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¿DEMASIADOS EDULCORANTES AFECTAN A LA SALUD?

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JOSE MANUEL FELICES

AUTOR: JOSÉ MANUEL FELICES

¿DEMASIADOS EDULCORANTES AFECTAN A LA SALUD?

De nuevo hablamos de uno de los productos más consumidos de manera desapercibida en la sociedad actual y aún más en el mundo del fitness, pues son una constante en harinas de avena, preentrenos, bebidas isotónicas y, por supuesto, suplementos de proteínas y semejantes. De nuevo, hablamos de los edulcorantes.

Una vez analizamos los edulcorantes acerca de sus repercusiones sobre la composición corporal, vamos a analizar si los edulcorantes pueden provocar problemas de salud o incluso comprometer la vida.

DIABETES

A priori, lo lógico es pensar que el uso de edulcorantes disminuye la incidencia de diabetes, ya que al consumir edulcorantes se está disminuyendo el consumo directo de azúcar. Como ya vimos en el anterior artículo, esta relación entre aumento del consumo de edulcorantes y disminución del consumo de azúcar no siempre se cumple debido a las malas conductas nutricionales que sigue gran parte de la población. Vamos a enfocarnos de manera directa en lo que encontramos en la evidencia sobre la relación entre el consumo de edulcorantes y el desarrollo de diabetes.

Cuando el panorama nutricional internacional parecía mantener cierta calma respecto a los edulcorantes después de diversos estudios que iremos citando a lo largo del artículo, la revista Nature, una de las revistas más importantes de divulgación científica, decidió aceptar en 2014 la publicación de este estudio [1] en el que se evalúan los efectos de la sacarina, aspartamo y sucralosa en la microbiota intestinal de ratones, observándose anomalías en el equilibrio intestinal de los mismos y en el desarrollo de intolerancia a la glucosa.

Un año después, para evaluar la respuesta que se desencadena en humanos, se publica esta revisión sistemática que cita a varios de los estudios con mayor repercusión al respecto en los últimos años, en los que encontramos que los edulcorantes artificiales no presentan diferencias en los niveles de glucemia respecto al placebo [2,3]. Pero pretendiendo ir más allá de las variaciones en los niveles de glucemia, esta revisión sistemática analiza cuatro estudios de cohortes con muestras muy grandes realizados en 2013 en los que se estudia de manera específica el riesgo de desarrollar diabetes de manera secundaria al consumo de edulcorantes. En todos estos estudios se obtiene un valor estadístico que asocia un mayor riesgo (+13%) de desarrollo de diabetes secundario al consumo de edulcorantes [4-6]. Sin embargo, en la discusión se revela que en algunas de estas cohortes esta relación no resultó estadísticamente significativa, lo cual sugiere que esta relación pueda deberse a una causalidad inversa.

edulcorante diabetes

Esto es importante de entender, pues se plantea que la relación positiva que asocia edulcorantes artificiales y diabetes sea porque las personas con un consumo excesivo de edulcorantes artificiales son aquellas que independientemente de este consumo presentan mayor predisposición a desarrollar diabetes por ser personas obesas, con vidas sedentarias de sofá y refresco (edulcorado, claro!), con alto consumo de azúcar a la vez que de edulcorantes, es decir, que lo usan para evitar tomar más azúcar del que ya toman en vez de para evitar tomar azúcar sin más.

Si recordamos el anterior artículo publicado en el blog, esto ya lo sugería uno de los estudios con más relevancia que citamos de dos de los autores más versados en este tema [7] y que vuelve a ser sugerido por esta revisión sistemática de la que hablamos actualmente [8].

En cualquier caso, la EFSA (European Food Safety Authority) que es la referencia europea que ofrece asesoramiento independiente sobre riesgos alimentarios concluye que dentro de los límites de ingesta diaria admitida (IDA) los edulcorantes artificiales no tienen impacto alguno en la diabetes y no modifican los niveles de glucemia, estableciéndolo como un producto seguro tanto para el consumo en personas sanas como diabéticas si no se exceden las IDA [9].

CÁNCER

Este tema, tan delicado para la sanidad y sonoro para la prensa, es el principal culpable del continuo juicio a los edulcorantes desde los años 80.

