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AUTOR: ENRIQUE
BENEFICIOS DEL ENTRENAMIENTO CON OCLUSIÓN
Habiendo dado una introducción al entrenamiento con oclusión del flujo sanguíneo y conociendo mejor los mecanismos fisiológicos derivados, en este artículo veremos la evidencia que hay detrás de esta metodología.
EVIDENCIA
GENTE SANA
El entrenamiento de fuerza con bajas cargas en combinación con el entrenamiento con oclusión en la parte superior del cuerpo produce adaptaciones musculares similares al entrenamiento de fuerza con cargas más altas.
Los aumentos en el tamaño muscular y la fuerza se consiguen también en los músculos que no están directamente bajo oclusió (es decir, los músculos proximales a la presión aplicada). Como en [1], donde consiguen mejora de fuerza e hipertrofia en zonas periféricas a la oclusión o en [8] donde se realizó la restricción sanguínea en el tríceps realizando un entrenamiento de press banca y se consiguió aumentar la hipertrofia/fuerza en el pectoral aunque la oclusión no se hacía de forma directa en ese complejo muscular.
Los beneficios observados con el entrenamiento de fuerza en combinación con en entrenamiento con oclusión en la parte superior del cuerpo parecen conseguirse con cargas y presiones relativamente bajas.
Según [6] hay más ganancia en protocolos por encima del 20% de 1RM que por debajo, y mejor aún al 30% de 1RM. Aun así, no solo se consiguen resultados con ejercicios de fuerza de baja intensidad, ya que en [3] se vio un aumento de la sección transversal muscular con ejercicios de autocarga y oclusión.
También, se ha estudiado el efecto del entrenamiento con oclusión sobre la marcha [10, 13, 14] consiguiendo hipertrofia y aumento de marcadores de la misma. Igualmente, se obtenían respuestas hipertensas sustanciales en la aorta, por lo que habría que tener cuidado en la población con problemas cardiacos.
En esta modalidad el entrenamiento interválico de baja intensidad junto a entrenamiento con oclusión conseguían las mejores respuestas a nivel aeróbico y de fuerza:
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Los protocolos más usados son una serie de 30 segundos seguida de otras 3, de entre 15-20 segundos. [1]
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Las presiones oscilan entre 100-120 mmh. hasta 150-200 mmhg.
En el siguiente estudio [5] se utilizaron diferentes protocolos de oclusión durante 12 semanas:
RFS 20/40: 20% 1-RM con 40 % de oclusión.
RFS 20/80: 20% 1-RM con 80 % de oclusión.
RFS 40/40: 40% 1-RM con 40 % de oclusión.
RFS 40/80: 40% 1-RM con 80 % de oclusión.
• Con intensidades de 20% la oclusión alta daba mayor respuesta para hipertrofia.
• Con intensidad de 40% la oclusión no cambiaba prácticamente las ganancias de masa muscular.
• Respecto a la fuerza, aunque había mejoras, no eran comparables al entrenamiento con cargas tradicional.
¿Y si fuese en gente muy entrenada?
En el siguiente artículo se ve la ganancia conseguida en 18 jugadores de rugby de élite en los extensores de rodilla. Comparando entre trabajo de bajo intensidad, baja intensidad más oclusión y control. Se obtenían mejoras significativas en la fuerza e hipertrofia del grupo con oclusión, siendo más altas también que el grupo de solo entrenamiento a bajas cargas. Aparte de esto también se conseguía mayor velocidad media en los ejercicios. [17]
EVIDENCIA EN PATOLOGÍAS
Claramente, a través de diferentes artículos de la bibliografía utilizada, se ve que existe un gran potencial para el uso del entrenamiento con oclusión como un paradigma terapéutico beneficioso para el tratamiento de la HTA e incluso otras enfermedades cardiacas. Sin embargo, se necesita investigación adicional para delinear los parámetros por los que se puede utilizar sin provocar aumentos potencialmente peligrosos en la presión arterial [13].
En [11] se consigue una mejora de la artritis en mujeres, no obstante, en un experimento del mismo autor y metodología no se obtuvieron resultados significativos en hombres, consiguiendo las mismas ganancias que un entrenamiento con bajas cargas tradicional. [12]
Estudio con 44 sujetos sobre los efectos del entrenamiento con oclusión durante 16 semanas post-cirugía de una rotura de ligamento cruzado anterior comparado con un tratamiento convencional.
Aumentos de forma significativa en: fuerza, sección transversal del músculo y estabilidad articular. [9]
En el artículo siguiente [16] se utilizaba entrenamiento con oclusión junto a bandas elásticas y baja intensidad, comparándolo con un entrenamiento similar pero sin oclusión y de mayor intensidad (moderada-alta) en mujeres post-menopaúsicas.
