 835/2011 sobre contenido máximo de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP)* en los productos alimenticios [2], informa de la existencia de HAP, concretamente benzoantraceno y criseno, en el aceite de coco. Son dos HAP que no se eliminan fácilmente ni refinando el aceite. El Reglamento pone de manifiesto que deben controlarse sus niveles al máximo.

*Los hidrocarburos aromáticos policíclicos son compuestos orgánicos naturales tóxicos encontrados en el medio ambiente o en alimentos, ya sea en estado normal o cocinados a altas temperaturas (barbacoas, frutas, verduras, cereales…).

BENEFICIOS NUTRICIONALES

¿Qué dicen los estudios sobre mejoras en la salud con un consumo de aceite de coco en humanos?

En un estudio [3] realizado en mujeres con obesidad abdominal, se comparó el consumo de aceite de coco con el aceite de soja para comprobar los perfiles bioquímicos y antropométricos después de sus consumos.

El protocolo de consumo fue de 30 ml durante 3 meses. Los resultados confirmaron que, las mujeres que consumieron aceite de coco redujeron su obesidad abdominal y mejoraron los rangos de colesterol, aumentando el colesterol HDL (colesterol ‘bueno’) y disminuyendo el colesterol LDL (colesterol ‘malo’).

En otro estudio [4] realizado en hombres y mujeres, se comprobó que a razón de 30 ml de aceite de coco durante 6 meses, los hombres (no tanto las mujeres) redujeron centímetros de sus cinturas, y aumentaron los valores del colesterol HDL, redujeron LDL y redujeron triglicéridos.

coco colesterol
Otros estudios interesantes en los que se le dieron a los sujetos productos/subproductos derivados del coco, teorizaron y/o demostraron beneficios, como:

– El coco y su aceite podrían ser una buena opción terapéutica para la prevención y el tratamiento con la enfermedad de Alzheimer [5], ya que a partir de los TCM se crean cetonas (cuerpos cetónicos), una alternativa como fuente de energía para nuestro cerebro (no olvidemos que la principal debe ser la glucosa).

– Comparando el consumo de aceite TCM con aceite de oliva [6] se puede concluir que, el grupo que tomó aceite de TCM perdió más masa grasa. De nuevo, el poder de los TCM sale a flote.

– Para terminar, un interesante estudio [7] de mayo de 2016 teoriza, bajo una larga bibliografía científica, el papel tan importante que podría tener una correcta microbiota intestinal de cara a enfrentar la obesidad. Muchos obesos tienen desórdenes en su microbiota. Este estudio señala que, alimentos y suplementos ricos en triglicéridos de cadena media podrían ser utilizados como tratamiento en la obesidad, para así prevenir el síndrome de la permeabilidad intestinal, y remodelar la microbiota.

RESUMEN DE LAS DOS PARTES

• El aceite de coco virgen es un producto más recomendable que el aceite de coco refinado, pues mantiene sus propiedades nutricionales y sensoriales que se pierden al refinar el aceite.

• El aceite de coco también se puede hidrogenar parcialmente. Este es el aceite de coco utilizado en bollería industrial y SÍ es perjudicial.

• La pérdida de grasa relacionada con el consumo de alimentos y productos ricos en TCM se da, sobre todo, en personas con un % de grasa alto y en cantidades de >5 gramos.

• El aceite de coco tiene poder saciante, produce cuerpos cetónicos y mejora el estado de cetosis (buena opción en protocolos donde se busca).

• Es una buena opción como pre-entreno por su singular metabolización: pasa de forma inmediata del intestino delgado al hígado, sin pasar por el sistema linfático. Es decir, se produce una utilización rápida de energía, al igual que con el consumo de carbohidratos.

Referencias

[1] Marina A.M., Che Man Y.B., et al. Virgin coconut oil: emerging functional food oil. Trends in Food Science & Technology. 2009; 481 – 487.

[2] Contenido máximo de hidrocarburos aromáticos policíclicos en los productos alimenticios. Reglamento de la Comisión Europea, nº 835/2011.

[3] Assunçao ML, Ferreira HS, et al. Effects of dietary coconut oil on the biochemical and anthropometric profiles of women presenting abdominal obesity. Lipids. 2009 ;44(7):593-601.

[4] Kai Ming Liau, Yeong Yeh Lee, et al. An open-label pilot study to asses the efficacy and safety of virgin coconut oil in reducing visceral adiposity. ISRN Pharmacol. 2011; 2011: 949686.

[5] Fernando WM, Martings IJ, et al. The role of dietary coconut for the prevention and treatment of Alzheimer’s disease: potential mechanisms of action. Br J Nutr. 2015; 114(1): 1 – 14.

[6] St-Onge MP, Bosarge A. Weight-loss diet that includes consumption of medium-chain triacylglycerol oil leads to a greater rate of weight and fat mass loss tan does olive oil. Am J Clin Nutr. 2008; 87(3): 621 – 6.

[7] Sabri Ahmed Rial, Antony D., et al. Gut microbiota and metabolic health: the potential beneficial effects of a medium chain triglycerides diet in obese individuals. Nutrients. 2016; 8(5), 281.

LA PARTICIÓN DE CALORÍAS

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Marcos gutierrez

AUTOR: MARCOS GUTIÉRREZ

LA PARTICIÓN DE CALORÍAS

En el artículo de hoy vamos a hablar del problema al que se enfrentan en esencia la mayoría de deportistas de fuerza y estética: la partición de calorías; o lo que es lo mismo, a dónde van tus calorías cuando comes más de lo que gastas o de dónde salen cuando comes menos de lo que gastas.

En un universo ideal, todas las calorías que ingieres irían al tejido muscular y nada a las células grasas; ganarías 100% músculo. En este mismo universo, todas las calorías quemadas durante un periodo de dieta hipocalórica provendrían de tus reservas de grasa; perderías sólo grasa y nada de músculo. Por desgracia, no vivimos en ese universo ideal.

calorías definición
La gente con una genética corriente puede llegar a perder hasta medio kilo de músculo por cada 1-1,5kg de grasa cuando realiza un periodo de definición. Además, estos mismos individuos suelen ganar la misma proporción de músculo que de grasa cada vez que realizan una dieta hipercalórica.

Por otro lado, aquellos con una mejor genética llevan mayor proporción de las calorías que consumen a los músculos (menos a las células grasas) cuando comen más de lo que gastan y sacan más calorías de las células grasas (y menos de los músculos) cuando comen menos de lo que gastan. Además, suelen mantener niveles bajos de grasa corporal de manera natural y tienen pocos problemas para definir.

En lo que se refiere a la partición de calorías, los investigadores hacen referencia constantemente al término P-ratio. Básicamente, este concepto viene a representar la cantidad de proteína que se gana (o pierde) durante un periodo de dieta hipercalórica (o hipocalórica) [1]. Por lo que, un P-ratio bajo cuando defines significaría que has utilizado poca proporción de proteína y mucha proporción de grasa y un P-ratio alto vendría a decirnos que has utilizado mucha proporción de proteína y poca proporción de grasa.

Una vez claro este concepto, podemos hacernos la pregunta ¿qué afecta al P-ratio? Por muy deprimente que suene esto, lo cierto es que la mayoría de los factores de los que depende están fuera de nuestro alcance.

¿QUÉ DETERMINA EL P-RATIO?

En primer lugar, tenemos a las hormonas. Altos niveles de testosterona tienden tener un efecto positivo en la partición de calorías (más músculo, menos grasa), mientras que niveles crónicamente altos de cortisol tienen el efecto opuesto (menos músculo, más grasa). La tiroides y la actividad del sistema nervioso afectan no sólo a la tasa metabólica basal (TMB), sino también a la quema de grasa.

Por desgracia, los niveles de estas hormonas están en gran medida predeterminados por tu genética: la única manera de incidir en ellos significativamente es evitar deficiencias, tal y como explicamos recientemente en este artículo, o tomar drogas. Más allá de esto, no podemos hacer mucho al respecto.

Otro factor que controla el P-ratio es la sensibilidad a la insulina, la cual hace referencia a lo bien o mal que un determinado tejido responde a la insulina. Antes de nada, cabe mencionar que la insulina es una hormona que afecta al almacenamiento de nutrientes en el hígado, en el tejido muscular y en el tejido graso. En el universo ideal al que hacíamos referencia antes, tendríamos una alta sensibilidad a la insulina en el músculo esquelético (ya que esto conduciría mayor proporción de nuestras calorías al músculo) y una baja sensibilidad a la insulina en las células grasas (haciendo más difícil que se almacenen calorías en éstas).

Pero, como seguimos sin estar en ese universo ideal, existe variabilidad entre los tejidos de todos nosotros y responder a la pregunta “¿de qué depende la sensibilidad a la insulina?” no resulta del todo sencillo.

calorías células

calorías insulina
Para responder a la pregunta, en primer lugar, un análisis global de los factores implicados nos hacen empezar por la genética. La sensibilidad a la insulina puede variar de manera muy notable entre individuos, incluso cuando el resto de los factores se igualan.

Otro factor clave es la dieta. Dietas altas en carbohidratos (especialmente altamente refinados) y grasas saturadas y bajas en fibra tienden a empeorar la sensibilidad a la insulina mientras que dietas con menores ingestas de carbohidratos (o fuentes de estos menos refinadas) y de grasas saturadas y mayor contenido en fibra sin duda alguna mejoran la sensibilidad a la insulina.

Otro factor relevante es la actividad física. Esta afecta a la sensibilidad a la insulina porque la contracción muscular facilita la absorción de glucosa por parte de la célula. Además, la depleción de glucógeno ha demostrado ser un mecanismo eficaz para mejorar la sensibilidad a la insulina.

El último de los factores es el porcentaje de grasa corporal. Cuanta más grasa corporal tengas, más proporción de grasa (y menos de músculo) tiendes a perder durante un periodo de pérdida de grasa; y cuanto más definido estés, menos proporción de grasa tiendes a perder (y más de músculo). Además, individuos que de manera natural tienden a tener muy poca grasa ganan más proporción de músculo cuando están en dieta hipercalórica y menos de grasa y aquellos que de manera natural tienen más grasa, tienden a ganar más grasa y menos músculo al estar en dieta hipocalórica.