El motivo más difundido es que el aspartamo (E951), uno de los edulcorantes más utilizados y consumidos, en uno de los pasos de su metabolización se genera formaldehído (su disolución es el conocido formol) que se ha asociado con el riesgo de desarrollar cáncer. ¿Es de verdad peligroso entonces el aspartamo? Un tema candente a lo largo de muchos años, que ya revisó nuestro compañero Jose María en este artículo y cuyas conclusiones principales son que el aspartamo es seguro para el consumo humano dentro de la IDA, que en este caso es 40/mg/kg/día [10].

Aconsejo al lector no hacer cálculos sobre su ingesta diaria de aspartamo respecto a su peso corporal y vivir tranquilo, pues una persona de 60kg tendría que beber el equivalente a 4 litros de refresco edulcorado con aspartamo para superar la IDA del mismo. Vamos, una locura. Posteriores estudios siguen en contra de que el aspartamo esté relacionado con el cáncer [11-13].

edulcorante cáncer

Otro de los edulcorantes relacionado con el cáncer es la sacarina. Para entendernos rápidamente por aquí, la sacarina es la creatina de los edulcorantes, la cual está estudiadísima, probadísima y aprobadísima.

En los años 70, se relacionó con cáncer de vejiga en estudios realizados en ratas. Saltaron las alarmas y en los EEUU se avisaba en todos los productos con sacarina que la contenían y que podría desarrollar cáncer de vejiga en ratones. A lo largo de los años, múltiples estudios realizados han señalado en la dirección contraria en cuanto al efecto en humanos de este edulcorante.

Se demostró que el mecanismo de acción que la sacarina producía en ratones para desarrollar el cáncer no ocurría en humanos dentro de los límites de la IDA para sacarina y descartó la relación en humanos entre consumo de sacarina y cáncer de lengua, faringe, esófago, estómago, colorrectal, endometrio y próstata [14,15], así como de vejiga [16]. Recientemente, incluso hemos pasado al polo completamente opuesto, pues hay un ensayo clínico que indica que la sacarina podría verse involucrada como factor protector ante el cáncer con un rol que favorece la inhibición de la anhidrasa carbónica IX, expresada en algunos tumores, inhibiéndola y provocando cambios en el pH del entorno tumoral que le dificultarían progresar [17].

En cualquier caso, no vayamos ni con un extremo ni con otro y esperemos a que más evidencia respalde este hecho antes de tomarlo por verdadero. Podríamos concluir, como lo hace la EFSA [18] y la FDA [19] (similar a EFSA en los EEUU) que la sacarina, dentro de la IDA, es un edulcorante completamente seguro.

edulcorante taza

AFECTACIÓN NEUROLÓGICA (NEUROTOXICIDAD)

Este, aunque no es el más sonado, es quizá el tema más importante de conocer en contra de los edulcorantes, pues hay un grupo de población susceptible a sufrir efectos adversos neuronales.

En población sana no hay de qué preocuparse en cuanto al consumo de edulcorantes y neurotoxicidad [20], según también apoya el informe de la EFSA que disipa cualquier duda al respecto siempre y cuando nos mantengamos dentro de la IDA [18].

Cabe destacar que hablamos de personas sanas, pues hay un grupo de pacientes que debemos excluir de estas recomendaciones sobre aspartamo y deben evitarlo como prohibición absoluta debido a una enfermedad metabólica hereditaria llamada fenilcetonuria. Ello explica que muchos chicles, caramelos y otros productos del estilo muestren la frase “contiene una fuente de fenilalanina” (cumpliendo las condiciones generales establecidas en la Directiva 2000/13/CE) que puede ser muy perjudicial para las personas que padezcan esta enfermedad debido a que no metabolizan la fenilalanina y les provoca daños neurológicos. Es una enfermedad rara de la que el lector que no conozca que la padece no debe preocuparse pues se manifiesta en los primeros días de vida.

edulcorante chicle

CARIES

Verdaderamente interesante incluir cómo actúan los edulcorantes a este nivel pues, aunque todos debemos conocer que los edulcorantes no favorecen la caries, al contrario que el azúcar, el asunto va más allá.

Pues se ha concluido que los edulcorantes PROTEGEN la aparición de caries como indica la AEPED (Asociación Española de Pediatría) tras revisar la evidencia disponible [21]. El motivo es que para el desarrollo de caries, los azúcares son fermentados por las bacterias saprofitas que viven de manera natural en nuestra boca. Estas bacterias no pueden metabolizar los edulcorantes artificiales y no se provoca fermentación, por lo que no se desencadena el desarrollo de caries a raíz del consumo de edulcorantes [22].

