AUTOR: JOSÉ MARÍA
CERVEZA Y AUMENTO DE PESO CORPORAL
En estos últimos años, la cerveza, una de las bebidas más consumidas en el mundo, aumenta su consumo en España de manera muy progresiva. Según las estadísticas, cada español consume de media 47,1 litros de cerveza (datos de 2015). España es el décimo país que más produce cerveza a nivel mundial, y el cuarto en la Unión Europea [1].
Las industrias cerveceras, a raíz de todos los estudios rigurosos que correlacionan el consumo de cerveza con la obesidad, están realizando buenas campañas en periódicos de prestigio para decir lo que a todos los cerveceros les gusta oír: “la cerveza no engorda. Y además, es sana”. Todas estas publicaciones están dichas por diferentes asociaciones de cerveceros, y que, obviamente, no pueden decir que la cerveza engorda [2][3].
Pero lo cierto es que el consumo de cerveza con y sin alcohol está relacionado con el aumento de peso. Lo siento por todos los cerveceros, pero los últimos estudios sin conflictos de intereses hablan muy claro.
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CERVEZA: MATERIA PRIMA
La cerveza es una bebida resultante de la fermentación alcohólica, mediante levaduras seleccionadas, de un mosto procedente de malta de cebada (como mínimo el 50%), solo o mezclado con otros productos amiláceos (cualquier cereal almidonado) transformable en azúcares por digestión enzimática, adicionado con lúpulo (para proporcionar amargor) y/o sus derivados y sometido a un proceso de cocción [4].
Las materias primas utilizadas constan de:
– Cebada y otras materias primas ricas en carbohidratos: trigo y granos crudos, jarabes de glucosa, azúcares, sémolas…
– Lúpulo: es una flor que se utiliza en la elaboración de cerveza para obtener regusto amargo, clarificar y eliminar la turbidez, espumante y conservante.
– Agua de cervecería, teniendo gran influencia en la calidad del producto final. Se utilizan aguas alcalinas (para cervezas claras) y aguas de baja alcalinidad (para cervezas oscuras).
– Levadura de cerveza: el género que siempre se utiliza es el Saccharomyces y, frecuentemente, la especie más empleada es la conocida Saccharomyces cerevisiae.
CONSUMO DE CERVEZA Y SU RELACIÓN CON EL AUMENTO DE PESO
A pesar de que la cerveza es una bebida baja en hidratos de carbono, en la que aproximadamente, dependiendo del tipo de cerveza, ronda los 4 – 6 gramos de carbohidratos por 100 ml de bebida, se ha descubierto en estos últimos años, que posee un índice glucémico altísimo, siendo de 119 en cerveza normal tipo Lager y 80 en cerveza sin alcohol tipo Lager. Se sabe que el añadido de alcohol aumenta el nivel de glucosa posprandial a través de la alteración sobre la sensibilidad de la insulina [5].
En cervezas Pilsen, un tipo de cerveza muy consumida en España, también se ha comprobado que su índice glucémico es bastante elevado. En conjunto con alimentos como patatas, pan, refrescos o azúcar, estos hacen que exista una variabilidad en el IG de la cerveza, dándose más en hombres que en mujeres [6].
No considero el índice glucémico (IG) un indicador fiable para el aumento de peso, ya que sus valores pueden cambiar radicalmente a través de muchas variables: tiempo de cocción, ingerir ese alimento junto con otros con altos niveles de fibra y/o grasa, cantidad de ese alimento…
Por eso, es mucho más recomendable fiarse de la carga glucémica (CG), que sí depende al menos de la cantidad de alimento. Es decir, sabemos que la cerveza de por sí tiene un IG de 119, pero, obviamente, la respuesta glucémica no será la misma si nos bebemos 100 ml de cerveza o bebamos 500 ml de cerveza.Esto es lo que mide la CG.
Os podéis hacer una idea de cómo tendría que dislocarse la carga glucémica cuando alguien se va de cañas, y compagina con otros alimentos de alto índice glucémico.
De manera más general, se han realizado estudios sobre la relación directa entre el consumo de cerveza y su relación con obesidad. Tengo que decir algo realmente importante para afrontar este tema, y es que los intereses comerciales que existen sobre muchos estudios sobre cerveza son tan reales como que están financiados directamente por industrias cerveceras u organismos oficiales que tienen relación directa con este tipo de industrias.
No pararás de leer noticias en periódicos comerciales que contengan que “la cerveza no engorda y que es una buena opción para la reposición hídrica tras práctica deportiva”, tema que ya ha sido aclarado por nuestro compañero Mario aquí. Antes de creer o no tales afirmaciones, aconsejo que leas el estudio oficial, de dónde proviene, por quién ha sido hecho y si los autores tenían conflictos de interés. Y por supuesto, en este tipo de casos, te recomiendo que leas el estudio completo, no solo el abstract, porque pueden modificarse muchas cosas.
