AUTOR: PAULA
ABDOMINALES HIPOPRESIVOS Y SUELO PÉLVICO
Las disfunciones del suelo pélvico, así como la inestabilidad lumbo-pélvica están asociadas, entre otras causas, a una disminución del tono de la faja abdominal. Pueden producir dolor lumbar, además de otros problemas como incontinencia urinaria. La recomendación general para el trabajo, tanto de suelo pélvico como de core en general, era recurrir al entrenamiento abdominal tradicional. Dicho entrenamiento habitualmente está relacionado con una flexión de columna y acciones concéntricas de la musculatura abdominal. A día de hoy sabemos que se debe eludir el entrenamiento de abdominales concéntricos, ya que, estos están relacionados con efectos lesivos sobre la columna vertebral y suelo pélvico [1].
Los ejercicios abdominales concéntricos conllevan un aumento de la presión en la cavidad abdominal, por lo que no serían la mejor opción a realizar en presencia de patologías del suelo pélvico en aquellas personas con hipotonía del mismo y durante el periodo de recuperación del embarazo [2]. Además, como se dice en este artículo de mi compañero Zeus sobre cómo trabajar el core de manera correcta, en la mayoría de gestos deportivos la función del core es estabilizar y evitar el movimiento y no realizar una acción concéntrica.
Pese a todo lo dicho anteriormente en una nota de prensa de la Sociedad Española de Medicina del Deporte, SEMED/FEMEDE (2012), un Doctor defendía los abdominales tradicionales, que como se dijo antes en muchos casos suponen acciones concéntricas con flexión de columna, como método aplicable en rehabilitación e incluso en prevención de disfunciones de suelo pélvico.
Por suerte, la evidencia sobre cómo trabajar el core es clara y la nota de FEMEDE de 2012 queda bastante desactualizada. Uno de los elementos clave en los que debemos fijarnos a la hora de trabajar el core es el suelo pélvico, especialmente en las mujeres ya que suelen tener más debilidad y problemas asociados en esta zona [3].
Las maneras más populares para el trabajo específico de suelo pélvico son los abdominales hipopresivos y los ejercicios de Kegel. En este artículo vamos a prestar atención a los abdominales hipopresivos y analizar una reciente investigación en la que se habla sobre cómo afecta un programa de entrenamiento hipopresivo en mujeres jugadoras de rugby.
SUELO PÉLVICO
La parte inferior del abdomen está constituida por la pelvis, la cual aparece en forma conoidal y está dividida por el estrecho superior en pelvis mayor o falsa y pelvis menor o verdadera. Referente a la pelvis mayor, en ella se localiza la porción inferior de la cavidad abdominal y la pelvis menor está por debajo del estrecho superior, donde localizamos los órganos inferiores del sistema digestivo y sistema genitourinario [4]
La pelvis femenina tiene varias diferencias morfológicas de la masculina, ello es debido a la función de gestación y especialmente a la del parto. Siendo así, más amplia, menos profunda (eje longitudinal más reducido) y el contorno es circular u ovalado, con respecto a la masculina [4].
El suelo pélvico o periné (perineum) es un conjunto de estructuras fibromusculoaponeuróticas situado entre el peritoneo pelviano y la región genital externa o periné superficial, constituyendo así la parte inferior de la cavidad pelviana [5]. Está constituido por tres planos: Superficial o periné, medial o diafragma uro-genital y profundo o diafragma pélvico [6].
Las funciones principales del suelo pélvico son: postural, de sostén y esfinteriana. También cumple un papel fundamental actuando como amortiguador y limitando la expansión de la masa visceral [7].
Más allá de la estructura muscular, a nivel de inervación e irrigación y dada la complejidad morfofuncional de esta región, se explica la necesidad de un control nervioso particular de sus estructuras, lo cual se garantiza a través del nervio pudendo y rama del plexo sacro [8]. Las neuralgias del pudendo son raras, pero si producen suelen ser secundarias a lesiones vertebrales. También se ha comprobado que en el post parto o pacientes que presentan incontinencia existe cierta o total disfunción, ya fuere por compresión en plexo sacro y lumbar o compresión de los piquetes vasculares, como cruralgias provocadas por el nacimiento [8].
HIPOPRESIVOS
El término hipopresivo guarda relación con la variación de presión en el espacio abdominal. Podemos afirmar que se presenta cuando al realizar ciertos ejercicios la diferencia de presión es negativa.
Pese a que no suele ser lo habitual, la prescripción de ejercicios para el suelo pélvico no debería de ser generalizada, ya que, de este modo se está presuponiendo una adecuada contracción o funcionalidad del suelo pélvico [9].