Y os preguntaréis ¿por qué tiene el porcentaje de grasa corporal un impacto tan profundo en el P-ratio? En primer lugar, el porcentaje de grasa corporal y el P-ratio tienden a correlacionarse: cuanto más grasa tienes, más resistente a la insulina te vuelves (y viceversa) y, por tanto, peor es tu P-ratio.

calorías p-ratio
En segundo lugar, de manera más específica en cuanto al nivel de grasa corporal, cuanto mayor sea este, mayor cantidad de ácidos grasos tienes disponible como fuente de energía. Y, en general, cuando estos están disponibles en grandes cantidades, se utilizan evitando el uso glucosa o proteína como vía energética principal. Lo mismo funciona al revés: cuanta menos grasa tienes, más difícil es movilizar los ácidos grasos para que sean oxidados.

Pero eso no es todo, pues parece que el porcentaje de grasa corporal controla el metabolismo en mayor medida que simplemente proporcionando ácidos grados. Investigaciones durante los últimos 15 años han calificado los depósitos de grasa como tejido endocrino porque segregan ciertas hormonas y proteínas que tienen efectos importantes en otros tejidos. Quizá la más importante, y desde luego sobre la que más se habla, es la leptina (a pesar de que no es la única). El factor de necrosis tumoral alfa (TNF-ɑ), las diferentes interleucinas, la adiponectina y otros compuestos liberados por los adipocitos envían señales a otros tejidos que afectan al metabolismo.

ENTENDIENDO LA LEPTINA

La leptina es una proteína liberada primariamente por las células grasas, aunque otros tejidos como el músculo también lo hacen en menor medida. Los niveles de leptina se correlacionan fuertemente con el porcentaje de grasa corporal, a pesar de que no se ve igualmente afectada por la grasa visceral que por la grasa subcutánea. Lo que está claro es que a mayor nivel de grasa corporal, más leptina tiendes a tener.

Tu nivel de leptina también está muy relacionado con cuánto estás comiendo y es un regulador del hambre. Por ejemplo, en respuesta a estar en dieta hipocalórica, los niveles de leptina pueden caer en una semana (o incluso en menos tiempo) un 50%, a pesar del hecho de que no has perdido el 50% de tu grasa corporal. Después de esta rápida caída inicial, se produce una disminución más paulatina de la leptina que se explica por la mera pérdida de grasa corporal.

En respuesta a estar en un superávit calórico, los niveles de leptina tienden a subir igual de rápido que cayeron. A diferencia de lo que quizá se piense, parece que la producción de leptina por las células grasas está determinada principalmente por la disponibilidad de glucosa (no por la ingesta de grasa, como muchos piensan). Por lo que, cuando estés sacando glucosa de la célula grasa (haciendo dieta hipocalórica), los niveles de leptina caen y cuando introduces glucosa en la célula grasa (haces dieta hipercalórica), los niveles de leptina aumentan.

Básicamente, la leptina depende de dos factores: cuánta grasa tienes y cuánto comes. Por lo tanto, informa al resto de tu cuerpo sobre tu ingesta y depósitos de energía.

Al igual que la mayoría de las hormonas en el cuerpo, la leptina tiene efectos en la mayoría de los tejidos en el cuerpo y existen receptores de ella que están por todos sitios: en el hígado, en el músculo esquelético, en las células inmunitarias, en el cerebro…

En el hígado, la leptina tiende a reducir la secreción de insulina de las células beta. En el músculo esquelético, la leptina promueve la quema de grasa, evitando el uso de la glucosa y de aminoácidos. La leptina afecta también al funcionamiento de las células inmunitarias, pues una caída de la leptina inhibe la habilidad del organismo de proporcionar una respuesta inmune (lo cual explica en parte por qué tiendes a ponerte más enfermo cuando estás en un déficit calórico).

La leptina y el cerebro

calorías leptina
Para tu cuerpo, perder demasiada grasa es una amenaza real para su supervivencia. Desde un punto de vista fisiológico, esto significa que tu cuerpo necesita ‘conocer’ cuánta energía tienes almacenada.

Como probablemente has adivinado, la leptina es una de los principales señalizadores (junto con la ghrelina, la insulina, la proteína YY y más que probablemente descubriremos en el futuro) que informan a tu cerebro de cuánta energía tienes almacenada y de cuánto estás comiendo.

Todas estas hormonas envían una señal integrada a una parte del cerebro llamada hipotálamo que le ‘dice’ qué está ocurriendo exactamente en el resto de tu cuerpo. Esto produce cambios en varios neuroquímicos tales como NPY, CRH, POMC y alfa-MSH, entre otros, lo cual tiene efectos (mayormente negativos) en la tasa metabólica, el perfil hormonal y la partición calórica.

Debido a que la tasa metabólica cae:

• Los niveles de la hormona estimulante de la tiroides (TSH), hormona luteinizante (LH) y hormona estimulante folículo estimulante (FSH) disminuyen, provocando a su vez menores niveles de tiroides y de testosterona.

• Los niveles de somatocrinina (GHRH) caen, pudiendo inhibir la producción de la hormona del crecimiento.

• La actividad del sistema nervioso simpático disminuye.

• Los niveles de cortisol aumentan junto al hambre y al apetito.

En definitiva, lo que observas cuando tratas de disminuir tu porcentaje de grasa corporal a partir de cierto nivel es cómo tu organismo trata de oponer resistencia a esa pérdida.

Cabe destacar que una caída de la leptina tiene mucho mayor impacto en el metabolismo de lo que tiene en este una subida (a no ser que se vuelva a los niveles iniciales de leptina). Así, como podemos ver, el cuerpo lucha con mucha mayor intensidad ante una dieta hipocalórica que ante una hipercalórica. Esto confirma el hecho de que, generalmente, es más fácil ganar grasa que ganar músculo. Aunque existen excepciones, como individuos muy sensibles a los efectos de la leptina que cuando las calorías aumentan simplemente queman ese exceso calórico sin ganar grasa, la mayoría de nosotros no tenemos esa suerte.

La leptina inyectable no es algo factible de momento, pues una dosis efectiva cuesta casi 1000€/día (por no mencionar que se requerirían dos inyecciones diarias). Por otro lado, usar bromocriptina u otros agonistas de la dopamina parece arreglar parte del problema mandando una señal falsa al cerebro haciéndole pensar que los niveles de leptina han vuelto a su normalidad.

Estudios recientes que han proporcionado leptina inyectable a gente haciendo dieta hipocalórica muestran claramente como la caída de la leptina es una de los principales mecanismos que tu cuerpo utiliza para empezar a adaptarse al déficit calórico. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en ratas, inyectar leptina a humanos no soluciona todos los problemas. Esto se debe a que en los humanos existe una respuesta más integrada (tanto ante un superávit calórico como ante un déficit) que en los roedores.

Para entender mejor esta respuesta integrada, en la segunda parte de este artículo veremos las principales adaptaciones que ocurren cuando reduces o aumentas tu ingesta calórica, entre otras ideas…mientras tanto, ¡consolidad estas!

Fuentes

McDonald, L (2009) Calorie Partitioning Part 1 http://www.bodyrecomposition.com Traducido, adaptado y recuperado el 5 de junio de 2016 de http://www.bodyrecomposition.com/muscle-gain/calorie-partitioning-part-1.html/

McDonald, L (2009) Calorie Partitioning Part 2 http://www.bodyrecomposition.com Traducido, adaptado y recuperado el 5 de junio de 2016 de http://www.bodyrecomposition.com/muscle-gain/calorie-partitioning-part-2.html/

Referencias

[1] Dulloo AG, Jacquet J. The control of partitioning between protein and fat during human starvation: its internal determinants and biological significance. Br J Nutr 1999; 82: 339–356

[2] Keys A, Brozek J, Henschel A, Mickelson O, Taylor HL. The Biology of Human Starvation. University of Minnesota Press: Minneapolis, MN, 1950.

INFLUENCIA DEL ENTRENAMIENTO OCLUSIVO SOBRE LA EXCITABILIDAD CEREBRAL

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Autor: HECTOR

INFLUENCIA DEL ENTRENAMIENTO OCLUSIVO SOBRE LA EXCITABILIDAD CEREBRAL

El entrenamiento oclusivo, también conocido como “Kaatsu”, se basa en el trabajo de fuerza con cargas de baja intensidad (normalmente inferiores al 40% del 1RM) en condiciones de restricción del flujo sanguíneo sobre un grupo muscular. De este modo, se induce un ambiente hipóxico en el tejido muscular que favorece las adaptaciones fisiológicas asociadas al entrenamiento de la fuerza con cargas superiores, afectando estos cambios al sistema cardiovascular, sistema nervioso central (SNC) y la musculatura esquelética. Para más información al respecto, recomiendo consultar este artículo de Enrique Castaño.

entrenamiento oclusivoentrenamiento kaatsu

 

 

 

 

 

 

En lo que respecta a adaptaciones a nivel neuromuscular, algunos ensayos realizados con electromiografía de superficie (sEMG) e intramuscular (iEMG) han evidenciado que el entrenamiento con cargas ligeras en condiciones de restricción del flujo sanguíneo (entrenamiento BFR en adelante) tiende a asociarse con un incremento de la actividad muscular registrada respecto al entrenamiento de cargas ligeras en condiciones normales (Moritani et al., 1992; Yasuda et al., 2006).

Dicho incremento de los niveles de actividad EMG podría estar relacionado con el acúmulo de sangre y metabolitos causado por la restricción del flujo sanguíneo en la región, existiendo autores que afirman que el ambiente hipóxico generado por el entrenamiento BFR podría causar una alteración del feedback sensorial aferente y generar la modificación de la activación muscular, pudiendo verse alterado el reclutamiento de unidades motoras, produciéndose una mayor solicitación de fibras rápidas pese a un estímulo externo de baja intensidad (Yasuda et al., 2006).

Basándose en estos resultados, algunos autores llegaron a la hipótesis de que el entrenamiento BFR puede generar ciertas formas de modulación del reclutamiento de fibras musculares a través de modificaciones en el córtex motor primario (CM1). De este modo, una serie de trabajo de fuerza con entrenamiento BFR sobre el bíceps braquial podría generar modificaciones agudas a nivel cerebral gracias a la plasticidad del tejido nervioso, reflejándose dicho fenómeno en cambios a nivel de la excitabilidad corticomotora y la inhibición intracortical de intervalo corto (SICI).

