AUTOR:MARIO MUÑOZ LÓPEZ
AUTOR: MARCOS GUTIÉRREZ
INCREMENTO DE VOLUMEN CON ESTEROIDES. ¿HASTA DÓNDE SE PUEDE LLEGAR?
Tras haber analizado el artículo ¿Cuánto músculo se puede ganar con esteroides? – Marcos, nos disponemos en este artículo a hacer una revisión concisa de la bibliografía científica más pertinente para poder dar más luz.
Antes de nada, queremos recordar que bajo ningún concepto pretendemos promover el uso de esteroides con esta serie de artículos, sino más bien aportar información para que aquellas personas que estén pensando en utilizarlos o los estén utilizando se hagan una idea de lo que pueden esperar de ellos.
Nota aclaratoria: Aunque los términos ‘esteroides’, ‘PEDs’ y ‘sustancias farmacológicas’ no necesariamente son sinónimos perfectos, los utilizaremos como tal para simplificar.
ENTRANDO EN MATERIA
Abordando tres investigaciones y estudios sobre el tema, observaremos que los dos primeros utilizan el Índice de Masa Libre de Grasa (FFMI en inglés), lo cual es una medida de la masa libre de grasa en relación con el tamaño de tu cuerpo y que se calcula dividiendo tu masa libre de grasa (FFM o LBM en inglés) entre tu altura al cuadrado.
Este índice te permite comparar el nivel de masa muscular de personas con alturas diferentes. Así, como la gente más alta tenderá a tener más masa libre de grasa y más masa libre de grasa por unidad de altura, elevamos al cuadrado la altura y conseguimos una mejor comparativa.
Y, aunque hay alguna corrección adicional que debería hacerse para hacer comparaciones además de esta (probablemente trataremos este tema en futuros artículos), simplemente quédate con que utilizaremos este indicador para medir la masa libre de grasa por unidad de altura.
El tercer estudio, por desgracia, no informa de la altura de los sujetos, por lo que es imposible calcular los FFMIs. La masa libre de grasa total es la única variable con la que tenemos que apañarnos. Sin embargo, este estudio es interesante de analizar porque es el que contó con una muestra de sujetos más experimentados con el entrenamiento con cargas.
Kouri et al. (1995)
En el primer estudio, el ya clásico de Kouri et al. (1995), los investigadores compararon un grupo de 74 personas que no utilizaba esteroides con 83 que sí. Se realizó un test de orina para comprobar que los sujetos del grupo que no tomaba esteroides realmente no tenía ningún esteroide en su organismo en ese momento, aunque obviamente no existe forma alguna de asegurar que los 74 estaban completamente limpios.
Este problema no es tan importante en un contexto investigador respecto a una competición deportiva con test anti-doping porque los sujetos no ganaban reputación alguna por participar en el estudio, no existía represalia alguna por confesar el uso de sustancias farmacológicas y los sujetos fueron avisados previamente a participar en el estudio el sistema de entrevistas que deberían pasar, por lo que aquellos que no se sintieran cómodos en ellas simplemente abandonarían.
Dicho esto, puede que debido a la percepción negativa generalizada que hay hacia el uso de esteroides en nuestra sociedad, algunos sujetos mintieran y pasaran el test de orina.
Entonces, aunque puede haber alguna posibilidad de que algunos se colaran, la probabilidad de que lo hicieran el suficiente número de sujetos como para sesgar la muestra es muy pequeña.
Hay otras dos cosas a tener en cuenta sobre este estudio:
1. Los participantes fueron reclutados de gimnasios, por lo que tenían algo de experiencia entrenando, pero no sabemos exactamente cuánto. Y, aunque el grupo que no utilizaba esteroides incluía unos pocos culturistas naturales y deportistas de fuerza (al menos unos cuantos sujetos de este grupo tenían un alto nivel de entrenamiento), se puede argumentar que el grupo que utilizaba esteroides tenía más experiencia de media porque la gente suele entrenar unos cuantos años antes de utilizarlos.