Además, se ha demostrado que el xilitol, muy utilizado en chicles y caramelos, inhibe el crecimiento de bacterias (Streptococcus mutans) que desarrollan la caries en la boca disminuyendo así la incidencia de caries [22-25]. En la misma línea hay una revisión sistemática llevada a cabo por la Asociación de Odontología Pediátrica de EEUU (AAPD), en la que se proponen unas recomendaciones de dosis diarias de xilitol para la reducción de riesgo de caries [24].

edulcorante diente

CONCLUSIONES

La nutrición es esa rama de la ciencia en la que todos nos vemos involucrados de manera consciente, voluntaria e incluso placentera, de tres a cinco veces de media todos los días. Esta gran implicación por parte de todos nosotros sin excepción, hace que sea un tema del que se frecuenta y gusta opinar, un caldo de cultivo fantástico para el surgir de mitos, teorías conspiranoicas sobre el control mental de la industria alimentaria y demonizaciones o atribuciones mágicas a alimentos aleatorios según la moda del momento.

Al introducirse los edulcorantes en nuestra vida hace relativamente poco, se ha especulado mucho sobre los perjuicios y riesgos que pueden acarrear. Para ello, hay instituciones, equipos completos de científicos y personas muy formadas que se dedican a evaluar minuciosamente cualquier sustancia que va a entrar al consumo humano. Si un alimento está al alcance de nuestras manos en cualquier supermercado es porque ha aprobado todos los controles que se realizan con todas sus rigurosas fases. Además, cuando surge alguna duda, ya hemos citado que las instituciones en seguida revisan la evidencia y hacen nuevos estudios, si es necesario, para disipar cualquier problema que pueda crearse en la salud.

Los edulcorantes (en la población no fenilcetonúrica, es decir, la gran mayoría) SON SEGUROS siguiendo un consumo dentro de los límites marcados (IDA) y constituyen una alternativa muy interesante para disminuir el alto consumo de azúcar refinado que SÍ está claramente relacionado como gran enemigo de nuestras arterias, páncreas y barrigas cerveceras, que son más bien azucareras y reducción de nuestra esperanza de vida.

Antes de terminar, sólo advertir al lector que los edulcorantes especialmente de tipo polialcoholes pueden tener efectos adversos gastrointestinales más incómodos que peligrosos, pues al no ser absorbidos en el intestino, las bacterias intestinales producen fermentaciones de los mismos y pueden desencadenar distensión abdominal y flatulencias (gases) así como diarrea.

Nota final: En cuanto a la stevia, también nuestro compañero Jose María hizo una revisión completísima y no hay nada que añadir al respecto:

En conclusión, comiendo de manera lo más natural posible, es decir, “comida de verdad” y consumiendo en menor medida y con conocimiento alimentos que puedan contener edulcorantes, no debemos tener ninguna preocupación por su consumo.

Referencias bibliográficas

1. Suez J, Korem T, Zeevi D, et al. Artificial sweeteners induce glucose intolerance by altering the gut microbiota. Nature 2014; 514:181-6.

2. Swithers SE, Martin AA, Clark KM, Laboy AF, Davidson TL. Body weight gain in rats consuming sweetened liquids. Effects of caffeine and diet composition. Appetite 2010; 55:528-33.

3. Forshee RA, Storey ML. Total beverage consumption and beverage choices among children and adolescents. Int J Food Sci Nutr 2003; 54:297-307.

4. Bhupathiraju SN, Pan A, Malik VS, et al. Caffeinated and caffeine-free beverages and risk of type 2 diabetes. Am J Clin Nutr 2013; 97:155-66.

5. Schulze MB, Manson JE, Ludwig DS, et al. Sugar sweetened beverages, weight gain, and incidence of type 2 diabetes in young and middle-aged women. JAMA 2004; 292:927-34.

6. Romaguera D, Norat T, Wark PA, et al. Consumption of sweet beverages and type 2 diabetes incidence in European adults: Results from EPIC-InterAct. Diabetologia 2013; 56:1520-30

7. Mattes RD, Popkin BM. Nonnutritive sweetener consumption in humans: Effects on appetite and food intake and their putative mechanisms. Am J Clin Nutr 2009; 89:1-14.