Cabe destacar que, el córtex motor primario constituye una región cerebral implicada en la ejecución de la contracción muscular voluntaria y el movimiento a través de la generación de impulsos neuronales que se transfieren hacia la médula espinal y unidades motoras. Es por ello que tiene un papel importante en la generación y control del movimiento voluntario, gracias a su interacción con estructuras subcorticales, tales como el cerebelo.

entrenamiento cerebro

Para probar la hipótesis de que el entrenamiento BFR podría generar modificaciones a nivel cerebral, se diseñó un ensayo en el que se trató de medir los cambios en la excitabilidad del córtex motor y SICI en condiciones de entrenamiento de fuerza con alta y baja intensidad, así como de entrenamiento BFR de baja intensidad en protocolos de restricción de flujo continua e intermitente (Brandner, C. R., Warmington, S. A., & Kidgell, D. J. ,2015).

Se sometió a 10 sujetos sanos entre 20-24 años al protocolo, que comenzó con una sesión previa de familiarización en la que se tomaron medidas antropométricas y se realizó la medición de la máxima contracción voluntaria en un ejercicio de flexión de brazo (1RM).

Posteriormente, los sujetos acudieron una vez por semana a realizar los test de fuerza con diferentes cargas, respetando siempre una cadencia de ejecución de 2 segundos de fase excéntrica y 2 segundos de fase concéntrica, siguiendo el tempo con un metrónomo.

Una sesión de de trabajo con altas cargas: 4 series de 6-8 repeticiones de curl de bíceps con el 80% 1RM con 150 segundos de descanso entre series.

Una sesión de trabajo con cargas ligeras: Una serie de 30 repeticiones con una carga del 20% 1RM, seguida de 3 series de 15 repeticiones con la misma carga, descansando 30 segundos entre series.

Una sesión de trabajo con cargas ligeras con BRF continuo: Se realizó el mismo protocolo que con cargas ligeras, añadiendo la oclusión del riego sanguíneo en la región proximal del brazo a una tensión equivalente al 80% de la presión sistólica en reposo (aproximadamente 94 mmHg), manteniendo la restricción durante el descanso.

Una sesión de trabajo con cargas ligeras con BRF intermitente. Se repitió el protocolo de cargas al 20% 1RM anterior, aplicando una oclusión del 130% de la presión sistólica (aproximadamente 150 mmHg) durante la fase de trabajo y retirándose durante los 30 segundos de descanso.
De forma previa y posterior a los protocolos de fuerza se empleó la estimulación magnética transcraneal para determinar las variaciones en la excitabilidad del córtex motor y SICI.

RESULTADOS

Los resultados mostraron un incremento de la excitabilidad corticomotora superior tras las series deentrenamiento oclusivo que se mantuvo más de 60 minutos. El nivel de excitabilidad registrado fue mayor cuando se aplicó un protocolo de restricción continuo respecto al intermitente, así como al estímulo de trabajo convencional con cargas (Gráfica 1).

entrenamiento resultados
Gráfica 1. Amplitud de la señal registrada como potencial motor evocado a nivel del córtex motor (MEP) expresado como porcentaje de la máxima actividad registrada por sEMG (Mmax) en el bíceps braquial. Podemos observar que la relación entre ambos parámetros se ve incrementada de forma significativa tras el trabajo de fuerza con oclusión continua

CONCLUSIÓN

Parece probable que el incremento en la excitabilidad corticomotora registrado tras las series de entrenamiento BFR esté mediado por una alteración del feedback sensorial a través de vías aferentes corticales y/o subcorticales, pudiendo contribuir este fenómeno a generar adaptaciones similares a nivel cortical a medio-largo plazo que suelen observarse en el entrenamiento convencional con cargas pesadas.

Si bien no se ha esclarecido el impacto de dichas adaptaciones a nivel central sobre la fuerza muscular y la función neuromuscular global, los resultados parecen indicar que el entrenamiento de fuerza en condiciones de oclusión puede constituir una opción interesante en un contexto de readaptación funcional de lesiones, donde el control motor sobre el tejido muscular dañado se ve alterado, así como en sujetos con limitaciones para el trabajo con intensidades relativas superiores.

REFERENCIAS

Brandner, C. R., Warmington, S. A., & Kidgell, D. J. (2015). Corticomotor Excitability is Increased Following an Acute Bout of Blood Flow Restriction Resistance Exercise. Frontiers in human neuroscience, 9.

Moritani, T., Sherman, W. M., Shibata, M., Matsumoto, T., & Shinohara, M.Oxygen availability and motor unit activity in humans. European journal of applied physiology and occupational physiology, 64(6), 552-556. 1992.

Yasuda, T., Fujita, T., Miyagi, Y., Kubota, Y., Sato, Y., Nakajima, T., … & Abe, T. (2006). Electromyographic responses of arm and chest muscle during bench press exercise with and without KAATSU. International Journal of KAATSU Training Research, 2(1), 15-18.

LA DIETA PALEOLÍTICA: TODO LO QUE NECESITAS SABER Y NADIE TE CUENTA

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LA DIETA PALEOLÍTICA: TODO LO QUE NECESITAS SABER Y NADIE TE CUENTA

Existe una gran desinformación a la hora de hablar sobre la Dieta Paleolítica, y son muchos los mitos que nos encontramos en este tema.
En el vídeo de hoy, contamos con Maelán Fontes (@MaelanFontes) para solventar todas nuestras dudas. Maelán es experto en Dieta Paleolítica, y forma parte de uno de los grupos de investigación más potentes al respecto.

Hablaremos de la Dieta Paleolítica y su potencial para perder peso, mejorar el rendimiento, mejorar la masa muscular, curar algunas enfermedades, y mucho más. Todo desde un punto de vista objetivo y científico.


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ÍNDICE DE PREGUNTAS:

0:58 ¿Qué es la dieta paleolítica?

2:05 ¿Una dieta paleolítica es una dieta hiperproteica o basada en exceso de carne?

3:07 ¿La dieta paleolítica es útil para curar enfermedades?

4:08 Cereales: ¿Debemos eliminarlos? ¿Estamos adaptados? ¿Qué problemas puede conllevar?

6:32 ¿Estamos adaptados al consumo de carne?

7:02 ¿Hay alimentos buenos y malos?

7:30 Crítica a la dieta paleolítica: ¿Tenemos hoy día alimentos paleolíticos?

8:21 Consumo de Lácteos: Adaptación, problemas, beneficios…
¿Qué personas están más adaptadas?

11:00 Adaptación a la leche y vinculación inversa con la diabetes

12:38 ¿Beber leche es bueno o es malo?

13:07 Beneficios del consumo de la proteína whey en deportistas

14:14 Peligros del consumo de whey protein en sedentarios

17:15 Peligros del consumo de Caseina

19:15 Dieta paleolítica y su efectividad en la pérdida de grasa

20:59 Dieta paleo y ganancias de masa muscular

22:19 Dieta Flexible: ¿Cómo afecta a la composición corporal y cuales son sus riesgos reales?

Agradecimiento especial al Ayuntamiento de Teguise por cedernos las instalaciones y material de grabación de forma gratuita.

ADAPTACIÓN DEL ORGANISMO A LA PARTICIÓN DE CALORÍAS

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Marcos gutierrez

AUTOR: MARCOS GUTIÉRREZ

ADAPTACIÓN DEL ORGANISMO A LA PARTICIÓN DE CALORÍAS

En la primera parte de este artículo explicamos la importancia del P-ratio en los procesos adaptativos que el organismo experimenta en respuesta a dietas que supongan superávit o déficit calórico. La leptina y otros factores juegan un papel importante, como pudimos ver, pero todavía nos queda por ver un ejemplo de respuesta integrada a las estrategias nutricionales

calorías adaptación

Imaginemos que empiezas tu dieta de pérdida de peso reduciendo carbohidratos, calorías o ambos.

• Tus niveles de glucosa en sangre y de insulina se van a reducir, lo cual libera el bloqueo actual sobre la movilización de grasa. Adicionalmente, las catecolaminas aumentan, incrementando el uso de grasa aún más.

• Los niveles en sangre de ácidos grasos comenzarán a aumentar, lo cual promueve la oxidación de grasa en tejidos como el hígado o el músculo. Este efecto se ve facilitado si el hígado y el músculo se encuentran vacíos de glucógeno, pues como mencionamos en la parte I, la depleción de glucógeno tiende a aumentar el uso de grasa como combustible. A la vez, el aumento en los niveles de ácidos grasos en sangre provoca a corto plazo resistencia a la insulina, lo cual promueve la oxidación de grasa y evita el uso de glucosa como combustible.

Desafortunadamente, esos son sólo los efectos positivos. Además de todo esto, la bajada de insulina que provoca mejor movilización de la grasa permite a su vez que la testosterona se enlace con la globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG) mejor, disminuyendo tus niveles de testosterona libre. Además, hay que tener en cuenta que la insulina protegía antes al músculo mediante la inhibición del catabolismo proteico.

El aumento del cortisol que ocurre al hacer dieta hipocalórica acentúa el catabolismo proteico además de estimular la conversión de proteína a glucosa en el hígado. El cortisol también evita que la leucina estimule la síntesis proteica. Y, una caída en el estado energético del músculo impide la síntesis proteica (a pesar de que aumenta la oxidación de grasas).

Por si fuera poco, altos niveles de ácidos grasos en sangre tienden a impedir la absorción de T4 (Tiroides inactiva) por el hígado. También, se producen cambios en el metabolismo del hígado que impiden la conversión de T4 en T3 (Tiroides activa). Existe evidencia que altos niveles de ácidos grasos en sangre produce que los tejidos se conviertan resistentes a la hormona tiroides (en parte por este motivo suplementarse con hormona tiroides cuando se está en dieta hipocalórica no soluciona todos los problemas).

calorías glucosa
También hay una caída en el rendimiento del sistema nervioso central, la cual puede empezar a apreciarse en los primeros 3-4 días de dieta hipocalórica. La caída en los niveles de tiroides, en la insulina y en la leptina explica la mayor parte de la ralentización metabólica que se produce. El cambio en el metabolismo del hígado (y la reducción en la insulina) también impide la producción de IGF-1 (Factor de crecimiento insulínico tipo 1) a partir de GH (Hormona de crecimiento).

Junto con la restricción calórica se produce una caída en la leptina, lo cual causa varios efectos en tejidos como el músculo, hígado y células grasas. Adicionalmente, los niveles de una hormona llamada ghrelina (la cual se libera en el estómago y que responde ante la ingesta de comida) aumentarán. La interacción de estas tres hormonas (y posiblemente otras) envían una señal a tu cerebro (hipotálamo lateral) informándole de que no estás comiendo lo suficiente. Cabe destacar que esta respuesta no es inmediata, pues existe un retraso desde que se producen los cambios en estas hormonas y la respuesta del cuerpo.

