AUTOR: ZEUS
CUÁNDO TRABAJAR EL MANGUITO DE LOS ROTADORES
El tema que vamos a tratar no es nuevo en la web, ya que la necesidad de trabajar este grupo muscular es más que evidente. Teniendo presente que su función como estabilizador de la cabeza del húmero es vital para evitar la reducción del espacio subacromial, considero que profundizar en su trabajo no está de más. Por ello, desde la web hemos indicado de forma repetida la necesidad de incorporar ejercicios focalizados a fortalecer este grupo muscular, el cual está compuesto por el supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y el subescapular, como se puede observar en la imagen 1.
Imagen 1: Musculatura del manguito rotador y visión de la posición de hombro.
La reducción del espacio subacromial es una realidad que se puede apreciar en aquellos sujetos que presentan un desgarro del manguito rotador. Mediante una evaluación por radiografía se detecta una reducción significativa del área entre el acromion y el húmero (espacio subacromial) [1]. No obstante, vamos a evitar esta población en relación al artículo, ya que este se clasifica como caso especial.
TRABAJO PREVENTIVO DEL MANGUITO DE LOS ROTADORES
En el artículo que hoy presentamos, vamos a intentar plantear el trabajo desde una perspectiva preventiva, donde la cuestión no es si existe necesidad o no de trabajar esta musculatura, ya que esta cuestión se respondería con un rotundo SÍ.
Por ello vamos a intentar responder a la siguiente cuestión:
¿En qué momento de la sesión debo realizar los ejercicios destinados a fortalecer el manguito de los rotadores?
Para poder hacerlo vamos a analizar el siguiente estudio: Superior humeral head migration occurs after a protocol designed to fatigue the rotator cuff: A radiographic analysis, llevado a cabo por Chopp, O’Neill, Hurley y Dickerson.
La interacción entre el trabajo y la fatiga de la musculatura del hombro, ha sido relacionada con cambios físicos en la mecánica de esta articulación [1], de manera que se plantea la evaluación de la posición de la cabeza humeral en cuatro posiciones diferentes, comparando esta antes y después de un protocolo de fatiga, junto con la actividad electromiografía de la siguiente musculatura: supraespinoso, infraespinoso, la porción media del deltoides y la porción esternal del pectoral mayor [1].
El protocolo de fatiga empleado es la ejecución de secuencia de movimientos presentada en la imagen 2, realizando dicha secuencia durante un minuto a un ritmo de 40 pulsaciones/min, para posteriormente realizar un segundo minuto, siempre y cuando la percepción del esfuerzo no fuera de 10 sobre 10. Si esto se producía, la segunda parte del protocolo no se aplicaba.
Imagen 2: Protocolo empleado en el estudio de Chopp et al, (2010) para provocar fatiga en supraespinoso, infraespinoso, porción media del deltoides y porción esternal del pectoral mayor.
La posición de la cabeza del húmero con respecto a la cavidad glenoidea se modificaba de forma significativa en relación a la posición del brazo y el estado de fatiga, de manera que en el estado de reposo la posición media del centro de la cabeza del húmero fue 0,858 ± 1,8 mm superior al centro de la cavidad glenoidea, mientras que en el estado de fatiga, el centro de la cabeza del húmero se posicionó 1,485 ± 1,72 mm por encima del centro de la cavidad glenoidea, lo que da un aumento medio en el desplazamiento de aproximadamente 0,63 ± 1,76mm.
AUMENTAR EL ESPACIO SUBACROMIAL COMO OBJETIVO
Siguiendo la discusión del estudio, generalmente, se entiende que un espacio subacromial sano es aquel que presenta entre 6-7 y 13-14 mm, considerándose no sano si disminuye de 4 o 5 mm [2,3]. Por otro lado debemos tener en cuenta el espacio que ocupan los tejidos subacromiales en relación con el espacio total [1], donde la bursa ocupa una media de 1,43 ± 0,34, el tendón 2,30 ± 0,43 mm, mientras que el espacio subacromial presenta un espacio medio de 8,55 ± 0,85mm [4]. Así, suponiendo que el hombro está sano, los tejidos ya ocupan en posición de reposo el 44% del espacio subacromial [4].