Se consiguieron las mismas mejoras de fuerza en diferentes ejercicios sin diferencias significativas entre grupos, con la salvedad de que la intensidad necesaria había sido menor en el grupo con entrenamiento con oclusión, dato importante para las características que pueden tener este tipo de población.
En el estudio [4] se utilizan protocolos de oclusión combinado con ciclo-ergómetro (oclusiones bajas) en sesiones de 20 minutos en una muestra de población obesa. Se obtenían demandas energéticas hasta un 20% más que en el grupo control y respuestas cardiovasculares similares a intensidades entre 62%-84% de la frecuencia cardiaca máxima, realizándose a tan solo un 50% de la misma. Además las calificaciones subjetivas de los sujetos indican un bajo esfuerzo percibido durante todas las sesiones.
ESTUDIO DE CASOS
En la literatura hay un par de casos clínicos interesantes, también en el primero [7] de una fractura osteocondral del fémur en un culturista a 10 días de competir y que utilizo la oclusión para mantener la masa y después someterse a cirugía.
Lo más interesante es que antes de operarse realizaron pruebas complementarias y el hueso estaba bien, aparte de que los síntomas habían desaparecido.
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Hay otro caso [2] de Miositis por cuerpos de inclusión esporádica (SIBM), una enfermedad sistémica que se caracteriza por debilidad del sistema músculo esquelético e inflamación. El sujeto tuvo un entrenamiento de 12 semanas con BFR en las extremidad. El paciente después de 12 semanas de entrenamiento aumentó la velocidad máxima de marcha un 19%, que fue acompañado por un 92% de mejora en la función muscular (fuerza isométrica máxima, velocidad de desarrollo de la fuerza y la potencia muscular), mostrándose como un sistema altamente eficaz y tolerable.
En el último caso [15], un paciente de 30 años obeso empezó un entrenamiento con oclusión y le produjo una Rabdomiólisis al día siguiente del primer entrenamiento. Se concluyó que se debió a interacciones con fármacos del paciente, una infección y un excesivo esfuerzo en el entrenamiento.
A los 10 días de hospitalización recibió el alta sin complicaciones, pero este caso da que pensar la exhaustiva valoración previa necesaria que hay que realizar para este tipo de entrenamiento, sobre todo, en poblaciones especiales.
TIPOS DE MANGUITOS PARA EL ENTRENAMIENTO CON OCLUSIÓN
En [8] demuestran que, manguitos estrechos consiguen una restricción total menor que los manguitos más amplios. Y señalan que hay una gran cantidad de variables que ajustar (por ejemplo, las diferencias en la anatomía, vasos, la adiposidad, la masa muscular, etc.) que hacen muy complicado estandarizar unas medidas y presiones, habiendo la necesidad de ajustarse a cada caso concreto.
Hay muchas formas de realizar este tipo de entrenamiento y muchos tipos implementos que pueden ayudarnos a ello.
Para realizar una oclusión se pueden utilizar incluso bandas elásticas (material accesible), pero lo más óptimo y, sobre todo, seguro es poder vigilar los niveles de presión que estamos consiguiendo.
Para esto hay diferentes opciones, que van desde los dispositivos Kaatsu (excesivamente caros aunque muy completos), a bandas o torniquetes neumáticos que podemos inflar con un esfigmomanómetro para tener la mayor precisión posible.
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Si no tienes acceso a manguitos/bandas especializadas puedes utilizar bandas elásticas o herramientas de torniquetes, pero asegúrate antes de no tener ningún problema vascular/circulatorio.
Hay que recordar que se busca una restricción parcial del flujo, no una oclusión máxima.
APLICACIONES PRÁCTICAS
Loenneke, J. P., uno de los mayores expertos, da unas recomendaciones.
Las mejores ocasiones para usar el entrenamiento con oclusión serían:
• Si se quiere mantener masa muscular después de cirugía o lesión.
• Si se pretende mantener o aumentar masa muscular en periodos de descarga, pre-competición, descanso…
• Al andar o practicar ciclismo a baja intensidad.
• Si se entrena con cargas a baja intensidad.
Para caminar o bicicleta:
• Empezar con 10 minutos las primeras sesiones hasta llegar a un máximo progresivo de 20 minutos de uso.
• NO esprintar con oclusión.
Entrenamiento con cargas
• Empezaríamos por una serie larga de calentamiento (30 rep.) seguido de otras 2 (si estamos empezando) o 3-4 (si ya llevamos tiempo con este tipo de entrenamiento) de 15 repeticiones con 30 segundos de descanso entre series).
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• Si no conseguimos completar las series debemos disminuir la carga y/o la oclusión.
• Se utiliza una intensidad de 20-30% de 1RM y un volumen alto de repeticiones.
• El entrenamiento con oclusión puede realizarse, incluso, varias veces en un mismo día debido al bajo daño muscular que ocasiona. No obstante, no se recomienda usar días seguidos en los mismos grupos musculares.