Esto produce modificaciones en neuroquímicos como NPY y POMC, entre otros, dando lugar a incluso más cambios: los niveles de testosterona caen (junto con el aumento de la globulina fijadora de hormonas sexuales) y los niveles de cortisol aumentan. Además de estos problemas relacionados con la conversión de T4 a T3 mencionados anteriormente, la producción de tiroides disminuye a lo largo del tiempo y el rendimiento del sistema nervioso central disminuye de manera prácticamente inevitable.

Todas estas adaptaciones tienen principalmente dos propósitos relacionados entre sí: ralentizar la pérdida de grasa y primar que tu cuerpo gane grasa de manera más rápida cuando las calorías se vuelvan disponibles de nuevo. Así, como puedes imaginar, tu cuerpo trata de maximizar tus probabilidades de supervivencia en caso de que no vuelvas a tener acceso a alimentos más tarde.

VUELTA AL SUPERÁVIT CALÓRICO 

Hasta cierto punto, la mayoría de las adaptaciones que se producen durante un periodo de pérdida de grasa se pueden revertir al salir del déficit calórico.

Y estudios en los que la leptina ha aumentado más de lo normal (por ejemplo: tratar de ganar peso en individuos con sobrepeso) demuestran justamente esto: a no ser que se proporcionen dosis suprafisiológicas de leptina, aumentar los niveles de leptina más de lo normal no sirve para prácticamente nada.

Existen varias razones que explican esto. Una teoría es que los niveles normales de leptina (100%) mandan un mensaje a tu cuerpo informándole de que todos tus sistemas están bien. La segunda se basa en el problema al que hicimos alusión antes: la resistencia a la leptina. Se cree que diferentes personas tienen diferentes grados de resistencia a la leptina, lo cual, en esencia, significa que ciertos individuos no responden tan bien a la leptina como otros. Por si esto fuera poco, cuando los niveles de leptina aumentan, se produce un aumento en la resistencia a la leptina per se. Es decir, cuando los niveles de leptina se elevan y se mantienen, te vuelves resistente a sus efectos.

En cualquier caso, aquí no estamos hablando de aumentar tus niveles de leptina por encima de lo normal, sino de revertir o minimizar la caída que se produce en estos durante un periodo de dieta hipocalórica. En esta situación, muchas de las adaptaciones explicadas anteriormente son reversibles (dependiendo de tu porcentaje de grasa corporal, cuánto tiempo te mantienes en dieta hipocalórica y cuánto tiempo llevas fuera del déficit).

Ahora imaginemos que empiezas a aumentar tus calorías, carbohidratos o ambos.

• La glucosa en sangre y la insulina aumentan, revertiendo la unión de testosterona a SHBG y haciendo que caiga el cortisol. Con el aumento de los carbohidratos, aumentas el glucógeno del hígado y del músculo.

• En el músculo, aunque se disminuye la oxidación de grasa, se mejora la síntesis de proteína (junto con el aumento en la insulina y la testosterona y la caída de cortisol).

• Por supuesto, con el aumento de la insulina, disminuye la concentración de ácidos grasos en sangre, mejorando la sensibilidad a la insulina.

• La disminución de ácidos grasos en sangre junto con cambios en el metabolismo del hígado mejorará tanto la absorción como la conversión de T4 en T3, así como el rendimiento del sistema nervioso, aumentando el metabolismo basal.

Al aumentar las calorías se revierten las adaptaciones principales: la leptina aumentará (lo hará más rápido de lo que aumentas tu grasa corporal) mientras que los niveles de insulina y los niveles de ghrelina se reducen. Esto envía la señal al hipotálamo que estás comiendo de nuevo, de tal manera que NPY, CRH y POMC vuelven a sus niveles normales, ayudando a que se normalicen el resto de hormonas que previamente se alteraron.

Hasta cierto punto, algunas de estas adaptaciones se esperarían que trataran también de limitar la ganancia de grasa. Pero, como hemos dicho antes, tu cuerpo es mejor previniendo la pérdida de peso que la ganancia.

RESUMIENDO

Vamos a tratar de condensar la información clave presentada en este artículo en un cuadro-resumen:

calorías resumen
Esperamos que en este artículo hayas comprendido que se producen muchas más adaptaciones en el organismo al hacer dieta hipocalórica más allá de la caída en la leptina. Como hemos explicado, la realidad es que se produce una respuesta integrada que involucra a la leptina, la insulina, la ghrelina, los ácidos grados, el hígado, las adaptaciones de las células grasas y del músculo esquelético y muy probablemente otros factores que no hemos descubierto aún.

Aunque es cierto que todos estos cambios en el organismo son enormemente complejos, por razones didácticas y de falta de tiempo, creemos que es mejor hacer un análisis superficial y, a partir de este, plantear artículos en base a cuestiones concretas según surjan dudas.

En definitiva, tras la lectura de estos artículos deberías ser capaz de entender en detalle los problemas relacionados con la pérdida de grasa que se encuentra la gente con una genética normal.

Pero, antes de irnos ¿cuál es la solución?

LA SOLUCIÓN: DIETAS CÍCLICAS

Lo ideal sería alternar entre fases de baja ingesta de calorías/carbohidratos y de alta ingesta de calorías/carbohidratos para tener periodos de tiempo de anabolismo (construcción de tejido) y de catabolismo (descomposición de tejido). En esencia, esto no es nada nuevo.

calorías dietas cíclicas
De hecho, cuando empezaron a entenderse más en profundidad los procesos adaptativos a la pérdida de grasa, comenzaron a surgir herramientas como los días de realimentación (‘refeeds’ en inglés) o los días trampa (‘cheat days’ en inglés) en el campo de la Dietética y la Nutrición.

Uno de los factores clave en este asunto es la duración del periodo de alta ingesta de calorías/carbohidratos. Aunque es cierto que 5, 12 o 24 horas de sobrealimentación aumentarán la leptina, la pregunta clave es si lo hará de manera suficiente como para informar al cerebro de que estás alimentado. Aunque no hay apenas evidencia sobre esta cuestión (especialmente en humanos), nuestra corazonada es que no. Debido a que existe un retardo de varios días entre la disminución en los niveles de leptina y la disminución de la tasa metabólica, sería de extrañar que unas meras 12 o 24 horas fueran suficientes para revertir esto.

Con esto no queremos decir que los días de realimentación no aporten beneficios. Tal y como hemos explicado en varias ocasiones, nos sirven para rellenar glucógeno, evitar el catabolismo y e incluso quizá obtener de ellos una respuesta anabólica. También nos permiten comer algo más de esa comida que tanto nos gusta, lo cual ayuda con el aspecto psicológico de seguir una dieta de pérdida de peso.

Otro problema con las dietas cíclicas es que no se suelen coordinar con un entrenamiento adecuado. Así, parece buena idea planificar entrenamientos con alta intensidad en los días bajos en calorías / hidratos de carbono (en los cuales no estás en un estado anabólico) y entrenamientos de depleción de glucógeno justo antes del refeed. Un claro ejemplo de análisis sería la diferencia entre días de pierna y tronco, que nuestro compañero Mario realizó en este artículo.

Por este motivo, recomendamos encarecidamente el uso enfoques nutricionales que utilicen el ciclado de calorías con el fin de mejorar tu P-Ratio, y, por tanto, optimizar tus resultados en el gimnasio.

Fuentes

McDonald, L (2009) Calorie Partitioning Part 1 http://www.bodyrecomposition.com Traducido, adaptado y recuperado el 5 de junio de 2016 de http://www.bodyrecomposition.com/muscle-gain/calorie-partitioning-part-1.html/

McDonald, L (2009) Calorie Partitioning Part 2 http://www.bodyrecomposition.com Traducido, adaptado y recuperado el 5 de junio de 2016 de http://www.bodyrecomposition.com/muscle-gain/calorie-partitioning-part-2.html/

Referencias

[1] Dulloo AG, Jacquet J. The control of partitioning between protein and fat during human starvation: its internal determinants and biological significance. Br J Nutr 1999; 82: 339–356

[2] Keys A, Brozek J, Henschel A, Mickelson O, Taylor HL. The Biology of Human Starvation. University of Minnesota Press: Minneapolis, MN, 1950.


EL ÉXITO DE SUFRIR MÁS

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Ivan alonso

AUTOR: IVÁN ALONSO

EL ÉXITO DE SUFRIR MÁS

Los que seguís el blog y el canal de PowerExplosive desde hace tiempo sabréis que el famoso “NO PAIN, NO GAIN” es algo obsoleto y poco eficiente. Si ya has realizado el trabajo necesario, hacer más no va a ser mejor. Sufrir más no va a ser mejor. Esto es un hecho.

A los que no sepáis de que estoy hablando os recomiendo que antes de continuar leáis este artículo y veáis este vídeo.

A pesar de que sabemos que esto es así, también es un hecho el que la mayoría de personas tienden a pensar que seguir trabajando cuando ya están exhaustos les llevará a conseguir mejores resultados y que las ganancias llegarán sólo si sufren lo suficiente.

Incluso, en ocasiones, aunque seamos completamente conscientes de que hacer más no nos llevará a mejores resultados, preferimos igualmente seguir “machacándonos”, sufrir un poco más, solo porque así nos sentimos mejor.

¿POR QUÉ NOS CUESTA TANTO ABANDONAR EL  NO PAIN, NO GAIN?sufrir no pain no gain

Una de las principales razones por las que el “NO PAIN, NO GAIN” está tan extendido es puro marketing, sencillamente es algo que vende. Sin embargo, no podemos obviar el hecho de que muchos de nosotros nos sentimos mejor cuando somos capaces de sufrir y aún así continuar trabajando.

De hecho, quizás sea uno de los mitos más difíciles de romper. Aunque una persona tenga esta idea instaurada y nosotros consigamos convencerle de que seguir trabajando en una sesión de entrenamiento no le llevará a mejorar porque ya está suficientemente fatigado, lo más probable es que la próxima vez que tenga que decidir si continuar entrenando, si prohibirse o no cierto alimento en una dieta, etc. se sentirá mejor si escoge la opción más difícil, la que más le haga sufrir.

Aunque es evidente que ciertos individuos tienden más al sufrimiento y a castigarse a sí mismos que el resto, las investigaciones realizadas en Psicología Social parecen apuntar que esta tendencia es común incluso en personas psicológicamente sanas.

A continuación, veremos dos de las principales razones que podrían explicar por qué nos cuesta tanto abandonar el “NO PAIN, NO GAIN”.