Existen diferentes prácticas deportivas que deberían estar limitadas o en las que se debería tener muchísimo cuidado cuando hay problemas en las funciones principales del suelo pélvico. Alguna de estas prácticas son los abdominales convencionales, los saltos, la carrera y todas aquellas que conlleven impactos en general.
Especialmente en las mujeres deportistas, la incontinencia urinaria es un problema común [3]. Podemos definir la incontinencia urinaria como la perdida involuntaria de orina objetivamente demostrable (Sociedad Internacional de Continencia). Frecuentemente disminuye la calidad de vida de quien lo padece originando problemas de tipo social e higiénico. Este tipo de disfunciones de incontinencia de esfuerzo suelen pasar desapercibidas en la práctica deportiva, siendo muchas veces un tema al cual no se le da importancia. Por ello, son poco tratadas y muchas mujeres lo consideran algo normal.
En algunas prácticas deportivas las estructuras de sujeción pasiva se pueden ver comprometidas a medio y largo plazo por el aumento de presión en la cavidad intraabdominal provocando pérdidas en momentos puntuales de esfuerzo. Es más común la pérdida de orina en mujeres que realizan actividad física de impacto que en aquellas que realizan actividades con menos intensidad [10]. Según Nygaard, una de cada siete mujeres han experimentado pérdidas de orina durante la práctica deportiva [11].
Una vez que hemos situado el marco conceptual del suelo pélvico, vamos a analizar una reciente investigación de 2016 llevada a cabo por Álvarez-Saez y cols. cuyo objetivo era ver los efectos de un entrenamiento de 8 semanas con técnicas hipopresivas en deportistas de rugby [12], deporte de alta demanda física y de impacto.
En este estudio se analizó una muestra de 11 mujeres jugadoras de rugby, con una edad media de 23,36±2,69 años y un IMC medio de 23,33± 1,98. Los criterios de inclusión fueron: ser nulíparas (es decir, no haber dado a luz), no tener contraindicaciones relativas y/o absolutas para la práctica de actividad física y/o deporte, no estar embarazada y no ser hipertensa.
Como dijimos antes, el periodo de entrenamiento mediante la técnica hipopresiva fue de 8 semanas en las cuales las jugadoras realizaron dos sesiones semanales de 45 minutos de duración. Las sesiones fueron supervisadas por un fisioterapeuta cualificado y se realizó un protocolo básico de ocho posturas que se pueden ver en la siguiente imagen.
El objetivo de estudio fue comprobar la repercusión de las técnicas hipopresivas, no sólo sobre la función muscular del suelo pélvico, sino también sobre la composición corporal de los sujetos del estudio. Los datos que fueron recogidos en las distintas evaluaciones (pre y post entrenamiento) realizadas durante el estudio prendían ver los cambios sobre composición corporal, perímetro de la cintura y cadera, competencia del transverso del abdomen y función muscular del suelo pélvico. Dentro de la composición corporal se analizaron cambios en el porcentaje de grasa y masa muscular total.
RESULTADOS
Se demostró que hubo diferencias significativas en la disminución del perímetro de la cintura abdominal sin que hubiese cambios significativos en la masa grasa segmental en el tronco ni en ninguna otra variable de composición corporal.
Los resultados más relevantes fueron un aumento en la eficacia en la contracción del transverso del abdomen. Además, también se encontraron mejoras significativas tanto en la contractilidad como en la tonicidad muscular del suelo pélvico. A continuación, en la Tabla 2 se pueden ver los datos relacionados con perímetros, contractibilidad y tonicidad, y en la Tabla 3 se pueden ver todos los datos relacionados con la composición corporal.
Una de las limitaciones que plantea el estudio es el tamaño muestral. Al ser 11 los sujetos de estudio no se pueden extrapolar los resultados al resto de la población. Tampoco existe un grupo control y uno experimental donde se pudiesen comparar ambos grupos. Algunas de las variables relacionadas con la composición corporal podrían haber variado si la duración del estudio hubiese sido mayor.
Uno de los hallazgos más importantes del estudio fue comprobar que el perímetro de la cintura se redujo al finalizar las 8 semanas de entrenamiento, sin embargo, no hubo cambios en la composición corporal y no se puede atribuir esta reducción del perímetro de la cintura a una pérdida de grasa corporal. Lo más probable es que esta reducción del perímetro de la cintura sea consecuencia de la mejora en la activación de la musculatura profunda del abdomen [13]. Es muy importante comentar que una mejora en la activación del transverso abdominal conlleva también una mejora en la estabilidad lumbopélvica, por tanto, esto puede ayudar a reducir o prevenir los dolores en la región lumbar y en los miembros inferiores [14], ya que, una mala estabilidad lumbopélvica y una inadecuada función del suelo pélvico está directamente relacionada con sintomatología en dicha zona como dice David en este vídeo, donde se habla de cómo trabajar el abdomen de manera correcta.