BIBLIOGRAFÍA
1. Dankel, S. J., Jessee, M. B., Abe, T., & Loenneke, J. P. (2015). The Effects of Blood Flow Restriction on Upper-Body Musculature Located Distal and Proximal to Applied Pressure. Sports Medicine, 1-11.
2. Jørgensen, A. N., Aagaard, P., Nielsen, J. L., Frandsen, U., & Diederichsen, L. P. (2015). Effects of blood‐flow‐restricted resistance training on muscle function in a 74‐year‐old male with sporadic inclusion body myositis: a case report. Clinical physiology and functional imaging.
3. Kang, D. Y., Kim, H. S., Lee, K. S., & Kim, Y. M. (2015). The effects of bodyweight-based exercise with blood flow restriction on isokinetic knee muscular function and thigh circumference in college students. Journal of physical therapy science, 27(9), 2709.
4. Karabulut, M., & Garcia, S. D. (2015). Hemodynamic responses and energy expenditure during blood flow restriction exercise in obese population. Clinical physiology and functional imaging.
5. Lixandrão, M. E., Ugrinowitsch, C., Laurentino, G., Libardi, C. A., Aihara, A. Y., Cardoso, F. N., … & Roschel, H. (2015). Effects of exercise intensity and occlusion pressure after 12 weeks of resistance training with blood-flow restriction. European journal of applied physiology, 115(12), 2471-2480.
6. Loenneke, J. P., Kim, D., Fahs, C. A., Thiebaud, R. S., Abe, T., Larson, R. D., … & Bemben, M. G. (2015). The effects of resistance exercise with and without different degrees of blood-flow restriction on perceptual responses. Journal of sports sciences, (ahead-of-print), 1-8.
7. Loenneke, J. P., Young, K. C., Wilson, J. M., & Andersen, J. C. (2013). Rehabilitation of an osteochondral fracture using blood flow restricted exercise: A case review. Journal of bodywork and movement therapies, 17(1), 42-45.
8. Loenneke, J. P., Fahs, C. A., Rossow, L. M., Sherk, V. D., Thiebaud, R. S., Abe, T., … & Bemben, M. G. (2012). Effects of cuff width on arterial occlusion: implications for blood flow restricted exercise.European journal of applied physiology, 112(8), 2903-2912.
9. Ohta, H., Kurosawa, H., Ikeda, H., Iwase, Y., Satou, N., & Nakamura, S. (2003). Low-load resistance muscular training with moderate restriction of blood flow after anterior cruciate ligament reconstruction. Acta Orthopaedica, 74(1), 62-68.
10. Ozaki, H., Kakigi, R., Kobayashi, H., Loenneke, J. P., Abe, T., & Naito, H. (2014). Effects of walking combined with restricted leg blood flow on mTOR and MAPK signalling in young men. Acta Physiologica, 211(1), 97-106.
11. Segal, N. A., Williams, G. N., Davis, M. C., Wallace, R. B., & Mikesky, A. E. (2015). Efficacy of Blood Flow–Restricted, Low-Load Resistance Training in Women with Risk Factors for Symptomatic Knee Osteoarthritis. PM&R, 7(4), 376-384.
12. Segal, N., Davis, M. D., & Mikesky, A. E. (2015). Efficacy of Blood Flow-Restricted Low-Load Resistance Training For Quadriceps Strengthening in Men at Risk of Symptomatic Knee Osteoarthritis.Geriatric Orthopaedic Surgery & Rehabilitation, 2151458515583088.
13. Spranger, M. D., Krishnan, A. C., Levy, P. D., O’Leary, D. S., & Smith, S. A. (2015). Blood flow restriction training and the exercise pressor reflex: a call for concern. American Journal of Physiology-Heart and Circulatory Physiology, 309(9), H1440-H1452.
14. Sugawara, J., Tomoto, T., & Tanaka, H. (2015). Impact of leg blood flow restriction during walking on central arterial hemodynamics. American Journal of Physiology-Regulatory, Integrative and Comparative Physiology, 309(7), R732-R739.
15. Tabata, S., Suzuki, Y., Azuma, K., & Matsumoto, H. (2015). Rhabdomyolysis after Performing Blood Flow Restriction Training: a Case Report. Journal of strength and conditioning research/National Strength & Conditioning Association.
16. Thiebaud, R. S., Loenneke, J. P., Fahs, C. A., Rossow, L. M., Kim, D., Abe, T., & Bemben, M. G. (2013). The effects of elastic band resistance training combined with blood flow restriction on strength, total bone‐free lean body mass and muscle thickness in postmenopausal women. Clinical physiology and functional imaging, 33(5), 344-352.
17. Takarada, Y., Sato, Y., & Ishii, N. (2002). Effects of resistance exercise combined with vascular occlusion on muscle function in athletes. European journal of applied physiology, 86(4), 308-314.