1. “Venga, hoy me salto la dieta, mañana sufro un poco más en el gym y así compenso”

Esta razón tiene un profundo trasfondo cultural y religioso. A lo largo de la historia el sufrimiento ha sido asociado a limpieza y purificación en multitud de culturas. Esto podría llevarnos a interpretar el dolor como mucho más que una mera sensación física que nos indique una lesión o una enfermedad.

sufrir entrenamiento

En un estudio realizado por Comer & Laird (1975), una muestra fue repartida al azar en dos grupos, de los cuales el grupo cuya condición consistía en escribir acerca de un acto poco ético que hubiesen cometido en el pasado (relacionado con marginar socialmente a otras personas) aguantaban más tiempo posteriormente cuando se les pedía que estuviese el máximo tiempo posible con la mano sumergida en agua helada frente al grupo control, que tenía como condición escribir acerca de la última interacción que hubiesen tenido con un amigo.

Por otro lado, dentro del grupo que recordó haber realizado una mala acción, aquellos que sumergieron la mano en agua helada (condición dolorosa) informaron posteriormente que se sentían menos culpables frente a aquellos que sumergieron la mano en agua tibia (condición neutra).

Los autores del estudio llegaron a la conclusión de que el dolor físico mejora el concepto que tenemos de nosotros mismos y, de igual modo, disminuye el miedo a recibir un castigo externo.

Aunque esto sea cierto, obligarnos a sufrir puede no ser la mejor opción. Otras alternativas como intentar corregir los errores o sencillamente aceptarlos e intentar mejorar la próxima vez, pueden ser más eficientes y saludables.

2. “Sencillamente, se supone que tengo que sufrir”

Es curioso, pero en ocasiones las personas eligen sufrir solo porque consideran que sufrir es lo normal, aunque no hayan hecho nada malo.

Bastian, Jetten, and Fasoli (2011) diseñaron una investigación en la que los participantes iban realizando auto-castigos (tales como darse descargas así mismos o comer cosas que les desagradaban) cuya severidad aumentaba progresivamente cuando no realizaban correctamente una tarea. Al final, cuando llegaban a la última tarea con el auto-castigo más severo (incluso tales como comer un gusano) les indicaban que podían escoger no hacerlo. Sin embargo, la gran mayoría de los participantes llevaba a cabo igualmente el castigo, argumentando que era lo que correspondía o que eran lo suficientemente valientes como para asumirlo.

sufrir trabajo

En psicología social hay una teoría, La Teoría del Mundo Justo (Hafer and Sutton, 2016) según la cual las personas tendemos a creer que el mundo se rige por una serie de normas justas y equitativas, de modo que cuando alguien sufre es porque lo merece. Y si me toca sufrir a mí, solo me queda soportarlo. Esta creencia nos reconforta y hace que tendamos a sentirnos más seguros (más trabajo supondrá más recompensa, más estudio me traerá una mejor nota…) pero a veces pensar de este modo puede llevarnos a dejar de realizar esfuerzos para eludir aquellas formas de sufrimiento que son evitables, tal y como sucedió en el experimento.

CONCLUSIÓN

En muchas ocasiones, el mero hecho de comprender que algo está siendo poco eficiente o contraproductivo no es suficiente para que dejemos de hacerlo.

Como hemos visto en el artículo, aunque consigamos que alguien entienda que sufrir más, lejos de hacerle mejorar, puede llevarle incluso a disminuir su rendimiento, aún queda un largo camino para que esta persona cambie su forma de actuar.

Ya sea porque le ayuda a sentirse menos culpable, porque sostenga que se tiene que sufrir si se quieren conseguir los objetivos o, simplemente, porque tenga la firme creencia de que hacerlo así siempre le ha ayudado en el pasado (Lo que en Psicología se conoce como resistencia al cambio), la mayoría de personas siguen aplicando el “NO PAIN, NO GAIN” a la hora de entrenar, al realizar dietas, en su día a día…

¿Y tú? ¿Escoges la opción más dura o la más inteligente?

sufrir

Bibliografía

Basado en el artículo de Juliana Breiners Ph.D. “No Pain, No gain: Why We Punish Ourselves”.

1. Bastian, B., Jetten, J., Fasoli, F. (2011). Cleansing the Soul by Hurting the Flesh: The Guilt-Reducing Effect of Pain. Psychological Science March 2011, 22: 334-335.

2. Comer, R., & Laird, J. D. (1975). Choosing to suffer as a consequence of expecting to suffer: Why do people do it?. Journal of Personality and Social Psychology, 32(1), 92.

3. Hafer, C. L., & Sutton, R. (2016). Belief in a just world. In Handbook of social justice theory and research (pp. 145-160). Springer New York.

DIETA ALTA EN PROTEÍNAS

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AUTOR: DANI

DIETA ALTA EN PROTEÍNAS

Las necesidades de proteínas de las personas deportistas son constantemente objeto de debate. Debemos recordar que las cantidades que se establecen son meras recomendaciones, aunque eso sí, siempre basadas en algún tipo de respaldo experimental.

Por ello, alguno se preguntará ¿cómo es posible, que aun a día de hoy y con tantos estudios como se han hecho, todavía exista controversia?

Dejando a un lado creencias populares de diferentes causas, la respuesta es simple, y es que la infinidad de posibles circunstancias (y por tanto de estudios necesarios para valorarlas) y las limitaciones con las que se encuentran los investigadores en dichos trabajos (sujetos voluntarios, validez y adhesión de estos, presupuesto, medios disponibles, etc) dificultan llegar a un consenso y precisión mayor en el tema, aunque obviamente vamos acercándonos conforme acumulamos información.

Desarrollando un poco lo mencionado anteriormente para que todo el mundo lo entienda: las necesidades de proteínas podrían llegar a variar según la edad del sujeto, el tipo de deporte practicado, la dureza con la que se practique, el nivel alcanzado, el balance calórico, etc. Podríamos poner decenas de casos distintos que precisarían estudios independientes para saber cuáles son sus requerimientos. Y si a eso le sumamos que las investigaciones precisan recursos humanos, materiales y económicos que limitan las posibilidades de llevarlos a cabo de la manera y rapidez que a todos nos gustaría, creo que podemos entender un poco mejor por qué no está todo completamente determinado y nos basamos en recomendaciones/sugerencias según las evidencias obtenidas hasta el momento. Cabe señalar que, esto prácticamente ocurre con cualquier tema investigado, sea de ámbito deportivo o no.

Centrándonos en lo que nos atañe en esta ocasión, hace unos meses, un nuevo estudio nos proporcionó más datos sobre la ingesta de proteína, los cuales pueden resultar interesantes.

INTRODUCCIÓN

Según la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva, ingerir entre 1,4 y 2 g/kg/día en individuos físicamente activos es seguro y puede mejorar las adaptaciones al entrenamiento (1). Otros investigadores han establecido como adecuadas 1,2-1,4 g/kg/día para atletas de resistencia y 1,6-1,7 g/kg/día para los de fuerza (2). De ahí que el máximo recomendado suela establecerse en torno a 2g/kg/día, una cantidad que se muestra efectiva y segura a la vez para los individuos.

Los datos que vienen de “dietas altas en proteínas” pueden resultar algo engañosos por considerar “altas” determinadas cantidades que en realidad no lo son tanto. La definición alta en proteínas viene siendo algo relativo y ambiguo, pues suelen incluir ingestas desde el 15% de la energía total hasta el 35% del total de calorías, una sustancial diferencia…o simplemente cuando se supera la cantidad diaria recomendada (3).

Una muestra de ello es un estudio que investigó los efectos del entrenamiento con cargas con una dieta enriquecida con proteínas en mujeres mayores, el cual por cierto obtuvo buenos resultados en cuestión de mejorar la masa magra y fuerza (4). En dicho trabajo, la dieta enriquecida con proteínas (mediante el consumo de carnes rojas) equivalía aprox a 1.3g/kg/día y entra en la definición de “dieta alta en proteínas”.

En otra investigación se analizó los efectos de una dieta alta en proteínas e isoenergética (normocalórica) en la fuerza y fatiga de mujeres jóvenes activas en el entrenamiento con cargas (5). El grupo control consumió 55% de HC, 15% proteínas y 30% grasas mientras que el grupo experimental consumía 30/40/30 respectivamente. El grupo experimental mantuvo mejor la fuerza muscular y la resistencia que el grupo control. Sin entrar a valorar el limitado tiempo de dieta, que fueron solo 7 días, basar una dieta en porcentajes puede ser muy engañoso, porque no sabes cuánta es la cantidad de proteína que está tomando para determinar si verdaderamente es alta o no.

Puesto que 2 g/kg/día es el límite superior de lo que en teoría los sujetos activos necesitan, para que una dieta fuese considerada realmente alta en proteínas debería superar dicha cifra. Considerar una cifra inferior a ella (que está contemplada dentro de las posibles necesidades) como alta, parece un tanto erróneo y confuso dentro de los estándares actuales.

En un trabajo previo al estudio que después detallaré (ambos del mismo equipo), se probó una dieta verdaderamente alta en proteínas, de 4,4 g/kg/día (6). En esa investigación no se encontraron cambios significativos en la composición corporal de los individuos, los cuales entrenaban cargas y mantenían su programa de entrenamiento sin varianza.

EL ÚLTIMO ESTUDIO

En este último trabajo, el objetivo era valorar el resultado de una dieta alta en proteínas (algo mayor de 3 g/kg/día) con un programa adecuado de entrenamiento con cargas, pues el estudio anteriormente mencionado no controló el régimen de entrenamiento y sin duda era un factor que puede influir en el resultado final.

Setenta y tres sujetos entrenados, hombres y mujeres, fueron divididos en dos grupos (experimental y control). El grupo control fue instruido para mantener los mismos hábitos alimenticios durante el estudio, mientras que el grupo experimental fue instruido para consumir más de 3g/kg/día. La proteína adicional necesaria podían obtenerla tanto de los alimentos como de suplemento en polvo.

El programa de entrenamiento que siguieron para aumentar la fuerza y masa muscular se realizaba en 5 días semanales, durante 8 semanas. Básicamente consistía en una rutina dividida, con un esquema que roza la frecuencia 2 (digo roza, porque algún grupo muscular se queda fuera de poder repetir y se hace a la semana siguiente), quedando así:

Semana 1: A-B-C-A-B-descanso-descanso.

Semana 2: C-A-B-C-A-descanso-descanso.

Semana 3: B-C-A-B-C-descanso-descanso.

Semana 4: Etc.