CONCLUSIONES
Los hipopresivos, como cualquier método realizado de manera única, no son la panacea.
Existe la vertiente que afirma que los objetivos de los hipopresivos son:
-Reducción del perímetro abdominal.
-Aportar mejoras posturales.
-Prevenir todo tipo de hernias (inguinales, abdominales, crurales y vaginales).
-Regular los factores respiratorios.
-Prevenir disfunciones de suelo pélvico.
-Baronormalizar las presiones de la cavidad abdominal y perineal.
-Regular los factores metabólicos y oxidativos.
-Aumentar y regular los factores vascularizantes.
-Prevenir lesiones articulares y musculares.
-Proporcionar placer y bienestar [15].
Sin embargo la evidencia científica es muy limitada y todos los supuestos beneficios que algunos les atribuyen deben ser demostrados científicamente antes de proponer el método hipopresivo como método definitivo de entrenamiento del core.
Pese a ello van saliendo algunas investigaciones, como la tratada en este artículo que respaldan algunos de los beneficios atribuidos a este método, como la mejora en la activación y el tono de la musculatura de suelo pélvico y de la musculatura profunda del abdomen. Por tanto, podemos considerar el método hipopresivo como una herramienta más para trabajar el suelo pélvico y la musculatura profunda del abdomen, que a menudo son muy olvidadas y tienen un papel fundamental en el mundo deportivo, tanto en el rendimiento como en la prevención.
Referencias
1. McGill SM. Distribution of tissue loads in the low back during a variety of daily and rehabilitation tasks. J Rehabil Res Dev. 1997; 34(4):448
2. Nygaard I, DeLacey JO, Arnsdorf L, Murphy E. Exercese and incontinence. Obstet Gynecol. 1990;75(5):848-51
3. Bo K. Urinary Incontinence, pelvic floor sysfunction, Exercese and Sport. Sport Med. 2004;34(7):451-64
4. Esparza S. Efecto de la gimnasia abdominal hipopresiva en el tratamiento y prevención de la incontinencia urinaria de esfuerzo. Es: Espuña. M. (Coord.) I Congreso Nacional Sobre disfunción del suelo pelviano. Barcelona: Ediciones Mayo; 2002.p. 89-91
5. Murillo J.A., Walker C. Anatomía descriptiva y funcional de la cavidad abdominopelviana. Walker C., Fotoletra, SA. Fisioterapia en obstetricia y uroginecología. 2º Ed. Barcelona: Elsevier Masson; 2013.
6. Reina F., Villasboas D. Anatomía topográfica del suelo pelviano. Soler H. Espuña Pons M., Porta Roda O., et al, editores. Manual de anatomía funcional y quirúrgica del suelo pélvico. 1ª Edición. Barcelona: ICG Marge, SL; 2010.
7. Murillo J, Robles JE, Walker C. Fisioterapia en obstetricia y uroginecología. Barcelona: Masson;2006
8. Hartmann D, Sarton J. Chronic pelvic floor dysfunction. Best Practice & Research Clinical Obstetrics & Gynaecology, 2014; 28(7), 977-990.
9. Bosco J. Pilates terapéutico. Madrid: Ed. Panamericana;2012
10. Eliasson K, Ender A, Mattsson E. Urinary Incontienence in very Young and mostly nulliparous women with a history of regular organised high-impact trampoline training: occurrence and risk factors. Int. Urogynecol J. 2008;19(5):687-96
11. Nygaard I, Girts T, Fultz NH, Kinchen K, Pohl G, Sternfeld B. Is urinary incontinence a barrier to exercise in women?. Obstet Gynecol. 2005;106(2):307-314
12. Álvarez-Sáez MM, Rial T, Chulvi I, García JL, Cortell JM. ¿Puede un programa de ocho semanas basado en la técnica hipopresiva producir cambios en la función del suelo pélvico y composición corporal de jugadoras de rugby?. Retos. 2016;30:26.29
13. Stüpp L, Resende A, Petricelli C, Nakamura M, Alexandre S, Zanetti M. Pelvic floor muscle and transversus abdominis activation in abdominal hypopressive technique through surface electromyography. Neurourol Urodyn. 2011;30(8): 518-521
14. Zazulak B, Cholewicki J, Reeves NP. Neuromuscular control of trunk stability clinical implications for sports injury prevention. J Am Acad Orthop Surg. 2008;16(9):497-505
15. Rial T, Pinsach P. Técnicas Hipopresivas. Ediciones Cardeñoso:Vigo; 2014