AUTOR: JOSÉ MARÍA
¡NO VUELVAS A “HACER DIETA”!
Antes de que comiences a leer y a obtener respuestas de tan curioso título, es conveniente que antes leas “Plantear una dieta flexible por el camino saludable”, un artículo en el que reflejo mis ideales frente a lo que debería ser una correcta alimentación enfocada, sobre todo, a deportistas que practiquen la musculación.
Digamos que hoy realizaré la segunda parte de dicho artículo.
Hace unas semanas, leyendo la fantástica obra del dietista-nutricionista Juan Revenga, “Adelgázame, miénteme”, algún que otro contenido del libro llamó muchísimo mi atención, y es que es realmente lo que pensamos muchos, pero no podemos o no sabemos reflejarlo demasiado bien de cara a la sociedad. Algunas de las citas decían lo siguiente:
– “La mayoría de las personas que comienzan un tratamiento dietético lo abandonan; de las que continúan, la mayoría no pierde peso; y de las que pierden peso, la mayoría vuelve a recuperarlo” (John Garrow, MD & PhD).
– “Para el 40% de los españoles, la palabra ‘dieta’ no es sinónimo de alimentación correcta y equilibrada, sino de algún método milagroso que se traduce en sacrificios” (Estudio sobre Creencias y Actitudes frente al Exceso de Peso en España, SEEN y SEEDO, 2003).
Esto es exactamente el micro-resumen del título de este artículo. Obviamente, cada persona que esté leyendo este artículo, no tendrá ni el mismo objetivo, ni los mismos gustos ni la misma composición corporal, por eso digo de antemano que este artículo irá enfocado al público en general, aunque en diferentes momentos del artículo lo iré enfocando a según qué colectivo. Lo que quiero dejar claro es que NO hay que hacer dieta, y SÍ hay que llevar a cabo una alimentación constante y saludable durante toda tu vida.
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DIFERENCIANDO OBJETIVOS
Caso 1: Una persona cuyo objetivo sea competir en culturismo, tendrá que hacer una dieta más restrictiva y enfocada a su objetivo y, obviamente, no podrá comer según que alimentos a escasos días de la competición.
Caso 2: Una persona cuyo objetivo sea competir en strongman, tendrá que hacer una dieta muy calórica y enfocada a su objetivo y, obviamente, no podrá comer en déficit calórico durante los días antes de la competición.
Caso 3: Una persona cuyo objetivo sea simplemente hacer ejercicio aeróbico 2-3 días por semana, tendrá que hacer una dieta ajustada a sus necesidades de composición corporal y, obviamente, podrá hacer su alimentación diaria mucho más variada, ya que no persigue un objetivo real estético ni levantar 100 Kg en press militar.
¿Se entiende un poco el sentido de estos tres casos? Está claro que la persona del caso 3 va a mirar por su estética, pero en un grado muy menor con respecto al individuo del caso 1. La persona del caso 3 no busca/quiere que le suene la piel al tirar cuando pellizca.
Por lo tanto, individualicemos. Si a la persona del caso 3 le exiges que haga un control de comidas de tupper siempre a “X” hora, todos los días comiendo exactamente lo mismo, contando cantidades, ¿crees de verdad que esa persona seguirá llevando a cabo el protocolo mucho tiempo? No, está claro que no, porque no busca eso, no le llama la atención. Es lo mismo que si a una persona que lleva a cabo un control milimétrico de comidas, le das un libro de matemáticas –odiándolas-, con la condición de que tiene que realizar todos los días 4 horas de integrales indefinidas. Todos los días. Sí o sí. Si esa persona falla con las integrales, ¿ya no es un guerrero?
Me suena mucho esa palabra en este mundillo. Parece como que si a las 18:43h no comes el arroz con pollo de la dieta que te han dado, “no eres un guerrero”.
Ojalá que esas mentalidades estén disminuyendo, porque es una equivocación grandísima cuyo único resultado es el de siempre: que la persona deje de entrenar y de alimentarse correctamente.
Hay que saber qué es lo que queremos. Creo que “dieta” solo podría utilizarse en casos extremos como competiciones de determinados deportes, en los que de verdad tengas que comer “X” alimentos y “X” calorías, ya sea para entrar en el peso requerido o buscar rendimiento.
Pero en el resto de casos, en la sociedad normal, es un error “hacer dieta” después de navidades o “hacer dieta” para intentar bajar 2 Kg porque, muy probablemente, estarás restringiendo alimentos frescos y saludables, además de que no existirá adherencia a ella.