Donde “A” es pecho, hombros, tríceps , “B” es caderas, piernas y “C” espalda, bíceps. Las series y repeticiones van desde 3×15 a 3×5 según el día.

Podemos ver cómo queda la tabla en este enlace: Rutina

Los ejercicios para cada día eran elegidos de una lista de opciones (Lista de ejercicios)

RESULTADOS

De los 73 participantes, 48 completaron el estudio y fueron incluidos en el análisis final. Vemos los resultados referentes a composición corporal representados en 4 gráficas:

dieta alta en proteínas
NP (azul): Grupo control/proteína normal.

HP (rojo): Grupo experimental/alto en proteína.

Como podemos observar, ambos grupos aumentaron su masa magra de forma similar. Sin embargo, el grupo que llevó la dieta alta en proteína tuvo una significativa bajada de grasa y bajó más su porcentaje graso que el grupo de control. Y eso que su ingesta calórica también fue superior, como podemos comprobar en la siguiente tabla:

dieta masa muscular
Por otro lado, en cuestión de rendimiento, los dos grupos aumentaron su 1RM en sentadillas y press de banca, así como el valor del salto vertical y el número de dominadas. Los cambios del salto horizontal no fueron considerados significativos (solo con leve mejora para el grupo control).

dieta ejercicio
Los análisis de sangre no mostraron cambios en cualquiera de las variables del panel metabólico básico, tales como glucosa, calcio, sodio, potasio, CO2, cloruro, nitrógeno ureico o creatinina. No se encontraron efectos negativos en la función renal, por lo que parece seguro el consumo de grandes ingestas de proteína por varias semanas. Queda por ver si en periodos más prolongados se encontrarían efectos secundarios.

Antes de finalizar con los resultados, cabe resaltar un par de limitaciones de este estudio. La primera de ellas es que el grupo control (proteína normal) debía consumir algo menos de 2 g/kg/día, y en contra de lo establecido, acabó consumiendo algo más de 2 g/kg/día, como puede observarse en la anterior tabla de ingesta dietética. Eso pudo reducir en alguna manera las diferencias entre grupos. Otro detalle es que el grupo experimental (proteína alta) tenía más experiencia entrenando que el de control, por lo que es posible que eso limitase en alguna medida sus ganancias.

CONCLUSIONES

Por lo observado, parece poco probable que un consumo elevado de proteínas aumente los niveles de grasa. Se ha visto también que, el aumento de masa magra y pérdida de grasa puede ocurrir en sujetos entrenados con un consumo elevado de proteína (3,4 g/kg/día en el caso del estudio anterior) sin sufrir efectos nocivos por la ingesta de esta, al menos un periodo de varias semanas. Este trabajo refuta la idea de que 1,5-2 g/kg/día es óptima y que un mayor consumo resulte superfluo. Todo ello se entiende en un contexto de entrenamiento adecuado que así lo demande, claro está.

Vale la pena señalar antes de acabar que el Comité Olímpico Internacional (COI), en el objetivo de optimizar la composición corporal (bajo la idea de ganar masa muscular y perder grasa) sitúa la ingesta proteica en el margen de 1,8-2,7 g/kg/día mientras nos sometemos a una dieta hipocalórica baja en hidratos y a entrenamiento específico (7). Es una cantidad que, sin dejar de ser alta, podríamos pensar que resulta más equilibrada y razonable, al menos con las evidencias actuales.

Bibliografía

Principal:

Jose Antonio, Anya Ellerbroek, Tobin Silver, Steve Orris, Max Scheiner, Adriana Gonzalez, and Corey A Peacock. A high protein diet (3.4 g/kg/d) combined with a heavy resistance training program improves body composition in healthy trained men and women – a follow-up investigation. Int Soc Sports Nutr. 2015; 12: 39.

Refrencias:

1. Campbell B, Kreider RB, Ziegenfuss T, La Bounty P, Roberts M, Burke D, et al. International Society of Sports Nutrition position stand: protein and exercise. J Int Soc Sports Nutr. 2007;4.

2. Phillips SM, Moore DR, Tang JE. A critical examination of dietary protein requirements, benefits, and excesses in athletes. Int J Sport Nutr Exerc Metab. 2007;17(Suppl):S58–76

3. Tipton KD. Efficacy and consequences of very-high-protein diets for athletes and exercisers. Proc Nutr Soc. 2011;70:205–14.

5. Dipla K, Makri M, Zafeiridis A, Soulas D, Tsalouhidou S, Mougios V, Kellis S. An isoenergetic high-protein, moderate-fat diet does not compromise strength and fatigue during resistance exercise in women. Br J Nutr. 2008;100:283–6.

6. Antonio J, Peacock CA, Ellerbroek A, Fromhoff B, Silver T. The effects of consuming a high protein diet (4.4 g/kg/d) on body composition in resistance-trained individuals. J Int Soc Sports Nutr. 2014;11:19. doi: 10.1186/1550-2783-11-19.

7. Potgieter S. Sport nutrition: A review of the latest guidelines for exercise and sport nutrition from the American College of Sport Nutrition, the International Olympic Committee and the
International Society for Sports Nutrition. S Afr J Clin Nutr, 2013;26(1) page 11.

ANÁLISIS DEL PESO MUERTO CON Y SIN CADENAS

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AUTOR: OSCAR

ANÁLISIS DEL PESO MUERTO CON Y SIN CADENAS: ELECTROMIOGRAFIA Y PLATAFORMA DE FUERZA

En este artículo vamos a ver una reciente investigación en la que se analiza el peso muerto con y sin cadenas. Se analizó la actividad eléctrica de diferentes músculos implicados y diferentes parámetros relacionados con la fuerza, como el RFD (1).

El peso libre tradicional es la manera más popular y más ampliamente utilizada a la hora de trabajar la fuerza, no obstante, debido a las palancas trabajando de esta manera tenemos posiciones en las que el cuerpo está en desventaja biomecánica y la capacidad de nuestro cuerpo para generar fuerza no es la óptima generándose el famoso punto de estancamiento o sticking point. Debido a que en este punto se fallan todos los levantamientos, la mayoría de entrenadores buscan métodos para mejorar la fuerza que nuestro cuerpo es capaz de generar en este punto para aumentar así el rendimiento deportivo.

peso muerto cadenas
Los métodos por excelencia para trabajar esto son las cadenas y las bandas. Este artículo se centra en el uso de cadenas. Las cadenas lo que permiten es que, una vez superado el punto de estancamiento y la desventaja biomecánica generada, se pueda aumentar la intensidad en las situaciones en las que ya existe una ventaja biomecánica para generar fuerza. También las cadenas pueden hacer que la magnitud de la carga al principio del levantamiento sea menor llegando al punto de estancamiento a mayor velocidad y superándolo con mayor facilidad.

El uso de resistencia variable puede suponer aumentos en fuerza y potencia mayores que trabajando de manera tradicional (2). También se encuentran mejoras en el RFD, que pueden ser causados por una mejora en el ciclo estiramiento-acortamiento lo que permite una velocidad inicial concéntrica más rápida (3). La mayoría de investigaciones sobre resistencia variable se centran en el uso de bandas de resistencia, no obstante, el efecto de las cadenas es diferente y las conclusiones de los estudios con bandas no se pueden extrapolar a los estudios que investigan el uso de cadenas. Por otro lado, casi todos los estudios con cadenas se centran en su uso en sentadilla, así que este es uno de los primeros estudios en analizar el uso de cadenas en peso muerto.

El objetivo del estudio fue analizar la activación muscular del glúteo mayor, vasto lateral y erector de la columna mediante electromiografía de superficie (EMG) y analizar también el RFD (del que ya hablamos en este artículo) en el ejercicio de peso muerto con y sin cadenas.

La muestra la formaron 13 sujetos con una edad media de 24±2,1 años de edad, altura media de 179±4,8 cm y un peso de 87±10,6 Kg. Los trece sujetos estaban entrenados en fuerza y llevaban entrenando de manera continua al menos 6 meses. El RM de los sujetos fue de 176,2±20,5 Kg.

Primero, se instruyó a los participantes para que levantaran siempre la barra a máxima velocidad en la fase concéntrica del movimiento y de una manera controlada en la fase excéntrica debido a la importancia que tiene esto en el rendimiento deportivo, como ya se dijo en este video. En el estudio se realizaron dos sesiones de entrenamiento:

En la primera sesión de entrenamiento del estudio se midió el 1RM en peso muerto. Para ello, primero se realizaron 10 repeticiones con el 50% del RM predicho, a continuación se hicieron 5 repeticiones con el 70%, 3 repeticiones con el 80% y una repetición al 90% para acabar buscando el 1RM en máximo 5 intentos.

En la segunda sesión de entrenamiento se realizaron dos series de 3 repeticiones con el 85% con y sin cadenas, lo único que en el levantamiento con cadenas la carga que estas supusieron fue aproximadamente un 20% de este 85%.

Los resultados mostraron que la actividad del vasto lateral y del erector de la columna fue similar con y sin cadenas, sin embargo, la actividad del glúteo mayor fue mayor en el grupo que lo realizó sin cadenas. Seguramente esto fue debido a la mayor intensidad media del levantamiento sin cadenas. No se encontraron cambios en el RFD entre el peso muerto con y sin cadenas. A continuación podemos ver los datos exactos, CH hace referencia al grupo con cadenas y NC al grupo sin cadenas.

peso muerto resultado
Podemos concluir que, la activación muscular de los diferentes músculos analizados depende en mayor medida de la magnitud de la carga utilizada. Por tanto, si el objetivo es el aumento de masa muscular puede que el peso muerto con cadenas no presente ventajas frente al peso muerto sin cadenas. No obstante, si hablamos del aumento de rendimiento en peso muerto trabajar con cadenas puede ser de gran ayuda para ayudar a mejorar la fuerza y potencia generada (4). En mi opinión es muy importante también comentar que hasta que no se tenga cierto nivel técnico y se mueva al menos dos veces el peso corporal en peso muerto puede que complicarnos la vida con cadenas o gomas no sea lo más indicado, ya que, el deportista tendrá aún margen de mejora entrenado peso muerto sin cadenas con una programación adecuada a él.