8. Tran C, Jornayvaz F. Artificial sweeteners and diabetes: friends or foes?. Rev Med Suisse. 2015 Jun 3;11(477):1246-9

9. EFSA Panel on Dietetic Products, Nutrition and Allergies (NDA). Scientific Opinion on the substantiation of health claims related to intense sweeteners and contribution to the maintenance or achievement of a normal body weight (ID 1136, 1444, 4299), reduction of post-prandial glycaemic responses (ID 4298), maintenance of normal blood glucose concentrations (ID 1221, 4298), and maintenance of tooth mineralisation by decreasing tooth demineralisation (ID 1134, 1167, 1283) pursuant to Article 13(1) of Regulation (EC) No 1924/2006. EFSA Journal 2011;9(6):2229

10. EFSA Panel on Food Additives and Nutrient Sources added to Food (ANS). Scientific Opinion on the re-evaluation of aspartame (E 951) as a food additive. EFSA Journal 2013;11(12):3496

11. Lim U, Subar AF, Mouw T, Hartge P, Morton LM, Stolzenberg-Solomon R, et al. Consumption of aspartame-containing beverages and incidence of hematopoietic and brain malignancies. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 2006;15(9):1654-9

12. Gurney JG, Pogoda JM, Holly EA, Hecht SS, Preston-Martin S. Aspartame consumption in relation to childhood brain tumor risk: results from a case-control study. J Natl Cancer Inst. 1997; 89(14):1072-4.

13. Bunin GR, Kushi LH, Gallagher PR, Rorke-Adams LB, McBride ML, Cnaan A. Maternal diet during pregnancy and its association with medulloblastoma in children: a children’s oncology group study (United States). Cancer Causes Control. 2005;16(7):877-91.

14. Gallus S, Scotti L, Negri E, Talamini R, Franceschi S, Montella M, et al. Artificial sweeteners and cancer risk in a network of case-control studies. Ann Oncol. 2007;18(1):40-4.

15. Bosetti C, Gallus S, Talamini R, Montella M, Franceschi S, Negri E, et al. Artificial sweeteners and the risk of gastric, pancreatic, and endometrial cancers in Italy. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 2009;18(8):2235-8.

16. Elcock M, Morgan RW. Update on artificial sweeteners and bladder cancer. Regul Toxicol Pharmacol. 1993;17(1):35-43.

17. Mahon BP, Hendon AM, Driscoll JM, Rankin GM, Poulsen SA, Supuran CT, McKenna R. Saccharin: a Lead Compound for Structure-Based Drug Design of Carbonic Anhydrase IX Inhibitors. Bioorg Med Chem. 2015 Feb 15; 23(4): 849-854

18. EFSA Panel on Food Aditives and Nutrient Sources added to Food (ANS). Guidance for submissionfor food additive evaluations. EFSA Journal 2012; 10(7):2760

19. https://www.accessdata.fda.gov/scripts/cdrh/cfdocs/cfcfr/cfrsearch.cfm?fr=180.37

20. Directiva 94/35/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de junio de 1994. Diario Oficial de las Comunidades Europeas. [consultado 3 Nov 2014]. Disponible en: http://europa.eu/legislation_summaries/other/l21069_es.htm

21. Gil-Campos M, San José González MA, Díaz Martín JJ, Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría. Uso de azúcares y edulcorantes en la alimentación del niño. Recomendaciones del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría. An Pediatr 2015; 83:353

22. García-Closas R. Non-caloric sweeteners and dentral health; review. Nutr Hosp. 2014;29(4): 728-29.

23. Serra-Majem L, Riobó P, Belmonte S, Anadón A, Aranceta J, Franco Chinchón E. Declaration: decalogue on low- and no-calorie sweeteners (LNCS) Nutr Hosp. 2014;29: 719-734

24. Guideline on Xylitol Use in Caries Prevention. Council on Clinical Affairs. Guideline on xylitol use in caries prevention. Chicago (IL): American Academy of Pediatric Dentistry (AAPD); 2011.

25. Deshpande A, Jadad AR. The impact of polyol-containing chewing gums on dental caries: a systematic review of original randomized controlled trials and observational studies. J Am Dent Assoc. 2008; 139:1602-14.


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