En 2013, se realizó una revisión sistemática [7] para evaluar la evidencia existentes entre el consumo de cerveza y obesidad general y abdominal. Se emplearon 12 estudios experimentales y 35 estudios observacionales.
Las conclusiones fueron las siguientes:
• Sobre la obesidad general, los estudios señalaron una asociación positiva entre consumo de cerveza y peso corporal en hombres, sin embargo, esto no se dio en mujeres. El consumo de cerveza sin alcohol también se relacionaba con aumento de peso, siendo menor que la cerveza normal.
• Sobre obesidad abdominal, se vio que existe relación en algunos estudios, y no en otros.
En 2009, se publicó un estudio en la revista European Journal of Clinical Nutrition [8] que intentó explicar si era cierta la creencia de la existencia de la conocida ‘barriga cervecera’.
En algunos estudios se encontró relación entre consumo de cerveza y aumento de obesidad abdominal, sin embargo, este estudio no encontró tal y relación, y desmitificó la creencia, pero sí relacionó su consumo con obesidad general, tanto en hombres como en mujeres, sobre todo en el aumento de la circunferencia de la cintura y cintura-cadera.
Como dije antes, es extremadamente peligroso sacar conclusiones anticipadas de estudios en productos tan comercializados como la cerveza, ya que existe un poder comercial tan potente, que muchas revistas científicas y congresos oficiales apoyan afirmaciones sin que estas puedan ser, si quiera, reales.
Por ejemplo, el caso de estudios en el que se encuentran efectos beneficiosos al beber cerveza [9], sin que digan en el estudio resumido que no es la cerveza normal, sino la SIN alcohol la que produce estos beneficios.
O infinidades de congresos en los que se ha dicho que no existe tal relación de aumento de peso, cuando todas y cada una de esas afirmaciones y folletos no están basados en ningún estudio científico. [10]
CONCLUSIONES
Es importante dejar unas cuantas cosas claras:
• Como habréis visto con todo lo enlazado, no hay demasiada cuantificación que relacione el consumo de cerveza con aumento de peso, pero no os fiéis solo de las conclusiones y datos básicos del estudio. Mirad gráficas y estudios completos, y ahí podrás comprobar que la correlación es mucho mayor de lo que dicen los estudios.
• No te fíes de primeras de estudios y artículos comerciales de bebidas, ya sean alcohólicas o azucaradas, y mirad antes de dónde provienen todas esas afirmaciones. En un gran porcentaje podrá estar frente a un caso de ‘compañerismo’.
• Lo que sí está claro, es que la cerveza sin alcohol (graduación alcohólica menor al 1 por 100 en volumen) y aún mejor, las 0’0, producen más beneficios que las normales, por el mero hecho de no contener (casi) alcohol. El etanol (alcohol) contiene 7 Kcal/g. Además, no hace falta decir que el alcohol es la droga que más produce muertes al año en todo el mundo. En unos 500 ml de cerveza, existen unos 19 gramos de alcohol, aproximadamente.
• La cerveza, tanto normal como sin alcohol, posee un índice glucémico altísimo, aumentando la glucosa en sangre e insulina. Importante no comparar la ingesta de 200 ml de cerveza, a 1000 ml de cerveza. En ese caso, lo que importa es la carga glucémica, ya que la cantidad de producto cambia la respuesta glucémica.
Referencias
[1] Beatriz García. Las ventas de cerveza en España registran la mayor subida desde 2006. Libre Mercado. 15 de mayo de 2015.
[2] Ep. Los beneficios de la cerveza: No engorda y es antioxidante. La Razón. 5 de junio de 2011.
[3] SEDCA. Empresas y Entidades colaboradoras.
[4] Pérez Nevado F. Proceso elaboración de cerveza. Industrias de la Fermentación. 2016.
[5] Hatonen KA., Virtamo J., et al. Modifying effects of alcohol on the postprandial glucose and insulin responses in healthy subjects. American Journal of Clinical Nutrition. 2012; vol. 96 no. 1 44-49.
[6] Diewertje Sluik, Fiona S. Atkinson, et al. Contributors to dietary glycaemic index and glycaemic load in the Netherlands: the role of beer. British Journal of Nutrition. 2016; vol. 115 pp 1218-1225.
[7] Bendsen NT, Christensen R, et al. Is beer consumption related to measures of abdominal and general obesity? A systemic review and meta-analysis. Nutr Rev. 2013; 71(2): 67-87.
[8] Schütze M, Schulz M, Steffen A, et al. Beer consumption and the ‘beer belly’: scientific basis o common belief?. European Journal of Clinical Nutrition. 2009; 63, 1143-1149.
[9] Arranz S, Sisó A, Hervas A, Chiva-Blanch G, Estruch R. Effects of alcohol and polyphenols from beer on atherosclerotic biomarkers in high cardiovascular risk men: A randomized feeding trial. NMCD. 2015; Vol. 25, 1: 36-45.
[10] Juan Revenga. ¿Quién dice que la cerveza es buena para la salud?. El nutricionista de la General. 22 de febrero de 2013.