BIBLIOGRAFÍA

1. Nijem, RM, Coburn, JW, Brown, LE, Lynn, SK, and Ciccone, AB. Electromyographic and force plate analysis of the deadlift performed with and without chains. J Strength Cond Res. 2016;30(5):1177-1182

2. Soria-Gila M, Chirosa I, Bautista I, Chirosa L, Salvador B. Effects of variable resistance training on maximal strength: A metaanalysis. J Strength Cond Res 2015. Epub ahead of print

3. Escamilla R, Francisco A, Kayes A, Speer K, Moorman C. An electromyographic analysis of sumo and conventional deadlifts. Med Sci Sports Exerc 2002;34: 682–688

4. Simmons L. Bands and chains. Powerlifting USA 1999;22: 26–27

LAS BEBIDAS MUY CALIENTES PODRÍAN PRODUCIR CÁNCER DE ESÓFAGO

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AUTOR: JOSÉ MARÍA

     

LAS BEBIDAS MUY CALIENTES PODRÍAN PRODUCIR CÁNCER DE ESÓFAGO

Después de que la Organización Mundial de la Salud anunciase hace unos meses la posible relación entre consumo de carnes procesadas y cáncer, hace unos días, el 15 de junio de 2016, salió a la luz otra noticia que volvió a sorprender socialmente, por el mero hecho de que, al igual que con la carne, un elevadísimo porcentaje de las personas, beben bebidas calientes como el café o el té.

Tanto la televisión, como muchos periódicos [1][2][3] se hicieron eco de la noticia, y aunque bien es cierto que no consiguió la repercusión de la noticia de la carne, no se puede decir que el suceso pasase desapercibido.

Algunos medios de comunicación exageraron un poco el estudio oficial, ya que los investigadores de la IARC (Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer), los encargados del estudio, afiliados a OMS, no relacionaban directamente el cáncer de esófago, el octavo cáncer más común en el mundo, con un consumo de bebida caliente sin tener en cuenta la temperatura. Ellos dijeron perfectamente en el estudio original que, en base a unos parámetros, la correlación sería más o menos clara.

cáncer bebida caliente
El estudio original publicado en la revista The Lancet Oncology [4] a través de la publicación de IARC, consistió en un grupo de trabajo de 23 científicos de diez países que se reunieron para evaluar la carcinogenicidad (capacidad para inducir cáncer) por un consumo de café, yerba mate y demás bebidas muy calientes.

Se evaluaron más de 1000 estudios observacionales y experimentales, dando mayor importancia a los estudios de casos controlados, que tenían en cuenta factores como el consumo de tabaco y alcohol.

Se estudió la posible relación entre café y varios tipos de cáncer. Aunque podría existir una mínima relación, se cree que puede ser debido a otros factores, como el consumo de tabaco en los sujetos estudiados [5].

El mate es una infusión que se suele beber tanto fría como muy caliente (superando los 65ºC). Ya en 1991, la IARC la clasificó en el grupo 2A, como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”. De forma estadística, se piensa que las bebidas de mate solo se relacionan con cáncer cuando son bebidas a altas temperaturas.

Otras bebidas, como algunos té, fueron investigados según su temperatura, y se mostró un aumento significativo de cáncer de esófago cuando se beben estas bebidas a altas temperaturas [6][7].

cáncer agencia
A partir de lo anterior, el grupo de científicos llegó a las siguientes conclusiones:

– Existen pruebas limitadas en humanos que relacionan la carcinogenicidad de beber bebidas muy calientes.

– En estudios en ratas y ratones, se vio un aumento de la incidencia del cáncer de esófago cuando el agua estaba a temperaturas de entre 65 – 70 ºC.

– No hay evidencias para pensar que el café, el mate u otras bebidas calientes son la causa principal del cáncer de esófago, sino que se debe a las altas temperaturas de estas.
La razón de la aparición del cáncer podría ser que la temperatura de estas bebidas aumentaría la temperatura intraesofágica, dependiendo de la temperatura de consumo inicial, dañando la estructura y la función epitelial del esófago por el estrés por calor [8][9].

– El consumo de bebidas muy calientes, por encima de 65 ºC, se clasificaron como “probablemente cancerígenos para los seres humanos” (Grupo 2A).

– Wild, director del IARC, aclaró: “Los resultados sugieren que ingerir bebidas muy calientes puede ser causa de cáncer de esófago y es la temperatura, más que la bebida en sí, la que parece ser la responsable”.

Dentro de estas conclusiones, habría también que incluir sopas o demás alimentos muy calientes, y no solo referirnos a café, té o mate. Son las quemaduras producidas en el esófago lo que van a producir el posible cáncer esofágico.

IARC nos pone a nuestra disposición una serie de preguntas frecuentes sobre el tema, que creo que puede ser de mucha utilidad. El documento se denomina “Q&A on Monographs Volume 16: Coffee, maté, and very hot beverages”.

Creo que la pregunta más importante y la que todo el mundo pretende aclarar, sería:

¿Qué es “muy caliente”?

“Los estudios experimentales con animales sugieren que los efectos cancerígenos, probablemente, ocurren con bebidas a temperaturas de 65 ° C o superior. Las encuestas de las regiones con una alta incidencia de los cánceres de esófago han encontrado que la temperatura de las bebidas muy calientes fue de más de 65 ° C.

Por lo tanto, la definición de “bebidas muy calientes” es de temperaturas de 65 ° C o superior.

Por el contrario, la temperatura típica para el té y café en la mayor parte del mundo está por debajo de 65 ° C”.

Referencias

[1] Nuño Domínguez. Ingerir bebidas muy calientes “probablemente” cause cáncer, según la OMS. El País. Jueves 16 de junio de 2016. Ciencia.

[2] Las bebidas muy calientes, ‘probable causa de cáncer’. El Mundo. Miércoles 15 de junio de 2016. Salud.

[3] N. Ramírez de Castro. Por qué las bebidas calientes producen cáncer. ABC. Miércoles 15 de junio de 2016. Sociedad.

[4] Loomis D., Guyton KZ., Grosse Y., et al. Carcinogenicity of drinking coffee, mate, and very hot beverages. The Lancet Oncology. 2016.

[5] Coffee, tea, mate, methylxanthines and methylglyoxal. IARC Working Group on the Evaluation of Carcinogenic Risks to Humans. IARC Monogr Eval Carcinog Risks Hum. 1991; 51:1-513.

[6] Castellsagué X, Muñoz N, et al.. Influence of mate drinking, hot beverages and diet on esophageal cancer risk in South America. Int J Cancer. 2000; 88: 658–64.

[7] Islami F, Pourshams A, et al. Tea drinking habits and oesophageal cancer in a high risk area in northern Iran: population based case-control study. BMJ 2009; 338: b929.

[8] Yawen Chen, Yeqing Tong, et al. Consumption of hot beverages and foods and the risk of esophageal cancer: a meta-analysis of observational studies. BMC Cancer. 2015; 15:449.

[9] Islami F., Boffetta P., et al. High-temperature beverages and Foods and Esophageal Cancer Risk – A Systematic Review. Int J Cancer. 2009; 125(3): 491 – 524.

MI PREPARACIÓN PARA MEN’SPHYSIQUE: ¿CARDIO PARA DEFINIR?

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ENEKO

AUTOR: ENEKO

MI PREPARACIÓN PARA MEN’SPHYSIQUE:

¿CARDIO PARA DEFINIR?

Esta serie de artículos que saldrán en la web tienen como objetivo mostrar a los lectores y lectoras cómo ha sido mi preparación para competir en un campeonato de estética. Mi compañero Josey yo hablaremos del proceso desde un punto de vista práctico (entrenamiento, nutrición, hábitos…) y también desde un punto de vista teórico, justificando por qué hemos actuado así.

Para afrontar la preparación, yo mismo me encargué de los entrenamientos, y antes de empezar con la fase de afinamiento, también me encargaba de la dieta. Reconociendo mis limitaciones en cuanto al aspecto nutricional, pedí ayuda a Jose María (amigo y compañero de equipo), y es por esto que él os hablará en otro artículo sobre la parte nutricional.

Todos y todas sabemos lo difícil que es llegar a un porcentaje de grasa bajo, manteniendo gran parte de la masa muscular ganada en la fase o etapa de “volumen”. Más difícil es conseguir esto cuando no se hace uso de sustancias ilegales. Por esto, es muy importante tener bajo control todas las variables posibles que puedan condicionar el resultado final.

En este artículo haré una introducción sobre mis objetivos iniciales, los resultados conseguidos y el cardio. Hablaré del cardio porque, para conseguir estos resultados, apenas he realizado cardio, o por lo menos un cardio planeado, con zapatillas deportivas, encima de una bici, corriendo, o paseando en ayunas. Adelanto que todo lo que he hecho para conseguir estos resultados, está adaptado a mí, es un plan individualizado y no a todo el mundo le puede ir bien, ya que cada cuerpo en cada situación no responde de la misma manera.

OBJETIVOS Y RESULTADOS

En Agosto de 2015 me propuse competir en el campeonato de Euskadi de fitness, en la categoría de BodylineFitness (Men’sPhysique), principalmente porque el mundo del culturismo y la estética llevaba gustándome durante mucho tiempo y porque tener un objetivo a corto-medio plazo me motivaba para entrenar y seguir aprendiendo. Sobre todo, seguir aprendiendo.

Anteriormente, en el año 2012, participé en un campeonato similar, de menor nivel y como podéis ver en la imagen inferior, con mucha menos masa muscular. Ese fue mi primer año en el gimnasio “en serio”, basando los entrenamientos y la dieta en la broscience:

• Mucho cardio (en parte porque entrenaba casi todos los días kickboxing).

• Pechuga de pollo.

• Pecho-bíceps, espalda-tríceps, hombro, y si había ganas… pierna.

Aun así no salí nada mal: 71kg y bastante estético, recuerdo que por entonces el brazo derecho me medía 34,5cm (perímetro medido en la mitad del húmero). Lo pasé muy mal, y no quise volver a competir en nada relacionado con la estética, hasta que me volvió a dar “el venazo” para hacerlo.

cardio definir
Así pues, y tras 3 años sin competir, en Agosto de 2015 pesaba 84kg y con un aspecto “normal” (no muy grande, no muy seco), y mi objetivo era salir a competir con 8-10kg más que en 2012. Lógicamente, desde que terminé la competición en 2012 seguí entrenando y aprendiendo, porque verme más grande y más fuerte siempre han sido uno de mis objetivos y motivaciones.

A finales de Enero y principios de Febrero del 2016 estaba pesando cerca de 90kg, y medianamente tapado. Mi objetivo inicial era llegar a los 88 kg sin perder formas, pero al final cogí algo más de grasa de lo esperado, aunque tampoco me desvié mucho del objetivo principal.

cardio MEN’SPHYSIQUE
Tras 4 meses de duro trabajo y con 10kg menos, salí a competir a finales de Mayo de 2016 mostrando mi mejor versión hasta el momento. Mi mayor preocupación era quedarme pequeño y, sobre todo, perder brazo (lo que siempre ha sido mi punto débil).