2. Los FFMIs del grupo que tomaba esteroides se ven claramente afectados a la baja por el hecho de que 1/3 de sus miembros no había utilizado PEDs desde hace al menos un año.
Con todo esto en mente, el sujeto medio del grupo que no utilizaba esteroides tenía un FFMI de 21,8± 1,8 y el del sujeto medio del grupo que sí los tomaba era de 24,8±2,2.
Así se distribuiría la probabilidad de utilizar esteroides o no utilizarlos según el estudio de Kouri:
Como puedes observar, el usuario medio de esteroides tenía significativamente más masa muscular, aunque hay bastante solapamiento entre las curvas (especialmente entre el rango de FFMIs de 21-24).
Brennan et al. (2011)
El segundo estudio (Brennan et al., 2011) era similar al primero en tanto que comparaba los FFMIs de gente que utilizaba esteroides y de gente que no. Probablemente, consiguió reclutar gente más entrenada, pues se requería tener un press de banca de al menos 125kg para participar. Además, la mayoría de los sujetos tenían al menos 6-7 años de experiencia entrenando en el gimnasio.
Una de las desventajas de este estudio, a diferencia del primero, es que hubo evidencia de gente que trataba de engañar y colocarse en un grupo que no les correspondía (tanto porque fallaron el test de orina o porque en las palabras de los investigadores “presentaban niveles irrealistas de masa muscular a la vez que un porcentaje de grasa corporal bajo a pesar de negar utilizar esteroides”).
Sin embargo, incluso si se hubieran colado un par de sujetos en el grupo que no les correspondía, esto probablemente no sesgó mucho la muestra. El tamaño de la muestra de la gente que no utilizaba esteroides era lo suficientemente grande (131 sujetos) como para que unos cuantos infiltrados invalidaran los datos e, incluso si estos se hubieran colado, aparentemente no parecería que tomaran esteroides porque los investigadores no les descartaron del estudio.
El estudio de Brennan comparaba 3 grupos de sujetos:
1. Aquellos que no utilizaban PEDs.
2. Aquellos que sí utilizaban pero ni hormona de crecimiento humano (hGH) ni IGF-1.
3. La gente que utilizaba PEDs incluyendo hormona de crecimiento humano y/o IGF-1.
El sujeto medio que no utilizaba esteroides en el estudio tenía un Índice de Masa Libre de Grasa de 22,8 ± 1,9, el sujeto medio que utilizaba esteroides pero ni hormona de crecimiento ni IGF-1 23,3 ± 2,3 y el que utilizaba esteroides incluyendo hormona de crecimiento y/o IGF-1 26,2 ± 2,8.
Sorprendentemente, las personas que habían usado exclusivamente esteroides NO estaban MUCHO más grandes que los que no utilizaban nada en el estudio. La diferencia entre sus FFMIs es únicamente de 0,5 puntos. Sin embargo, esto puede que se deba al hecho de que la mayoría de los sujetos que utilizaban esteroides pero ni hormona del crecimiento ni IGF-1 llevaban utilizándolos poco tiempo (unos 6 meses, de media). En cambio, el grupo que utilizaba hGH y/o IGF-1 llevaba utilizando sustancias farmacológicas entre 2 y 7,5 años.
Yu et al. (2014)
El último estudio (Yu et al., 2014) no informa sobre el FFMI de los sujetos, únicamente de la masa libre de grasa, lo que es una pena porque los sujetos de este estudio eran los que tenían más experiencia entrenando de los 3 estudios. Todos los sujetos del grupo que decía no utilizar esteroides eran powerlifters de nivel nacional y todos los del grupo que utilizaba eran strongmans y culturistas de competición.
Lo que sabemos es que los deportistas del grupo que no tomaba PEDs tenían una masa libre de grasa de 74,6 ± 6,8kg de masa libre de grasa, mientras que los que utilizaban tenían 89,8 ± 8,2kg de masa libre de grasa – una diferencia de 15,2kg. Si asumimos que tenían una altura media igual, existirían entre ellos una diferencia de 4,5 – 4,8 puntos en sus FFMIs.