¿POR QUÉ “HACER DIETA” EQUIVALE A NO COMER SABROSO?
Hay muchas recetas fitness hoy día, y muchas están especialmente ricas, pero los ingredientes no salen de clara de huevo, copos de avena, whey protein… y para de contar. Cuando hablo de comer “no sabroso”, es en referencia a no comer alimentos de por sí totalmente saludables y que muchos sectores dejan en la recámara por una creencia totalmente equivocada de que van a hacer que engordes, tales como el huevo entero, aguacate, una cantidad de frutos secos mucho más extensa de lo que se promulga…
En la parte de la sociedad general que solo quiere llevar una alimentación equilibrada sin objetivos de competición ni objetivos importantes, son muy dañinas las opiniones de supuestos gurús que afirman que los lácteos en conjunto son tenebrosos, que la carne te provocará cáncer, que te hartes a batidos detox…
Es importante informarse bien, de fuentes fiables y con rigor científico.
Una persona con el único objetivo de llevar una alimentación sana en su día a día, posee un arsenal de alimentos extensísimo, palatables, variados y equilibrados, y no necesita aferrarse solo a nueces como fruto seco, a piña como fruta, a brócoli como verdura o a pollo como fuente cárnica.
¿POR QUÉ SE DEJAN LAS “DIETAS”?
¿Es la fuerza de voluntad el causante principal del fracaso de las dietas como se pregona tanto?
En casos extremos y particulares, no creo que la fuerza de voluntad sea uno de los factores de dejar de hacer una dieta. En casos de obesidad sabemos que no es así, y que existen factores cerebrales que vencen a la fuerza de voluntad (más información en el “Cerebro obeso”).
Pero en casos de cumplir un determinado objetivo en el que tú eres el primer partícipe de esa misión, obviamente tienes hambre la semana antes de competir en culturismo, pero es que eso ya lo sabías de antemano, y nadie te obliga a que lo hagas.
Otro caso muy diferente los tenemos en novatos de gimnasio a los que se le da una dieta para empezar. Casi siempre, el novato ve cantidades monstruosas de pollo, arroz, pasta, avena, piña, comidas con nada de sal, nada de comidas libres, todos los días comiendo lo mismo…
Eso se denomina “no adaptación”. No puedes pretender que un chaval que ha comido toda la vida comidas caseras como albóndigas con patatas, pase de un día para otro a comer 8 veces al día comida insípida, y que lo aguante años y años. Eso no es fuerza de voluntad, eso es que el chaval no sabe ni si le gusta el mundillo.
Es igual cuando una mujer va a una herboristería, y el herboristero le vende decenas de productos “quema-grasas”, con la inclusión de una dieta hipocalórica extrema, prohibiéndole muchísimos alimentos que antes la paciente frecuentaba, y que no habría por qué quitarlos.
¿Esperas que una paciente mantenga esa dieta y esa reducción de peso durante el resto de su vida?
Si la persona no ve felicidad en comer lo que come, la dieta está condenada al fracaso, aunque veas mejoras físicas a corto plazo. Es imposible mantener restricciones tan exageradas siempre. Algunas mentes aguantan más, y otras menos, pero al final nadie va a comer algo que no le gusta ni disfruta.
Un caso típico es el de los culturistas post-competición. No todos hacen lo mismo, pero muchos, después de competir y aguantar toda la presión que una competición conlleva, están semanas y semanas comiendo prácticamente comida basura. Es decir, durante la preparación están muy mentalizados, obviamente, pero es acabar la competición, y salen los donuts por las orejas. ¿Culparlos? En absoluto… ¡es normal! No puedes pretender mantener el cerebro ‘guerrero’ siempre, porque tu cuerpo quiere comer sabroso.
Esta práctica, obviamente, es muy perjudicial, ya que después de llevar meses y meses a base de alimentos muy digeribles como pescado o verduras, pasar de eso a llevar semanas comiendo azúcares simples, es totalmente una bomba para la microbiota intestinal.
SOLUCIONES REALES
Aléjate de las “dietas”, come comida real y saludable. Perder grasa en personas sanas es más sencillo de lo que la gente cree, y no hace falta hacer locuras ni desequilibrios alimentarios.
Individualiza tu vida y adáptala a tu alimentación. Si eres una persona que solo quiere estar en forma sin un objetivo preciso, no hace falta que comas de tupper ocho veces al día, todos los días lo mismo. Calcula tus necesidades calóricas y macronutrientes, elige alimentos saludables, y disfruta.