Parece ser que las cosas se hicieron bien, ya que alcancé niveles de grasa bajos y manteniendo un muy buen punto de masa muscular. Aparte de esto, quedé segundo en el campeonato, una muy buena posición ya que había bastante nivel entre los competidores, y éramos unos cuantos (12-13 en mi categoría). Desde mi punto de vista, todo un éxito.

cardio competición

cardio grasa

¿CARDIO PARA PERDER GRASA?

Aunque no se limita únicamente al balance energético, entre los factores determinantes para perder peso se encuentra el déficit calórico, y este déficit se genera cuando la energía que entra (lo que comemos) es menor que la energía que sale (lo que gastamos). Este déficit se puede obtener por la dieta (restringiendo calorías), por el aumento del gasto energético, o por ambas dos. Ya que mi especialidad profesional no es la nutrición, yo os hablaré del gasto energético, y de cómo decidí aumentar mi gasto energético.

En una revisión de Trexler, Smith-Ryan y Norton (2014) que habla sobre las adaptaciones metabólicas relacionadas con la pérdida de peso, se muestra una gráfica adaptada de MacLean, Bergouignan, Cornier y Jackman (2011), que hace referencia al gasto energético total:

cardio gasto energético
Como podemos ver en la imagen que también compartió mi compañero Marcos en un artículo sobre la pérdida de grasa en mujeres, el metabolismo basal (BMR) representa el 70% del gasto energético total (TDEE), y el ejercicio programado (EAT) es menos del 10% del gasto energético total (hay que tener en cuenta que estos son datos medios, varía según muchos factores). Por otro lado, el NEAT que se refiere al ejercicio físico del día a día (pasear, hacer la compra, subir escaleras…) es un factor clave, del que hablaré más adelante.

Según se va acercando la competición, los niveles de grasa corporal son cada vez más bajos y el déficit energético suele ser mayor, y esto genera diferentes acciones homeostáticas en el metabolismo para terminar reduciendo el gasto energético (MacLean et al., 2011). Para que suceda lo comentado, hay una adaptación en la termogénesis y alteraciones hormonales . Descienden niveles de hormonas que se encargan del anabolismo y el control metabólico, como pueden ser la testosterona, leptina y T3. Aumentan niveles de hormonas relacionadas con el metabolismo de los macronutrientes y que inducen la degradación proteica, como el cortisol y los glucocorticoides (Hagmar, Berglund, Brismar&Hirschberg, 2013; Rooyackers&Nair, 1997).

Viendo esto, el cuerpo se encuentra en un ambiente catabólico, y está claro que para la pérdida de grasa, esa grasa se tiene que catabolizar, pero si el catabolismo supera ciertos puntos, podemos ir despidiéndonos de la masa muscular que tanto nos ha costado ganar. Por este motivo es tan importante el entrenamiento de pesas, y la utilización de cargas altas (de lo que hablaré en el siguiente artículo), ya que esto junto con una correcta ingesta proteica nos ayudará a preservar la masa muscular (Mettler, Mitchell &Tipton, 2010).

Por otro lado, el cardio o el entrenamiento de resistencia (endurance) de intensidades moderadas y altas, podría llegar a generar, según qué casos, estímulos a nivel molecular, hormonal y estructural que no nos van a interesar: el músculo esquelético es capaz de adaptarse a diferentes tipos de actividad contráctil, con lo que las adaptaciones estarán relacionadas con la especificidad de la actividad a la que se someta.

cardio calorías
Imagen 1: vías de señalización a nivel intracelular y adaptaciones musculares (Nader, 2006).

En la imagen, se destacan 2 conceptos importantes, AMPK y mTOR. Una de las funciones principales de la AMPK es regular el estado energético de la célula, para así mantener la homeostasis energética. La reducción del glucógeno y el aumento de la concentración de AMP, estimula la AMPK, algo que se puede esperar cuando realizamos ejercicio extenuante y cuando partimos de una situación de bajo glucógeno (por el tipo de dietas que se suelen llevar en una planificación de este estilo).

Vemos como este aumento de la AMPK inhibe la acción de la vía mTOR, encargada principalmente de la síntesis proteica (Nader, 2006).

Esta ha sido una de las mayores preocupaciones en cuanto al entrenamiento concurrente. “¿Se puede entrenar la fuerza y la resistencia sin que se perjudiquen las ganancias de masa muscular o las manifestaciones de fuerza?” Hay muchos trabajos que lo han estudiado, y muchos de ellos no se ponen de acuerdo. Porque como todos y todas sabemos, los métodos, sujetos, situación nutricional… son diferentes, no todos los estudios se hacen en un mismo escenario y, por consiguiente, los resultados terminan siendo diferentes. Sin ir más lejos, en un estudio bastante reciente de Apró, Wang, Pontén, Blomstrand&Shaling (2013), realizando el siguiente modelo de entrenamiento para el estudio (Imagen 2), al finalizar el ejercicio y tres horas después no se vieron diferencias significativas en la fosforilación de la AMPK entre los dos grupos.

Lo que no hay que pasar por alto en este trabajo es que en el grupo que se realizó el entrenamiento de resistencia después del entrenamiento de pesas, se vieron aumentos de la expresión del gen PGC-1α. Este gen tiene una estrecha relación con adaptaciones oxidativas musculares, y con la AMPK; adaptaciones que a priori no interesan en un entrenamiento de fuerza/pesas.

cardio protocolo
Imagen 2: Protocolo del estudio de Apró y colaboradores (2013)

Por otro lado, ya en los libros de entrenamiento de la fuerza de González-Badillo (Badillo & Serna, 2002; Badillo & Ayestarán, 2002), vemos que recomiendan no realizar entrenamientos que producen diferentes adaptaciones a nivel periférico (muscular), ya que se verían comprometidas las adaptaciones relacionadas con la hipertrofia, así como las diferentes manifestaciones de la fuerza.

Entonces, parece lógico pensar que si estamos realizando una dieta bastante restrictiva y el cuerpo tiende a “romper músculo”, el estímulo que deberíamos ofrecerle sería el de no romper músculo e intentar mantenerlo, estimulando vías de señalización anabólicas (mTOR, IGF-1…), e intentando que desciendan lo menos posible, hormonas como la testosterona.

Sabiendo esto, yo opté por no realizar un cardio programado, ya que el gasto energético que se puede conseguir con una sesión de 45 – 60 minutos a intensidad moderada no es tan alto (en torno a 300 kcal), y en mi caso, no quería arriesgarme a perder masa muscular, ni quería estar cansado.

OPCIÓN ALTERNATIVA: AUMENTAR EL GASTO ENERGÉTICO NO PROCEDENTE DEL EJERCICIO (NEAT)

Para aumentar el gasto energético, y no arriesgarme a generar interferencias negativas, opté por aumentar el NEAT, del que os he dicho anteriormente que hablaría. ¿Cómo? Fácil y entretenido: yendo al gimnasio y al trabajo andando, haciendo la compra en un supermercado más alejado, dando paseos extra con mi novia, y NO pasar todo el día sentado ni tirado. Este tipo de actividad no me cansaba, y permitía que mi recuperación fuera correcta. Al mismo tiempo aumentaba mi gasto energético total, consiguiendo así el resultado deseado.

Estas son mis recomendaciones, y lo que yo personalmente he realizado, pero también os puedo mostrar las recomendaciones que se dan en una reciente revisión sobre el entrenamiento para una preparación de culturismo natural (Helms, Ftschen, Aragon, Cronin&Schoenfeld, 2014):

• No se puede decir cuál es el cardio ideal para culturistas que están realizando una dieta, por la ausencia de estudios de larga duración.

• Lo ideal sería reducir al máximo el número de sesiones de cardio de moderada-alta intensidad para evitar interferencias negativas.

• Modalidades de full-body o ciclismo pueden ser una buena opción para reducir las interferencias.

• El entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) podría ser una opción, pero la recuperación podría verse comprometida, con lo que puede llegar a ser negativo.

• La individualización es lo más importante.

La primera parte que habla sobre mi preparación termina aquí; para la siguiente me centraré exclusivamente en mis entrenamientos de fuerza, y daré más detalles sobre cómo los he planificado y los he llevado a cabo.

Referencias

• Apró, W., Wang, L., Pontén, M., Blomstrand, E., &Sahlin, K. (2013). Resistanceexerciseinduced mTORC1 signalingisnotimpairedbysubsequentenduranceexercise in human skeletalmuscle. American Journal of Physiology-Endocrinology and Metabolism, 305(1), E22-E32.

• Badillo, J. J. G., &Ayestarán, E. G. (2002). Fundamentos del entrenamiento de la fuerza: Aplicación al alto rendimiento deportivo (Vol. 302). Inde.

• Badillo, J. J. G., & Serna, J. R. (2002). Bases de la programación del entrenamiento de fuerza (Vol. 308). Inde.

• Hagmar, M., Berglund, B., Brismar, K., &Hirschberg, A. L. (2013). Bodycomposition and endocrineprofile of maleOlympicathletesstrivingforleanness. ClinicalJournal of Sport Medicine, 23(3), 197-201.

• Helms, E. R., Fitschen, P. J., Aragon, A. A., Cronin, J., &Schoenfeld, B. J. (2015). Recommendationsfor natural bodybuildingcontestpreparation: resistance and cardiovascular training. TheJournal of sports medicine and physicalfitness, 55(3), 164-178.

• MacLean, P. S., Bergouignan, A., Cornier, M. A., &Jackman, M. R. (2011). Biology’s response to dieting: theimpetusforweightregain. American Journal of Physiology-Regulatory, Integrative and ComparativePhysiology, 301(3), R581-R600.

• Mettler, S., Mitchell, N., &Tipton, K. D. (2010). Increasedproteinintake reduces lean bodymasslossduringweightloss in athletes. MedSciSportsExerc, 42(2), 326-37.

• Nader, G. A. (2006). Concurrentstrength and endurance training: frommolecules to man. Medicine and science in sports and exercise, 38(11), 1965.

• Rooyackers, O. E., &Nair, K. S. (1997). Hormonal regulation of human muscleproteinmetabolism. Annualreview of nutrition, 17(1), 457-485.

• Trexler, E. T., Smith-Ryan, A. E., & Norton, L. E. (2014). Metabolicadaptation to weightloss: implicationsfortheathlete. J IntSoc Sport Nutr, 11(7).

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