Nota del autor: Aunque es pura especulación, mi corazonada es que esta diferencia sería algo menor si se ajustara por altura porque aunque powerlifters y culturistas tienden a tener alturas similares, los strongmans (que estaban todos en el grupo que utilizaba) suelen ser bastante más altos.
Conjunto de los tres estudios
Tenemos 4 comparaciones que hacer:
1. Entre la gente que utilizaba y la que no en el estudio de Kouri (primer estudio).
2. Entre los que no utilizaban esteroides y los que sí pero no hormona de crecimiento o IGF-1 en el estudio de Brennan (segundo estudio).
3. Entre el grupo que no utilizaba y el que utilizaba esteroides incluyendo hormona de crecimiento y/o IGF-1 en el estudio de Brennan (segundo estudio).
4. Entre la gente que utilizaba y no utilizaba en el estudio de Yu (tercer estudio).
De las 4 comparaciones, posiblemente la de Yu (la cuarta) sea la más interesante para comparar el potencial de ganancia de masa muscular con y sin PEDs, ya que es el estudio que hacía uso de sujetos más avanzados, excepto por un pequeño detalle, no se informaba sobre la altura de los sujetos.
Es imposible decir cuánta diferencia en la masa libre de grasa es atribuible al uso de PEDs y cuánta al poseer una mayor altura.
La segunda comparación es la menos útil si queremos analizar el potencial de los esteroides a largo plazo, pues el grupo que los tomaba llevaba muy poco tiempo con ellos (mediana de tiempo consumiendo de sólo 6 meses).
De las dos comparaciones restantes (la primera y la tercera), la tercera (estudio de Brennan) parece más interesante porque los sujetos del estudio eran más entrenados. Sin embargo, existen dos inconvenientes:
• El grupo que tomaba esteroides junto con hGH y/o IGF-1 era el de menor tamaño (27 sujetos vs 70-80 en los otros dos grupos del estudio).
• El grupo que tomaba esteroides junto con hGH y7o IGF-1 tenía otra ventaja respecto al resto y es que tenían 5 años más de media (32,5 vs 27,8) y llevaban entrenando 3 años más (11,8 vs 8,6).
Respecto al primero (estudio de Kouri) es difícil dilucidar qué grupo tenía una ventaja. Por un lado, 1/3 de los sujetos del grupo que utilizaba llevaba sin hacerlo desde hacía 1 año o más. Por otro lado, como no se exigió un mínimo de tiempo entrenando para participar, es muy posible que los sujetos del grupo que utilizaba PEDs llevaban de media más tiempo entrenando, ya que la mayoría de la gente que toma esteroides no lo hace nada más comenzar a entrenar.
Para los propósitos de este artículo, hemos decidido volcar los datos del estudio de Kouri (comparación 1) y los datos de los sujetos que no utilizaban PEDs vs aquellos que sí los utilizaban incluyendo Hgh/IGF-1 (comparación 3).
Utilizando estos datos, el sujeto medio del grupo que no utilizaba tenía un FFMI de 22,3±1,9 y los que sí un FFMI de 25,5±2,6.
Este gráfico representa la probabilidad de tener un determinado FFMI (eje y) respecto a los diferentes FFMI posibles (eje x) tras volcar los datos de los estudios de Kouri y Brennan. La gente que no utilizaba representa la curva azul y la gente que sí la roja.
RESPONDIENDO A LAS PREGUNTAS DEL MILLÓN
1) ¿Cuánta masa muscular puedo ganar sin utilizar esteroides?
La respuesta epistemológicamente más honesta es que nadie lo sabe y no existe NINGUNA manera 100% fiable de saberlo.
Como dijimos en el artículo anterior, establecer un límite en base a los culturistas profesionales de los 40 y 50 (era pre-esteroides) es ingenuo porque, al igual que ha ocurrido con cualquier otro deporte, el total de practicantes del culturismo y los incentivos económicos a participar han aumentado MUY significativamente desde entonces.