Por otro lado, debemos tener presente que la elevación del hombro se relaciona de forma inversa con el espacio subacromial, con una rango de entre 1,2 mm (10° de abducción) y 7,1 mm (60° de abducción) en un hombro sano [5]. Por lo que la fatiga, al aumentar el desplazamiento superior de la cabeza del húmero, provocará una mayor reducción del espacio subacromial, lo que puede ayudar a acelerar el desarrollo de trastornos músculo-esqueléticos de las extremidades superiores, especialmente del impingement [1].
Toda acción que podamos hacer para evitar la reducción del espacio subacromial debe ser bienvenida, más aún si posteriormente vamos a someter al hombro a un trabajo repetitivo con altas cargas y en posiciones elevadas, como puede ser cualquier sesión que diseñemos para entrenar el tren superior.
Imagen 3: La fatiga de la musculatura del manguito rotador, provoca un desplazamiento superior de la cabeza del humero, lo que desemboca en una reducción del espacio subacromial
ANALICEMOS UNA SESIÓN PRÁCTICA…
Imaginad que hoy nos toca trabajar hombros, donde en gran parte de los ejercicios que realizamos se produce una movilización de cargas por encima de la cabeza. También realizamos numerosas rotaciones externas/internas en posiciones de abducción y flexión del hombro, sumándole cargas cercanas al 60-80% 1RM. Si al inicio de la sesión, durante el calentamiento aplicamos a la musculatura del manguito de los rotadores una carga elevada o mantenida en el tiempo, lo cual no es complejo si atendemos a que en el estudio de Chopp et al. [1] estas eran del 15% de la máxima carga que puedo movilizar, probablemente el resultado será el contrario al deseado, ya que no estaremos preparando a la musculatura para el trabajo posterior sino fatigándola en exceso.
Una segunda situación que se da con cierta asiduidad es introducir ejercicios para el manguito de los rotadores entre series, ya sea con el fin de hacer una superserie, o con el fin de reducir el tiempo de duración de la sesión. En este caso, el resultado que obtenemos es el mismo, una fatiga de la musculatura no deseada si nuestro fin es la salud del hombro.
CONCLUSIÓN Y PROPUESTA PARA EL ENTRENAMIENTO
La propuesta que os hacemos es trabajar la musculatura que compone el manguito de los rotadores al final de la sesión y no al principio o a mitad de la misma, con el fin de evitar la fatiga no deseada. Igualmente, os proponemos emplear cargas livianas durante el calentamiento.
Referencias Bibliográficas
1. Chopp JN, O’Neill JM, Hurley K, Dickerson CR. Superior humeral head migration occurs after a protocol designed to fatigue the rotator cuff: A radiographic analysis. Journal of Shoulder and Elbow Surgery. 2010;19(8):1137-44.
2. Cotton RE, Rideout DF. TEARS OF THE HUMERAL ROTATOR CUFF; A RADIOLOGICAL AND PATHOLOGICAL NECROPSY SURVEY. The Journal of bone and joint surgery British volume. 1964;46:314-28.
3. Weiner DS, Macnab I. Superior migration of the humeral head. A radiological aid in the diagnosis of tears of the rotator cuff. The Journal of bone and joint surgery British volume. 1970;52(3):524-7.
4. Girometti R, De Candia A, Sbuelz M, Toso F, Zuiani C, Bazzocchi M. Supraspinatus tendon US morphology in basketball players: correlation with main pathologic models of secondary impingement syndrome in young overhead athletes. Preliminary report. La Radiologia medica. 2006;111(1):42-52.
5. Bey MJ, Brock SK, Beierwaltes WN, Zauel R, Kolowich PA, Lock TR. In vivo measurement of subacromial space width during shoulder elevation: technique and preliminary results in patients following unilateral rotator cuff repair. Clinical biomechanics (Bristol, Avon). 2007;22(7):767-73.