Tampoco se pueden tomar a los culturistas naturales profesionales de hoy en día como referencia porque los test anti-doping desde luego no cogen a todo el mundo (y si no se realizan test anti-doping fuera de temporada, sólo se pilla a los deportistas que utilizan que no saben literalmente sumar y restar). Nunca puedes estar 100% seguro que un individuo – y mucho menos todos en un grupo – son de verdad naturales.
En otras palabras, no se puede saber seguro.
Últimamente se oye mucho que 25 es el FFMI límite que puede alcanzarse de forma natural porque los investigadores del estudio de Kouri no encontraron entre la gente que no utilizaba esteroides a alguien con más de esta cifra.
La muestra de sujetos que no utilizaban esteroides era de 74 personas. Cuando preguntas cuánta masa muscular se puede ganar de forma natural implícitamente estás incluyendo a la gente que tiene una genética élite. Y, dentro de un grupo de 74 personas, tus probabilidades de encontrar a alguien así tienden a cero.
Además, varios culturistas en la era pre-esteroides tenían un FFMI mayor de 25. Algunas personas argumentan que el problema es que los investigadores estimaban los porcentajes de grasa corporal a ojo. Sin embargo, las probabilidades de que las estimaciones fueran muy erradas son ciertamente bajas. Incluso si tuvieran un margen de error de 5 puntos porcentuales, esto significaría 4,5kg para alguien que pesa 90kg. Utilizando una altura “estándar” (180cm), esto significaría un error de 1,4 puntos de FFMI. Si restaras 1,4 a los FFMI de todos los ganadores del Mr. América de la época pre-esteroides, tendrías a 2 personas por encima de 25 durante la época en la que las probabilidades de conseguir esteroides eran ínfimas y otros 3 de la época en la que las probabilidades eran bajas.
John Grimek a la izquierda and George Eiferman a la derecha. Grimek fue uno de los culturistas de mayor envergadura antes de que los esteroides estuvieran disponibles (FFMI de 26,9) y Eiferman durante la época en las que no existía apenas disponibilidad de ellos (FFMI de 28).
2) Si el límite natural no se sitúa en FFMI = 25, ¿cuál es?
Así, aunque suena descabellado, existen prodigios de la naturaleza y del esfuerzo y el bien hacer que pueden llegar incluso por encima de 27, ya que el mismo George Eiferman lo consiguió cuando los esteroides estaban disponibles, pero no eran de fácil acceso. Durante el periodo antes de que los esteroides estuvieran disponibles, el Mr. America con mayor FFMI tenía 27,3 puntos, lo cual podría entenderse como un límite conservador.
En la actualidad, un claro ejemplo es el campeón del mundo de culturismo natural (WNBF), Richard Gozdecki, quien se eleva por encima de FFMI de 26 puntos cuando está en competición (106 kg).
En cualquier caso, creemos que la noción de un “límite” está errada en esencia. A no ser que exista una ley física que imponga una restricción insalvable respecto al crecimiento muscular (no somos conscientes de la existencia de alguna), no sabemos con certeza donde empieza el “imposible”.
En lugar de preocuparnos por un límite, deberíamos preocuparnos más por la probabilidad. Lo cual nos conduce a nuestra siguiente pregunta.
3) ¿Existe alguna forma de calcular la probabilidad de que alguien sea natural?
Todos conocemos los típicos y recurrentes vídeos de Youtube con título “¿Es cierta persona consumidor de esteroides?” o “¿Es cierta persona natural?”.
Bien, volvamos a este gráfico que representa la probabilidad de tener un determinado FFMI (eje y) respecto a los diferentes FFMI posibles (eje x) tras volcar los datos de los estudios de Kouri y Brennan. La gente que no utilizaba representa la curva azul; y la gente que sí, la roja.
Cuanto la curva azul se encuentra por encima de la roja, la probabilidad de que alguien con un determinado FFMI sea realmente natural es mayor, y cuando la roja se encuentra encima de la azul es mayor la probabilidad de que no lo sea.
Así, en el punto de intersección entre ambas (FFMI ≈ 24), existe una probabilidad del 50% de que alguien con ese FFMI sea natural.
4) ¿Dan los esteroides una ventaja muy grande?
El hombre medio que no entrena tiene un FFMI promedio de 18,9.
Sin esteroides, el hombre medio que entrena alcanza un FFMI de 22,3 (diferencia de 3,4 puntos de FFMI). Eso se traduce en 9-13 kgs de músculo ganados a lo largo de la carrera deportiva dependiendo de la altura.
Con un uso razonable de PEDs, el hombre medio que entrena acaba con un FFMI de 25,5 , ganando 6,6 puntos de FFMI respecto a su yo que no entrenaba. Esto se traduce en un 20-24kg de músculo ganados a lo largo de la carrera deportiva dependiendo de la altura.
En otras palabras, hay una diferencia de casi del doble. La ventaja es ENORME.
Esto no significa que la gente que utiliza gana necesariamente el doble de masa muscular, sino que normalmente llegan el doble de lejos respecto su punto de partida que la gente natural.
Mediante el uso extremo de PEDs, la diferencia se vuelve dramáticamente más grande. Los IFBB Pro tienen FFMIs que sobrepasan con creces los 30 y 35 puntos, lo cual es más de 15 puntos que la persona media. Por supuesto, no todo el mundo que utiliza esa cantidad de sustancias farmacológicas competirá en el Mr. Olympia, pero el punto es que hay competidores del Mr. Olympia que llegan hasta casi 6 veces más lejos en cuanto a FFMI respecto a su punto de partida que la gente que entrena de forma natural.
Naturalmente, la magnitud de la ventaja competitiva que proporcionan los PEDs depende de la dosis que se tome, de su genética y de lo bien que responda ante este tipo de sustancias.
CONCLUSIONES
• Es imposible saber con certeza cuál es el límite para la gente que entrena y es natural.
• Tratar de establecer un límite no tiene mucho sentido porque cuando tratas con poblaciones estadísticas de millones de personas, siempre habrá gente a los extremos de la curva de probabilidad normal (aunque la probabilidad de que los puedan tener de forma natural es muy remota).
• El enfoque correcto respecto al desarrollo muscular que es posible conseguir de forma natural es probabilístico, y el límite tradicional de FFMI = 25 puede servir en un alto porcentaje, pero también puede superarse.
• A lo largo de la carrera deportiva, parece que la gente que utiliza esteroides puede llegar hasta 2 veces más lejos que la gente que es natural respecto a su punto inicial de partida en cuanto a desarrollo muscular. Con dosis muy altas esta diferencia puede aumentar hasta 6 veces, como es el caso de muchos IFBB Pros.
Fuente principal
Nuckols, G (2016) How Much Muscle Can You Build With Steroids http://strengtheory.com/ Traducido, adaptado y recuperado el 7 de enero de 2017 de http://strengtheory.com/much-steroids-increase-hypertrophy/
Referencias bibliográficas
Kouri, E. M., Pope Jr, H. G., Katz, D. L., & Oliva, P. (1995). Fat-free mass index in users and nonusers of anabolic-androgenic steroids. Clinical Journal of Sport Medicine, 5(4), 223-228. Disponible en http://journals.lww.com/cjsportsmed/Abstract/1995/10000/Fat_Free_Mass_Index_in_Users_and_Nonusers_of.3.aspx
Brennan, B. P., Kanayama, G., Hudson, J. I., & Pope Jr, H. G. (2011). Human growth hormone abuse in male weightlifters. The American Journal on Addictions, 20(1), 9-13. Disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3104052/
Yu, J. G., Bonnerud, P., Eriksson, A., Stål, P. S., Tegner, Y., & Malm, C. (2014). Effects of long term supplementation of anabolic androgen steroids on human skeletal muscle. PloS one, 9(9), e105330. Disponible en: http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0105330